Al terminar el año, hemos querido transformar nuestra tradicional carta de pedidos a Papá Noel en una carta de deseos para este nuevo año que comienza.
El 2022 termina con una menor preocupación por la salud; la pandemia va quedando atrás y el nivel de vacunación crece, lo que representa un gran giro positivo para la situación sanitaria global. Pero también estamos parados en un lugar totalmente distinto en lo que al desempeño de los mercados se refiere, y no para mejor.
Este año, las pérdidas en los activos de riesgo han sido históricamente desastrosas. Sólo en tres ocasiones anteriores el S&P 500 y los bonos del Tesoro de Estados Unidos cayeron juntos en el mismo año (1931, 1941 y 1969) y esta es la única vez en la historia que las caídas de ambos han sido de dos dígitos (el S&P500, -19.3% y los bonos de Tesoro a 10 años, -15.8%, al 23 de diciembre).
De los deseos que teníamos para el 2022, solo se cumplió el que se cerraran las brechas entre los desempeños de los diferentes estilos de acciones y entre regiones y subclases de activos. ¡Pero vaya la manera como ocurrió! Se recuperaron las acciones value relativo a las growth, los sectores de energía y financiero; las acciones latinoamericanas destacan como las de mejor rentabilidad y las grandes caídas en la renta fija global pusieron fin a más de una década de un bull market (precios al alza) en los bonos globales.
La inflación no fue transitoria sino mucho mayor a lo que esperábamos, lo que hizo reaccionar a la Reserva Federal (Fed) de EE.UU., al Banco Central Europeo y hasta a Japón, subiendo las tasas de interés, además de comenzar a retirar la liquidez del mercado. El resultado, el desplome histórico en el precio de los bonos.
Entendemos que estas medidas son necesarias y que finalmente una inflación creciente y más larga sería un daño mucho mayor. Por eso uno de nuestros deseos para el próximo año es que los aumentos en precios sigan cediendo como lo hemos comenzado a ver recientemente. ¡Y agradecemos que los bancos centrales latinoamericanos hayan previsto mejor su política monetaria ante signos de inflación y comenzaran desde el año pasado a subir sus tasas de interés! Estando prontos a un fin de la política monetaria contractiva.
Pero así como varían los retornos de los instrumentos e índices en los diferentes años, obviamente no se puede tener siempre todo lo que se desea. Y menos con el legado de la pandemia, la cuarta revolución industrial en curso y tensiones geopolíticas varias.
Deseamos que en 2023 se ponga de alguna manera fin a la guerra en Ucrania, que la recesión sea corta y poco profunda, y que la inflación siga cediendo. Es inevitable la rivalidad entre Estados Unidos y China, pero que ello se mantenga como la segunda guerra fría y no llegue a conflictos armados.
También deseamos que China vuelva al pragmatismo en cuanto a la prioridad del crecimiento económico como medio indispensable para mantener la estabilidad económica, social y política, además de facilitar las relaciones internacionales.
Para terminar, deseamos dos cosas más, salud y mayor bienestar global y que el mundo siga comprometido con el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad.