Los riesgos que enfrenta la economía mundial se redujeron a corto plazo gracias al principio de acuerdo en relación a la situación de la deuda del gobierno de Grecia. Las negociaciones deberían permitir una estabilidad por el momento, pero aún no se aprecia una clara solución de largo plazo. Las principales preocupaciones entonces se han centrado ahora en China y los EE.UU., por razones opuestas.
Con respecto a los EE.UU., la preocupación es que la fortaleza de su economía lleve a su banco central a elevar sus tasas de interés en forma prematura y/o abrupta, lo que podría poner en riesgo el crecimiento mundial. Ni la lectura de las cifras recientes ni del discurso de la Fed aclara completamente la situación. En efecto, la primera estimación del PIB del segundo trimestre en los EE.UU. mostró una importante mejoría en la cifra secuencial ajustada por estacionalidad, ya que la variación anualizada aumentó desde 0,6% en el primer trimestre a 2,3%, lo cual sin embargo fue levemente inferior a lo esperado de 2,5%.
En todo caso la mayor noticia fue la corrección al alza en la estimación del crecimiento del primer trimestre, la cual pasó desde una baja de 0,2% a un alza de 0,6%. Por lo tanto en definitiva el crecimiento promedio de ambos trimestres fue de 1,45%, por encima del 1,14% que se obtiene al utilizar el -0,2% con el 2,5% esperado. Es decir, el nivel de PIB del segundo trimestre fue superior al esperado, por lo que el reporte debe ser considerado como positivo para la economía pero preocupante en términos del temor de alza de tasas.
En términos de su comparación con el año pasado el crecimiento del PIB en el segundo trimestre también fue de 2,3%, pero en este caso comparado con un 2,9% del trimestre previo. Lamentablemente el detalle de las cifras no es tan positivo como en trimestres previos, ya que la inversión creció sólo 3,6% en doce meses, por debajo del 4,8% del trimestre previo. Las exportaciones también se desaceleraron, desde 2,6% a 1,5%. El crecimiento del consumo se mantuvo estable, ya que pasó desde 3,3% a 3,1%. Otro dato muy importante es que el índice de precios al consumidor aparentemente preferido como referencia por el Banco Central de los EE.UU. aumentó sólo 1,3% en el segundo trimestre, igual al anterior.
Por lo tanto la economía sigue creciendo razonablemente bien y la inflación sigue bajo control. Adicionalmente, se reportaron dos cifras negativas que podrían causar una demora en la esperada alza de tasas de interés por parte del Fed, y por ende ser positivas desde el punto de vista del riesgo comentado más arriba.
Por un lado la confianza de las personas bajó sorpresivamente desde 99,8 a 90,9, la mayor baja en cuatro años; se esperaba un alza a 100. Por otro lado, el indicador de costo del empleo sólo aumentó un 2% en el segundo trimestre, luego de que un alza de 2,6% del primer trimestre había reforzado la tesis de solidez del mercado laboral y por ende mayores expectativas de crecimiento y gasto. Esta cifra modera e incluso revierte esas expectativas, lo que alivia la presión sobre la temida alza de tasas de interés. En el mercado laboral la creación de empleos oficial de julio estuvo en línea con lo esperado en 215.000 mientras que el aumento de los salarios pasó desde 2% a 2,1%; aun sin mostrar riesgos inflacionarios. La tasa de desempleo se mantuvo en 5,3%.
En la zona Euro la inflación preliminar de julio fue de 0,2%, igual a la de junio pero ambas por debajo del 0,3% de mayo. Sin embargo el temor a una deflación sigue pareciendo algo lejano, ya que por ejemplo la inflación subyacente habría aumentado desde 0,8% en junio a 1% en julio de acuerdo a los datos preliminares. Las ventas minoristas en mayo subieron0,2% secuencial y 2,4% en doce meses, algo inferior al 2,7% del mes anterior pero mostrando solidez. La tasa de desempleo se mantuvo estable. Mientras tanto el proceso de normalización monetaria sigue su curso, ya que la cantidad de dinero aumentó un 5% en junio al igual que en mayo, al tiempo que los créditos de la banca al sector privado siguen acelerando, esta vez desde 1,4% en mayo a 1,7% en junio.
Recordemos que la variación de estos créditos fue negativa todo el 2013 y 2014 hasta diciembre. Este mejoramiento crediticio debiera continuar impulsando un moderado crecimiento de la zona Euro. Sin embargo, se reportaron las cifras de déficit y deuda pública del primer trimestre, con resultados mixtos. Por un lado el déficit bajó desde 2,5% del PIB a 2,3% pero por otra parte la relación deuda a PIB sigue aumentando, ya que llegó a 92,9% en el segundo trimestre comparado con 92% en el trimestre inmediatamente anterior y 91,1% en el primer trimestre de 2014.
En China se reportó el PIB del segundo trimestre con un crecimiento de 7%, en línea con la meta de las autoridades pero desalineado con la información sectorial mensual que se conoce, la cual muestra un crecimiento algo menor pero en ningún caso una detención brusca del crecimiento. Por ejemplo el indicador PMI marcó un 48,2 en julio, por debajo del 49,4 de junio pero todavía compatible con crecimiento de acuerdo a la información histórica.
Durante junio las bolsas de China mostraron altísimas volatilidades, lo que provocó importantes intervenciones por parte del gobierno y llevó a una cierta estabilización durante julio. Estabilización que volvió a tornarse en volatilidad en agosto, lo que motivó nuevas intervenciones de las autoridades, tanto en la divisa como en los tipos de interés además de otras medidas. Sin embargo estas intervenciones causaron preocupación en términos de si la decisión de las autoridades de otorgar una mayor importancia a los mercados en el mundo económico va a persistir. Sólo el tiempo nos dará la respuesta. Adicionalmente, la debilidad de China se ha asociado a la debilidad de los productos primarios incluidos el petróleo y el cobre, aunque otros analistas consideran que la amplia oferta de los distintos productos es mayoritariamente responsable de la baja en sus precios.
El PIB de Corea creció sólo un 0,3% trimestral secuencial en el segundo trimestre del presente año, por debajo del previo de 0,8%; en doce meses es un crecimiento de 2,2%. Se lo considera afectado por la proliferación de la enfermedad MERS por lo que se espera una recuperación.
En América Latina ante la fuerte depreciación de prácticamente todas las monedas algunos gobiernos están actuando. El Banco Central de México decidió aumentar sus ventas diarias de dólares sin precio mínimo desde 50 millones dólares a 200 millones de dólares desde el 31 de julio hasta el 30 de septiembre. También decidió reducir el “desliz” desde 1,5% a 1% diario, en efecto limitando la depreciación diaria a ese valor con la posible excepción de que a ese precio se licitan los mismos 200 millones de dólares diarios que se licitaban previamente, por lo que ante una gran demanda esta tasa de depreciación podría ser superada. En Brasil el Banco Central subió nuevamente su tasa de interés de referencia, aunque no necesariamente asociado al tipo de cambio. El alza llevó la tasa a 14,25% desde 13,75% y el anuncio fue leído como una declaración de que se llegó al máximo de tasa. Mientras tanto el crecimiento de los créditos se ha seguido moderando pero llegó a 9,8% en junio, todavía positivo en términos reales.
Mientras tanto el déficit fiscal sigue empeorando, llegando a 0,80% del PIB en los doce meses terminados en junio, desde 0,68% a mayo. Este es el concepto de balance primario, para el cual la meta fue recientemente reducida a un superávit de 0,15% del PIB.
Los países publicaron sus inflaciones de julio. En Brasil hubo un nuevo aumento, desde 8,89% en junio a 9,56%. Más preocupante fue el hecho de que la inflación subyacente aumentó y llegó a casi 8%. En México la inflación se mantuvo estable y por debajo de la meta de 3%, ya que pasó desde 2,9% en junio a 2,74% en julio, mientras que la inflación subyacente se mantuvo cerca del piso de la banda en 2,3%. En Chile, Colombia y Perú la inflación aumentó en cerca de dos décimas entre junio y julio (en su medición a doce meses) y en todos estos países se mantiene en torno a medio punto por sobre el techo de sus respectivos rangos meta de inflación.
Opinión de Valentín Carril, economista jefe para Latinoamérica de Principal International.