La caída de Credit Suisse y su posterior compra por parte de UBS ha supuesto el mayor terremoto en el sistema financiero europeo desde la crisis del 2008.
Los distintos escándalos de gobernanza, cambios en su dirección (tres presidentes en los últimos dos años) y pérdidas millonarias han llevado a la absorción del banco suizo fundado en 1856.
Este movimiento ha causado sin duda numerosas incógnitas de cómo puede afectar al negocio de ambas entidades, puestos de trabajos y a sus distintas divisiones locales. No en vano, a finales de 2021 UBS acordó con Singular Bank la venta de su negocio de banca privada en España, por lo que habrá que ver qué pasos decide seguir con el negocio perteneciente a Credit Suisse.
En el caso de los fondos de inversión, es posible igualmente que se enfrente a una reestructuración de su gama de productos en el caso de encontrar duplicidades, lo que sin duda afectará a inversores particulares e institucionales.
Con datos de VDOS a cierre del 2022, la inversión de fondos de inversión y sicavs nacionales en IICs de los dos grupos suizos supera los 1.121 millones de euros, distribuidos en 76 productos y 264 posiciones.
Por tipo de activo, las IICs de Credit Suisse más destacadas por los selectores nacionales son las de renta fija, suponiendo casi un 60 % del total. Por el contrario, la inversión en productos de UBS goza de una mayor diversificación, siendo los productos Sectoriales los más destacados con una cuota cercana al 35%, seguidos de renta variable y los de renta fija ambos por encima del 32%.
De forma agregada, ambas entidades concentran 409 millones en productos de renta fija, lo que supone un 36,48% del total, seguidos de sectoriales con 350 millones (31,28%) y renta variable con 309 millones (27,56%) y quedando ya muy alejado los productos monetarios con poco más de 44 millones, lo que supone un 3,95% del total, según datos de VDOS.
Por productos, el más destacado por patrimonio es el UBS (IRL) ETF PLC – S&P 500 ESG UCITS ETF, con 187 millones de IICs nacionales. Su objetivo es replicar la rentabilidad del índice S&P 500 ESG, el cual busca medir el desempeño de títulos que cumplen con criterios de sustentabilidad, manteniendo ponderaciones de grupos industriales similares a las del S&P 500. Es importante señalar que el fondo cumple con el artículo 8 de SFDR. En su clase A de acumulación en dólares, el ETF logra una rentabilidad en euros en lo que llevamos de año de un 4,13%, siendo esta de un 72,19% a tres años, lo que supone una rentabilidad anualizada de un 19,82%.
Por número de posiciones, destaca igualmente un producto de UBS, en este caso el UBS (LUX) Equity Fund – China Oppportunity (USD), con un patrimonio de 28 millones distribuido en 15 posiciones de IICs nacionales. El fondo cuenta con una gestión muy activa, basada en una cartera de renta variable concentrada que invierte en empresas chinas seleccionadas. Para ello, el gestor goza de gran flexibilidad para centrarse en los valores más atractivos y aprovechar las mejores oportunidades, sin verse limitado por el índice de referencia y contando con una diversificación sectorial que ofrece una amplia cobertura del mercado chino. Con datos a cierre de febrero, su cartera estaba compuesta principalmente por empresas de servicios financieros (23,06%), servicios de comunicación (19,66%) y bienes de consumo básicos (14,39%).
Por su parte, entre los productos procedentes de Credit Suisse, el fondo que cuenta con mayor número de posiciones es el Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity Fund, con 12 posiciones y un patrimonio de casi 5 millones de euros. Gestionado por Werner Richli y Heinz Tschablo, el fondo invierte principalmente en activos de renta variable de empresas que proporcionan las instalaciones y servicios necesarios para mantener y desarrollar la infraestructura moderna, y también incluye a empresas proveedoras de servicios y productos relacionados con las infraestructuras. Además, el fondo promueve las características medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), en el sentido del artículo 8 del SFDR mediante la combinación de exclusiones, integración de criterios ESG y activismo accionarial. En su clase BH en euros, el fondo cuenta con una rentabilidad en lo que llevamos de año de un 0,15 %, frente al 1,75 % negativo de media de su categoría, siendo esta rentabilidad de un 30,05% a tres años.
Los fondos de inversión son productos que, por su propia naturaleza, quedan fuera de las turbulencias corporativas propias de las fusiones, si bien el ruido y la incertidumbre no suelen ser amigas de las inversiones. Habrá que esperar a los próximos meses para ver cómo se estructura la nueva entidad resultante y cómo reaccionan los selectores nacionales.
Tribuna de Sergio Ortega, responsable de Comunicación en VDOS.