La innovación en materia de atención sanitaria está creando oportunidades de inversión a medida que aumenta la demanda de tratamientos con el incremento de la esperanza de vida.
La mejora del nivel de vida y los estilos de vida más saludables están impulsando un incremento de la esperanza de vida en muchos países. Las personas mayores de 65 años constituyen hoy el segmento de la sociedad que crece más rápidamente en los países desarrollados. Con una población cada vez más envejecida, también crece el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, lo que conlleva a una mayor demanda de servicios sanitarios.
Con la asignación presupuestaria al sistema sanitario de muchos países desarrollados ya al límite, las nuevas tecnologías sanitarias podrían ofrecer importantes oportunidades de crecimiento para los inversores.
La demografía impulsa la demanda de atención sanitaria
En 1950 el promedio de vida mundial era de sólo 47 años. Para 2020 se prevé que aumente a 73 años y para 2030 las Naciones Unidas estiman que la gente de todo el mundo puede esperar vivir (en promedio) hasta los 83 años. Y el grupo de edad de más rápido crecimiento en el mundo es actualmente el de los mayores de 65 años, que representarán el 14,1% de la población mundial en 2040, en comparación con el 9,3% en 2020.
En el Reino Unido, los mayores de 65 años representarán casi una cuarta parte de la población en 2040, mientras que en Japón la cifra será de más del 35%. Y con el aumento de la edad, suelen venir más complicaciones de salud.
La presión de costes impulsa la llamada al cambio
Los países desarrollados gastan un promedio de entre el 10% y el 12% de su PIB en atención sanitaria. Esto va desde el 9,8% de Reino Unido hasta el 12,2% de Suiza. EE.UU. es un caso atípico dentro de esta lista, ya que actualmente gasta el 17% del PIB y se prevé que esto aumente al 25%. Y con una población envejecida, hay una creciente presión sobre los presupuestos destinados a la salud.
Una parte significativa del gasto en salud en muchos países desarrollados es, en el mejor de los casos, ineficaz y, en el peor, un derroche. Por ejemplo, muchos pacientes reciben una atención innecesaria o de bajo valor que no influye en los resultados de su salud. Muchos sistemas de salud son deficientes en cuanto al uso de medicamentos genéricos, mientras que algunos prestan atención en lugares costosos, como hospitales, en lugar de hacerlo en entornos económicamente más eficaces. Esto hace que los proveedores de atención sanitaria tengan que ser más eficientes para reducir el despilfarro.
La tecnología está reforzando la eficiencia
El uso eficiente de la tecnología está ayudando a reducir el despilfarro, disminuir los errores y aumentar la eficacia de la atención médica. La tecnología de los teléfonos inteligentes se está utilizando para vigilar la salud de los pacientes, y algunas aplicaciones ofrecen ya recompensas cuando un paciente logra una determinada actividad o un objetivo de salud, por ejemplo, caminar un determinado número de pasos al día. También se está facilitando cada vez más la concertación de citas con médicos y terapeutas a través de aplicaciones de vídeo desde el teléfono o en el ordenador.
La innovación está abriendo nuevas oportunidades de inversión
Con el rápido desarrollo de nuevas tecnologías de atención sanitaria, las empresas que están a la vanguardia podrían ofrecer oportunidades atractivas para los inversores a largo plazo. El valor de las inversiones farmacéuticas y biotecnológicas creció en un 232% entre 2010 y 2018 hasta alcanzar los 28.300 millones de dólares (desde los 8.500 millones de dólares), según un estudio de McKinsey. En el mismo período, el valor de las inversiones en tecnología sanitaria y salud digital creció un 186% hasta alcanzar los 30.800 millones de dólares (desde 10.800 millones).
Además, según un estudio de BofA Merrill Lynch, algunas áreas de la atención médica podrían expandir su tamaño de mercado por medio de tasas de crecimiento anual compuesto (CAGR) de más del 50% en el periodo comprendido entre 2018 y 2025. Por ejemplo, se prevé que el tamaño del mercado del big data (la mejora del uso de los datos para optimar los resultados de los pacientes) y de la inteligencia artificial en la atención sanitaria crezca a una tasa CAGR del 50,1% hasta los 36.100 millones de dólares (desde los 2.100 millones de dólares).
Tribuna de John Bowler, gestor Global Healthcare de Schroders