El presidente Trump tomó la decisión de terminar el Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia, mejor conocido como DACA, que permitía a los inmigrantes ilegales que habían llegado al país siendo niños poder estar en el país de forma legal, aunque no les aseguraba la legalidad para siempre. Para ser beneficiario de este programa se tenía que haber llegado antes de 2007, haber tenido menos de 16 años al llegar y en junio de 2012, cuando inició el programa, estar estudiando o haber terminado la secundaria y no tener más de 31 años, así como no tener antecedentes penales.
En el momento que inició el Programa había alrededor de 1,9 millones de personas que cumplían las condiciones de edad y estadía en Estados Unidos, pero solamente se anotaron al mismo poco más de 800.000 personas, a quienes se les denominó ‘Dreamers’ porque estaban dándoles la oportunidad de lograr su sueño de poder estudiar.
Con la terminación del Programa, todas esas personas que se acogieron al mismo están en peligro de que sean deportadas, porque el DACA no otorgaba ni residencia ni ciudadanía, sino un permiso temporal para poder estudiar y trabajar en Estados Unidos, pero se enfatizaba su característica temporal, ya que se tenía que estar refrendando cada 2 años.
El gobierno de México está buscando la forma de apoyar a estos jóvenes en el momento en que los deporten, pero realmente para determinar de qué forma se les puede ayudar hay que entender primero las características de los mismos.
Menos de 20 años
No existe una base de datos de los Dreamers que sea de acceso público, sin embargo, se pueden conocer algunas características de ellos con base en los estudios que han realizado el National Immigration Law Center, el Center for American Progress y la Universidad de California, San Diego. De acuerdo a dichos estudios, cerca del 80% tienen una edad de alrededor de 20 años, la gran mayoría están estudiando y trabajando. De los que están estudiando el 70% se encuentra en la universidad, en licenciatura o inclusive en postgrado, 25% estudian carreras técnicas y solamente el 4% se encuentra en la secundaria. Por lo tanto, si llegaran a regresar a México la demanda sería por educación superior, que es donde no hay capacidad para atender a población local y por lo tanto menos a los que llegaran.
Por otra parte, la posición económica de los Dreamers es mucho mejor a la que aquí podrían aspirar. De acuerdo a esos estudios el salario promedio anual se ubica en 32.000 dólares anuales, lo cual significa que se ubican dentro del noveno o décimo decil más rico de la población. Se ve sumamente difícil que llegando del extranjero puedan aspirar a puestos con salarios similares, sin tener ningún tipo de contacto laboral.
Lo más seguro es que esos jóvenes no deseen regresar a su país de origen porque no hay nada que los ate al mismo, salieron con sus padres debido a que aquí no tenían las oportunidades para lograr una mejor vida.
La mejor forma de ayudarlos es haciendo cabildeo en el Congreso de Estados Unidos para que aprueben leyes que les permitan quedarse. Si no se logra, proveerles documentación para que puedan irse a otro país de habla inglesa, que es como su lengua materna, donde puedan ubicarse laboralmente y donde además pueden ser muy cotizados porque son gente con capacitación y que han demostrado interés en superarse. Desafortunadamente no hay manera de hacer que regresen a sus lugares de origen.
Columna de Francisco Padilla Catalán, consultor en inteligencia de negocios y planeación estratégica.