2023 ha comenzado con cierta incertidumbre. Por ello, quizá este año estará caracterizado por un entorno económico de gran volatilidad y algunos interrogantes sobre las medidas que tomarán los principales bancos centrales. De cara a los próximos meses, algunos de los retos a los que se enfrentó el mercado en 2022 podrían continuar en este año. Sin embargo, hemos identificado cinco factores que nos hacen ser optimistas con los mercados emergentes en 2023.
En primer lugar, estamos observando una mejoría constante en los datos económicos de los mercados emergentes, con indicadores económicos adelantados que se están acelerando a un ritmo más rápido en estas zonas geográficas que en las economías desarrolladas.
En segundo lugar, los bancos centrales de los mercados emergentes no han considerado «transitorio» el aumento de la inflación, como sus homólogos de Alemania, y han empezado a subir los tipos mucho antes. Con unos tipos reales positivos y una inflación moderada o a la baja, en nuestra opinión las perspectivas de apoyo a la política monetaria en los mercados emergentes son sólidas.
En tercer lugar, las revisiones de los resultados en los mercados emergentes comenzaron hace casi 18 meses, mucho antes que en los mercados desarrollados. Aunque todavía no estamos cerca de ver mejoras de los resultados en estas economías, las rebajas de los beneficios en los mercados monetarios se han acelerado en términos relativos. Este hecho, históricamente, ha sido una señal clara para la rentabilidad relativa de las acciones de los mercados emergentes.
En cuarto lugar, tras una agresiva reducción de su valor en 2022, las valoraciones de los mercados emergentes parecen atractivas tanto en relación con su propia trayectoria histórica como con los mercados desarrollados. Sin embargo, el panorama de las valoraciones agregadas en los mercados emergentes también oculta algunas grandes dispersiones bajo la superficie: por ejemplo, China cotiza cerca de su valoración más barata de la historia y la India en la más cara, lo que presenta interesantes oportunidades de inversión relativa. Por último, la combinación de un menor impulso inflacionista en EE.UU., las señales de la Reserva Federal de menores incrementos de los tipos y las predicciones de un crecimiento más débil el próximo año han lastrado al dólar estadounidense, aliviando la presión sobre los mercados emergentes.
Pese a lo anteriormente comentado, 2023 no será un camino de rosas. Si bien seguirán existiendo varios retos, el flujo de noticias está mejorando y las valoraciones ofrecen un punto de partida convincente. A largo plazo, somos positivos con las oportunidades temáticas que se presentan en los mercados emergentes (por ejemplo, sanidad, sostenibilidad o digitalización).
Mayores oportunidades por mercados
Creemos que las mayores oportunidades en los mercados emergentes vienen de la mano de temáticas estructurales, no por regiones. Sin embargo, estas oportunidades temáticas no están distribuidas de forma uniforme.
Por ejemplo, América Latina ha experimentado décadas de políticas deficientes y altos niveles de ciclicidad económica. Las recientes elecciones ofrecen cierta esperanza de que la región pueda hacer la transición hacia un crecimiento sostenible, aunque necesitamos ver más pruebas de ello a medida que avance el año.
En cuanto a Europa Central y Oriental, creemos que 2023 continuará siendo muy difícil para estas regiones. Las realidades económicas de los conflictos militares probablemente obstaculizarán las perspectivas de crecimiento y retrasarán los flujos de capital necesarios para las oportunidades de inversión estructural. Un cese de la guerra en Ucrania sería un resultado maravilloso en 2023. Sin embargo, incluso entonces se necesitará mucho apoyo para reconstruir la confianza en la región.
Por la parte de Oriente Próximo, la combinación de unos mercados energéticos más sólidos y unas políticas económicas y sociales más progresistas favoreció la obtención de buenos resultados en 2022. Repetir los mismos resultados en 2023 dependerá en gran medida de consideraciones geopolíticas. La India fue uno de los países con mejores resultados económicos en los últimos 12 meses. Junto con el flujo de noticias políticas positivas, el optimismo en el mercado de renta variable indio rara vez ha sido mayor. Sin embargo, con unas valoraciones que se encuentran ahora en máximos históricos es probable que la rentabilidad del mercado dependa cada vez más de que los responsables políticos cumplan sus promesas.
Por otro lado, creemos que Asia ofrece un interesante abanico de posibles inversiones ganadoras. Actualmente, estamos empezando a ver la aparición de un impulso económico positivo en un momento en que las valoraciones siguen siendo muy baratas en relación con otras regiones y con su propia historia. Actualmente encontramos más oportunidades de inversión atractivas en Asia que en ningún otro lugar.
En cuanto a China, las perspectivas en el país Dragón son alentadoras, tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, el panorama cíclico está mejorando rápidamente, en gran parte gracias a la reapertura de Covid, y esta mejora se ve respaldada por las medidas de relajación de las condiciones financieras a escala local. A largo plazo, las temáticas estructurales en China siguen siendo extremadamente sólidas y están bien respaldadas por medidas políticas bien pensadas.
Tribuna elaborada por Dáire Dunne, gestor de carteras temáticas en Wellington Management.