Sin brújula en marzo, las tres grandes bolsas de América Latina probarán ahora aguantar el ritmo a Wall Street. ¿La más perjudicada? En los días críticos, Brasil (IBOVESPA) perdía 45%, Chile (IPSA) 38% y México (IPC) 24%. Como referencia, el Dow Jones (DJI) caía 35%. Números cerrados. En dólares, la baja era más severa: Brasil, 57%; Chile, 47%; México, 43%.
Recuento enero-abril:
- El dólar subió más contra el real (41%) que contra el peso mexicano (26%) y el chileno (11%)
- Los mercados más dañados han sido los brasileños
- Chile fue el menos perjudicado en el cambiario y tasas.
El alza del dólar en las bolsas
Los índices, incluyendo al Dow, corrían emparejados hasta inicios de marzo. Los de Brasil y Chile se precipitaron, desligados del mexicano que, a su vez, aguantaba mejor que DJI y descendía en diagonal con tres largos frenos. El IPC anduvo luego errático, rompió al alza al final, y terminó con -16%, junto al Dow y al IPSA. Chile rebotó 22%, aceleró para igualar al Dow en -15%. IBOVESPA resurgió trabajoso y lento; su rezago fue notorio: -31%.
En dólares, IBOVESPA e IPSA se movieron unidos hasta fines de febrero; los separó la agudización bajista de Brasil. Chile se acopló a México del 9 al 30 de marzo; se desligó por los tipos de cambio. El peso chileno propició que IPSA suavizará su pérdida cuatrimestral, aventajando 10% a IPC y 25% a IBOVESPA. El recorrido de IPC en dólares era idéntico al de DJI antes que nuestro peso profundizará su baja, y fue simétrico al de IBOVESPA de mediados de enero a la tercera semana de abril, uno arriba del otro. IBOVESPA resentía la depreciación del real.
En pocas palabras: Brasil aparte, la diferencia entre los índices fue efecto cambiario puro.
¿En qué país la tasa a 10 años se descompuso más?
Los “BTN” brasileños y los “M” mexicanos igualaron trayectoria y porcentaje de enero a febrero. Por sus picos los reconoceréis: los Bônus do Tesouro resultaron más dañados. Su tirón final de 150 puntos reflejó la recaída del real, mientras los “M” oscilaban en canal bajista, a un tris de su menor porcentaje del año.
- En proporción, el salto de las tasas en Brasil superó al alza cambiaria.
- En México, la subida temporal del rendimiento del “M” equivalió a la del dólar.
- Le fue mejor a los “BTP” chilenos (línea roja en escala secundaria). Bajaban al inicio de los días críticos, cuando los “BTN” y “M” se disparaban. Luego del susto (alza a 3,75%), y pese a que en proporción subieron más que el tipo de cambio, reaccionaron como de país maduro, marcando pisos históricos.
- En Chile, el rendimiento al inversionista, en relación con la inflación, se tornó negativo.
Medidas de emergencia: un banco central prodigioso, otro reacio
En adelante será decisiva la política monetaria. Banco Central do Brasil, que no es independiente y podría seguir directrices del ejecutivo, no escatimó medidas ni montos. Emuló a la Fed. En su página web desglosa sus medidas excepcionales para intentar paliar los efectos del COVID-19. Son tantas que cuesta resumir: recorte a 3,75% de la tasa Selic (se venía otra reducción más contundente). Al sumar inyecciones de liquidez, líneas de crédito a bancos para financiar nóminas de empresas pequeñas y medianas, préstamos, recompra de operaciones en moneda extranjera, y otras, los estímulos directos e indirectos superaban 600 mil mdd, 31% del PIB (dato nominal de FMI al cierre de 2019).
Tampoco el de Chile. En su página detalla cuatro series de decisiones extraordinarias. La crucial: bajó la tasa a un histórico 0,50% (hace un año era de 3,00%). Entre inyecciones de liquidez, coberturas cambiarias (reportos, ventas de dólares, swaps, forwards, recompras de papel, etc.), compras de bonos bancarios y líneas especiales o adicionales a los bancos para dar préstamos y refinanciamiento a hogares y empresas, su apoyo ascendía a 58 mil millones de dólares, 20,4% del PIB nominal.
El reacio ha sido Banxico. Con la importancia de minimizar la tasa para impulsar la economía, la redujo a 6,0%, un porcentaje acorde a la pretensión contraria: enfriarla. Y eso que la inflación local fue negativa en marzo (-0,05%). Juntando el apoyo del BID para empresas medianas, pequeñas y particulares, con el programa de coberturas, los estímulos ascienden a alrededor de 60 mil mdd. ¿Más que Chile? Mucho menos: 4,7% del PIB nominal.
¿Bajar la referencia debilita la moneda? Se valida en Brasil; se invalida en Chile. No hay verdades absolutas. Por eso IPC y M bonos, “alentados” con tímidas medidas monetarias, sufrieron menos que los brasileños, lubricados con sendos montos inusuales. La bolsa y la economía mexicana requieren más.
Las afectaciones por la caída del crudo (Brasil y México) o del cobre (Chile) que perdió menos, dan para más análisis, junto o adicional al de las cuestiones fiscales.
Columna de Arturo Rueda