A la hora de invertir resulta crucial recibir un asesoramiento profesional y, sobre todo, personalizado. Tener en cuenta las circunstancias personales o la etapa de vida en la que se encuentra la persona que va a realizar una inversión son, entre otros aspectos, cuestiones que un gestor debe tener en cuenta antes de asesorar a un inversor. De hecho, esa es la máxima bajo la que operamos los gestores de Caja Ingenieros: ofrecer una atención cercana, personalizada y de calidad. Y es que la elección de un buen gestor es una decisión crucial que puede determinar el éxito o el fracaso de una inversión. Pero ¿cómo podemos identificar a un buen gestor?
En primer lugar, debemos tener claro que no todos los inversores necesitan el mismo tipo de gestor y que según la filosofía y el estilo de inversión será necesario un tipo de asesoramiento u otro. Y es que un gestor no solamente implementa sus estrategias y enfoques, sino que busca opciones que se adapten al perfil del inversor y a las condiciones y oportunidades que le puede ofrecer el mercado en cada momento. Así pues, la primera clave para distinguir un buen gestor es buscar uno que entienda con qué finalidad y en qué contexto se encuentra el inversor. Este punto nos lleva a un segundo aspecto muy importante, la especialización. Un gestor enfocado en un nicho específico del mercado tiende a tener un conocimiento más profundo de ese ámbito, lo que le permite mitigar riesgos e identificar con mayor facilidad las oportunidades dentro de ese campo concreto, pero eso no significa que sea el gestor perfecto para todos los inversores. Por poner un ejemplo práctico, ¿alguien se imagina a un portero jugando como delantero titular en un partido de futbol? Hay que aplicar esta lógica cuando se busca un gestor y localizar a uno que esté especializado en el tipo de inversión que cada perfil busca.
A nivel objetivo sí que existen algunos factores que pueden ayudar a identificar a un buen gestor como, por ejemplo, prestar especial atención a la experiencia y los éxitos alcanzados por su equipo. A grandes rasgos, un equipo gestor con un historial probado y una metodología de inversión coherente inspira una mayor confianza. Sin embargo, no basta solamente con mirar los rendimientos pasados, ya que eso no es garantía de nada. Como experto en este campo mi recomendación es mirar métricas cuantitativas como la ratio de calmar, la ratio de sharpe, la de información o el drawdown máximo, parámetros que ayudan al inversor a obtener una imagen más completa y equilibrada que, más allá de evaluar el dinero ganado, permite conocer los riesgos asumidos y la gestión realizada por el equipo gestor. En este punto me gustaría destacar la importancia del ‘skin in the game’, un término anglosajón que hace referencia a la práctica de los gestores de invertir su propio capital en el fondo que gestionan como muestra inequívoca de su compromiso y alineación con los intereses de las personas a las que asesoran.
En un plano menos técnico, es muy recomendable también encontrar un asesor que se comunique de forma clara. Al fin y al cabo, se trata de un tema financiero de gran importancia que llevará, en muchas ocasiones, a discutir estrategias y decisiones de inversión que solo podrán ser justificadas con datos y análisis, pero, sobre todo, con conversaciones transparentes en las que el gestor facilite información detallada y accesible sobre la situación. Además, esto contribuye a aumentar la confianza y la educación financiera de los inversores. En este sentido, cabe señalar que lo único relevante no es “tener una buena conexión con el gestor”, sino que también resultan muy importantes los canales de comunicación existentes y la facilidad que se puede tener para realizar consultas. Sin lugar a duda, tener un contacto directo con el equipo gestor, ya sea de manera virtual o presencial, enriquece muy positivamente la relación y hace que el inversor se sienta seguro y acompañado.
Tribuna de Sergi Casoliva, Portfolio Manager en Caja Ingenieros Gestión.