En este momento del año, el esmog en Pekín, China, puede llegar a ser insoportable. Por toda la ciudad, esta niebla impide que el sol brille. Pero los problemas relacionados con la contaminación no han enturbiado la actividad financiera. Resulta alentador que continuemos asistiendo a una mayor apertura de los mercados de capitales en China, además de una mayor vigilancia reglamentaria.
Si bien el aire lleno de esmog me disuade de caminar por las calles, los centros comerciales interiores de la ciudad son amplios. Así que, para tomarme un descanso de mis correos electrónicos y de mi research, descubrí un montón de escaparates a los que echar un vistazo en mi última visita a Pekín.
Me temo que el reto de la contaminación ambiental es algo a lo que China se enfrentará durante algún tiempo.
A pesar de que la electricidad generada con carbón ha disminuido en China, el carbón es difícil de reemplazar, dadas las tremendas necesidades energéticas del país. China continúa siendo el mayor consumidor de carbón del mundo.
Sin embargo, la energía renovable ha sido elemento clave de interés, según lo indicado en el 13º Plan Quinquenal de China. Las plantas de carbón más antiguas han quedado inutilizadas y en desuso, mientras que otras se han sometido a controles más estrictos. La Administración de Información sobre Energía estadounidense ha pronosticado que el uso de carbón en China podría alcanzar su pico en 2018 y luego comenzar a decaer a medida que la generación de electricidad en China se vaya sustituyendo por energías renovables. Por tanto, con suerte, en el futuro los cielos de Pekín volverán a estar limpios.
Batalla en los paneles solares
Las últimas reformas reglamentarias están allanando el camino para una mayor participación extranjera en los mercados de China. El programa Shenzhen-Hong Kong Stock Connect y otras iniciativas han abierto el marcado chino a más inversores, y han fomentado la participación cruzada entre mercados. Los inversores extranjeros ahora tienen más acceso directo a las acciones que cotizan en China, y los inversores chinos del territorio continental pueden a acceder a las acciones que cotizan en Hong Kong.
A principios de noviembre de este año, el viceministro chino de Finanzas anunció una mayor apertura de los mercados del país. Se eliminarían las restricciones a la propiedad extranjera de las empresas financieras (incluidos bancos y gestores de activos) y los inversores extranjeros podrían adquirir participaciones mayoritarias en empresas chinas locales. Como inversores en China durante más de dos décadas, recibimos con satisfacción la decisión de China de continuar liberalizando el mercado para la participación extranjera.
El anuncio se produjo inmediatamente después de la visita del presidente estadounidense Trump al país como parte de su amplia gira por Asia, donde mantuvo conversaciones con una serie de líderes. Trump ha solicitado nuevos acuerdos comerciales y más acceso al mercado chino para las empresas estadounidenses.
Algunos informes de los medios han sugerido que la industria solar podría ser un objetivo comercial importante para Trump en el próximo año. China es el mayor productor de paneles solares del mundo, y algunos fabricantes estadounidenses afirman que la presión de los precios de China les ha hecho abandonar el negocio. El gobierno de China apoya a la industria con financiación de bajo costo, y algunos afirman que esto les da una ventaja injusta. Entretanto, Estados Unidos ha impuesto aranceles sobre los paneles solares chinos, lo cual podría ampliarse al Sudeste Asiático en términos más generales. Será interesante ver cómo se desarrolla todo esto.
Reformas reglamentarias
China ha tomado medidas drásticas contra algunas empresas y prácticas en un intento de reducir los riesgos en el sistema financiero. Mientras estaba en Pekín, el Gobierno anunció restricciones normativas en el ámbito de las finanzas y los seguros.
En particular, las autoridades reguladoras chinas se han centrado en las empresas de seguros e inmobiliarias en relación con sus adquisiciones en el extranjero, que han financiado mediante pólizas de seguros nacionales y préstamos bancarios nacionales.
Como las adquisiciones en el extranjero se han realizado en inversiones relativamente menos líquidas, esto ha incrementado el riesgo de liquidez para estas empresas, así como para el sistema financiero en general. Las autoridades también han intentado frenar las salidas de capital para prevenir el debilitamiento del renminbi. Con la consolidación generalizada de las regulaciones en todo el sector financiero, la autoridad reguladora de seguros también se ha movido para comprometerse a un control más estricto de las inversiones en acciones mediante fondos de seguros y limitar los riesgos en las transacciones que utilizan el capital obtenido de los productos de seguros de alto rendimiento y a corto plazo.
Parece que el liderazgo de China sigue persiguiendo reformas clave, y no solo en el ámbito de las finanzas. Acogemos con beneplácito sus esfuerzos por liberalizar aún más todas las esferas de la economía y el mercado, ya que sigue siendo difícil para los inversores extranjeros competir con las empresas controladas por el Gobierno en muchos ámbitos.
Sin embargo, cabe destacar que algunas empresas estatales soportan grandes cargas de deuda, por lo que si algún inversor extranjero se ve obligado a asociarse con ellas, puede haber riesgos adicionales que deban tenerse en cuenta.
Durante mi reciente visita a Pekín, mis compañeros y yo fuimos a visitar la sede de un importante fabricante de automóviles fuera de la ciudad. El edificio era bonito (¡y enorme!) en forma de un óvalo blanco brillante. El sector del automóvil es un ejemplo de la influencia y la integración de empresas extranjeras, dado que la empresa a la que visitamos tiene negocios conjuntos con empresas extranjeras, además de su propia marca automovilística local.
En mi opinión, está claro que para seguir creciendo, China debe seguir abriendo sus mercados y trabajando con inversores extranjeros en muchos aspectos. Esperamos con interés las oportunidades potenciales que traerá el próximo año.
Mark Mobius es presidente ejecutivo de Templeton Emerging Markets Group.