Estamos ya en el mes de mayo, y la rentabilidad de las acciones globales y de la renta fija son lo que podríamos haber esperado para todo el año. De manera que, irremediablemente, viene a la mente el viejo adagio “sell in may and go away”.
Entonces, ¿seguimos surfeando la ola o tomamos utilidades?
Más allá de la enorme dispersión de desempeño a nivel de estilos (growth v/s value), sectores (Tecnología v/s Financiero), regiones (Europa v/s Asia) y países (México v/s Brasil), la respuesta depende del perfil de riesgo, del horizonte y del objetivo de inversión, pero probablemente dependerá también de otros factores.
Las tensiones respecto al límite de la deuda (debt ceiling) en Estados Unidos, cuán sostenible es la convergencia de la inflación, la tendencia de las tasas de interés, el desenlace probable de la crisis de los bancos regionales estadounidenses y la geopolítica cuentan entre los factores más importantes.
El nivel de stress e incertidumbre no pareciera estar compensando por el actual premio de invertir en renta variable sobre la renta fija (equity risk premium), pues el nivel de tasas de interés, aunque insostenible en el mediano/largo plazo por el nivel de endeudamiento, es el más alto en 15 años.
Abstrayéndose de lo anterior, la coyuntura actual generó al menos 3 ideas oportunistas, entendiéndose por éstas aquellas cuya rentabilidad esperada actual es materialmente mayor a lo que se esperaría en una situación de equilibrio. Estas ideas tienen horizontes de inversión que van desde los 12 meses hasta los 10 años.
Se trata de:
1 – Renta fija de corto plazo latinoamericana: la inflación cede, pero no a la velocidad que permite a los bancos centrales bajar las tasas de interés sostenida y decididamente. En Brasil, México, Colombia, Uruguay y Chile hay instrumentos con rendimientos anualizados de dos dígitos. Una gran oportunidad de entrada para inversionistas conservadores.
2 – Crédito privado: una clase de activo que ha ganado terreno y ha evolucionado después de la Gran Recesión de 2008-09, y que hoy se presenta como una oportunidad por la mayor carga financiera en el sector corporativo, producto del alza de las tasas de interés.
El caso de inversión se ve potenciado por el “credit crunch”, producto de la debilidad de los bancos regionales en los Estados Unidos, que son los principales proveedores de financiamiento para compañías pequeñas y medianas. En este contexto, es plausible aspirar a rendimientos anuales sobre el 12%. Si bien la evolución de la industria da acceso a instrumentos semi-líquidos (liquidez trimestral), la elección del manager es crucial y se debería favorecer aquellos con vasta experiencia en la industria, que hayan navegado por distintos ciclos de mercado.
3) Fondos secundarios de activos alternativos: en el universo de activos alternativos, los fondos secundarios tienen atributos interesantes, como la mitigación de la curva “J” y la diversificación por «vintage». Además de la selección del manager, uno de los principales determinantes de la rentabilidad son los «descuentos» a los cuales se ejecutan las transacciones.
En régimen, un manager con una posición dominante puede conseguir niveles en torno a 20%, pero hoy, algunos de esos managers están consiguiendo descuentos sobre el 30%. ¿Por qué? En primer lugar, inversionistas que quedaron sobre-invertidos el año pasado y se han visto forzados a desinvertir en activos alternativos. El segundo factor que explica este nivel de descuentos es la desaceleración del «fund rasing» y la caída de la liquidez en los mercados que ha dificultado las salidas (exits), por lo que los fondos secundarios son una vía de salida, tanto para gestores como para inversionistas. Esta es una oportunidad más adecuada para inversionistas sofisticados y con un horizonte de inversión de entre 8 a 10 años o más.
Estas ideas oportunistas -o satélites, requieren de una asesoría integral, pero tienen en común el que permiten abstraerse de la incertidumbre y volatilidad de corto plazo, más aun considerando que se acerca el verano del hemisferio norte, que trae menos volúmenes y variaciones más fuertes en precios.
Tribuna de opinión de Marco Antonio Pardo, Jefe de Soluciones Globales de Compass.