Los efectos son ampliamente conocidos ya, pues el fenómeno climático más el aumento del precio del dólar han llevado la inflación en Colombia a niveles cercanos al 6%. Esto ha traído como consecuencia un aumento de tasas de interés del BanRep —la última, incluso, más “agresiva” de lo que anticipaban los analistas financieros—y el compromiso de tratar de mantener el dólar, si no bajo, por lo menos estable —no hay nada que impacte más a un financiero, que la volatilidad de la divisa, porque así es imposible, entre muchas otras, cosas tan básicas como hacer la proyección del presupuesto de ingresos y gastos del próximo año.
Pero hay mucha más tela de donde cortar: hablando y preguntando, que es como se saben muchas cosas, más allá de las que se publican, he podido deducir que los precios pueden traernos algunas sorpresas todavía. Dicen que el fenómeno del niño vendrá con mayor fuerza en los próximos meses (especialmente el primer trimestre de 2016), pero un detalle es el que me preocupa, como es el hecho que el fenómeno llegó después de lo que esperaban los agricultores. Obviamente ante un clima que daña los cultivos la opción es posponer los mismos, pero en Colombia, en no pocos casos, se han pospuesto casi un año, teniendo en cuenta que se esperaba que el clima seco estuviera presente a finales de 2014 e inicios de 2015. No se dio, se está presentando en la segunda parte de este año, por lo cual los cultivos se movieron para mitad de 2016. Es decir, vamos a tener cerca de dos años de producción agrícola en muchos sectores en lo mínimo, y esto debe seguir impactando precios.
El segundo tema es que muchos productores, tanto agropecuarios como industriales, que aguantaron el aumento en el precio del dólar, tratando de no pasarlo a los consumidores finales, no aguantan más. Durante los últimos seis meses, que el dólar ha estado al alza, llevaron contra sus estados financieros los costos crecientes de producción, pero ya el esquema no aguanta más, y el paso de los costos crecientes, que no se había dado en su totalidad, se deberá ver reflejado en los próximos meses.
No sé si en las condiciones actuales el incremento de la tasa de interés tenga el efecto de controlar el aumento de precios que se ha venido registrando. Una cosa es la política monetaria ante un aumento de la demanda, pero otro es el efecto cuando el problema es una falta de oferta. Una solución podría ser importar bienes y productos, que, si bien tiene un efecto positivo sobre los consumidores finales, no arregla el problema de los productores, que seguirán sintiendo el peso de la subida del dólar.
Es un panorama complejo, en el cual el BanRep, debe tener unas buenas dudas sobre el procedimiento a seguir. El Banco Central de Colombia ha sido reconocido como muy exitoso en política monetaria, estabilidad de los indicadores que maneja, entre muchas otras cosas; por lo que no se le debe criticar por tomar el tiempo para pensar prospectivamente como superar fenómenos tan extraños en la economía como son una desaceleración económica con altos precios al mismo tiempo.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.