Michel Wiskirski, gestor de fondos de Carmignac advierte que aunque el panorama no pinta totalmente negro, los compromisos asumidos en la última década representan, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), menos de un 20% de los esfuerzos que deberían desplegarse para cumplir el objetivo de neutralidad de carbono contemplado por la Unión Europea para 2050. Por tanto, enfatiza que se debe acelerar la transición energética.
Aunque el gasto asociado a la transición está aumentando de forma paulatina, Michel Wiskirski precisa que la dinámica resulta insuficiente y que los recursos asignados “son demasiado pequeños para hacer frente a la demanda de servicios energéticos de forma sostenible”.
Particularmente explica que se suelen hacer grandes anuncios políticos. “Pero cuando toca llevar las cosas a la práctica, vemos que las buenas intenciones no se traducen en hechos. No debemos subestimar la lentitud de la burocracia, como ocurre sobre todo en Alemania y Estados Unidos”, comenta.
El gestor recuerda que el Acuerdo de París, adoptado hace seis años, pretende limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales. Para lograr este objetivo, las inversiones anuales en proyectos e infraestructuras de energías limpias deberían aumentar en casi 4 billones de dólares para 2030, según la AIE. Hasta la fecha, las inversiones efectuadas representan sólo unos cientos de millones al año, según Michel Wiskirski.
¿Cómo avanzar hacia la sostenibilidad sin crear otros problemas?
Una de las causas del aumento de los precios del gas y el petróleo que hemos observado en el último tiempo, se debe en parte a falta de energías verdes, pero no es la única explicación.
Sin embargo, Michel Wiskirski detalla que el insuficiente desarrollo y puesta en marcha de nuevas estructuras de producción de energías renovables “sin duda ha tenido mucho que ver, ya que las necesidades energéticas han vuelto a un nivel muy cercano al que existía antes de la crisis del COVID-19”.
De acuerdo al experto, nuestras actuales capacidades de producción de combustibles fósiles y energías renovables son insuficientes para satisfacer esta demanda. “Para que la transición energética tenga éxito, no debemos reducir nuestro consumo de combustibles fósiles sin al mismo tiempo aumentar en gran medida la inversión en energías renovables. A día de hoy, se han puesto en marcha muy pocos proyectos para desarrollar energías alternativas. En este contexto, a fin de no generar un nuevo problema para resolver otro, la transición energética debe llevarse a cabo de modo inclusivo”, enfatiza.
Michel Wiskirski indica que no basta con prohibir la venta de calderas de gas o de vehículos diésel, ni con detener la explotación de nuevas minas de carbón para afrontar el reto de la transición energética, pues la producción de energía es una cadena muy compleja a escala mundial en la que participan muchos actores.
¿Y cómo avanzar hacia la sostenibilidad sin crear otros problemas? Es necesario implicar a las compañías petroleras y gasísticas con vistas a que produzcan lo suficiente para satisfacer las necesidades, pero que al mismo tiempo emitan menos CO2. “Lo que puede marcar la diferencia, y por ello debemos supervisar y potenciar, es el conjunto de esfuerzos desplegados a lo largo de la cadena de producción, desde la extracción de combustibles fósiles hasta las alternativas limpias en el surtidor”, precisa el gestor.
Michel Wiskirski advierte que hasta que no se encuentren alternativas, la economía mundial continuará necesitando a los combustibles fósiles. En el caso del petróleo, cabe esperar que la demanda siga creciendo hasta 2030, tras lo que comenzará a disminuir.
“A partir de entonces, anticipamos una reducción acusada de esta demanda —que podría llegar a caer un 75% en 2050 respecto al nivel de 2020— gracias a, por ejemplo, un menor uso en la producción de plásticos o el desarrollo de vehículos eléctricos”, específica.
Asimismo, el gestor señala que aunque debemos producir más energía renovable, también necesitamos disponer en paralelo de una fuente de energía estable como el gas natural y la energía nuclear durante este periodo de transición.
“Resulta preciso invertir para aumentar nuestra capacidad de producción de gas natural, sobre todo porque figura en la «Taxonomía europea1» como un elemento clave de la transición energética y como una fuente de energía verde del mix energético del futuro. Pero más allá de las consideraciones económicas de la producción de petróleo y gas, existe asimismo una dimensión social que no debemos pasar por alto”, advierte.
El experto sostiene que alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo trabajan directamente para la industria del petróleo y el gas, mientras que muchas regiones de los países en desarrollo prosperan gracias a este sector, o dependen exclusivamente del mismo. “Por todo ello, debemos reflexionar sobre cuál es la mejor manera de apoyar a este sector en los próximos años al objeto de ayudar a la economía mundial a afrontar el reto de la transición energética”, comenta.
Por otro lado, Michel Wiskirski menciona el papel que pueden jugar las nuevas tecnologías en el camino hacia la transición energética. “Gracias a ellas podremos afrontar los retos que constituyen el almacenaje de la energía renovable, la utilización del hidrógeno como fuente de energía o la captura del CO2 presente en el aire y su almacenamiento bajo tierra”, menciona.
El enfoque en la inversión
Por último, el gestor da a conocer de qué forma Carmignac gestiona el tema de la transición energética.
En primer lugar, señala que en Carmignac se aplica un enfoque global basado en la capacidad de la gestora para invertir, implicarse e influir en las decisiones de gobierno corporativo a todos los niveles.
En segundo lugar, detalla que cuentan con un fondo especializado, que invierte en tres temáticas que permitirán afrontar los retos asociados a la transición energética y cumplir el objetivo de la neutralidad del carbono en 2050:
1) Productores de energía limpia, es decir, empresas que ofrecen soluciones de producción de energía renovable.
2) «Facilitadores»: compañías que ayudan a descarbonizar todos los segmentos de la economía, incluidos los que no resultan perceptibles de forma inmediata e intuitiva.
3) Actores clave de la transición: empresas que se consideran problemáticas desde el punto de vista medioambiental “pero a las que ayudamos a abordar el reto del desarrollo sostenible porque, a nuestro juicio, pueden aportar una solución si se les brinda apoyo”, concluye el experto.
1La Taxonomía europea es un reglamento europeo dirigido a establecer una clasificación de las actividades económicas a fin de determinar cuáles pueden considerarse «ambientalmente sostenibles» o «verdes» (Fuente : Banco de Francia)-
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Fuente: Carmignac a 05/11/2021
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Sobre Michel Wiskirski
Michel Wiskirski es gestor de fondos en el equipo de renta variable internacional y está especializado en materias primas. Wiskirski se incorporó a Carmignac en 2014 como especialista de producto en mercados emergentes y materias primas antes de ser nombrado analista especializado en mercados emergentes en 2015 y, posteriormente, gestor de fondos en 2018. Comenzó su carrera profesional en 2006 en Crédit Agricole CIB, donde trabajó como analista financiero, y se trasladó a BNP Paribas-Fortis Banque en 2007, donde ocupó el puesto de analista de deuda corporativa hasta 2008. En 2010, se incorporó a UBS Investment Bank en Londres en calidad de asociado en el equipo de soluciones multiactivo para la región EMEA hasta 2014. Wiskirski cuenta con un máster en Finanzas por la ESSEC Business School y dos másteres en Derecho, uno por la University of Oxford y otro por la Université Paris 2 Panthéon-Assas.