Los grandes avances que se produjeron en el ámbito de la inteligencia artificial (IA) acapararon en 2023 la atención de los mercados e impulsaron la cotización de las grandes tecnológicas. Sin embargo, el sector tecnológico no es el único que podría beneficiarse del crecimiento de la IA. Las aplicaciones basadas en IA están impulsando la innovación en numerosos sectores, como el farmacéutico, el bancario e incluso el de la comida rápida. McDonald’s utiliza la IA para agilizar su sistema de pedidos realizados desde el coche, Pfizer emplea la IA para acelerar el desarrollo de nuevos fármacos y JPMorgan Chase está desarrollando bots de IA para detectar situaciones de usurpación de identidad. Estas compañías se unen a otras beneficiarias más evidentes, como NVIDIA, que diseña potentes chips informáticos necesarios para ejecutar aplicaciones de IA, y Microsoft, copropietaria de la popular aplicación de IA ChatGPT.
El reto para los inversores será distinguir las verdaderas oportunidades que puede ofrecer el crecimiento exponencial de los sistemas de IA en los próximos diez años. Cuando me planteo la inversión en IA, lo hago con un cierto grado de prudencia. El furor que despierta esta nueva tecnología me recuerda al que despertaron las empresas de internet a finales de la década de 1990, aunque no creo que sea tan generalizado en el caso de la IA. En mi opinión, la IA va a tener un enorme impacto en la sociedad, pero aún tenemos que identificar cuáles van a ser las fuentes de beneficios. Todavía queda mucho por hacer.
Pero si cree que toda la innovación viene de Estados Unidos, se equivoca. Aunque son las grandes tecnológicas estadounidenses las que acaparan los titulares con sus avances en inteligencia artificial, Europa alberga muchas compañías de diversos sectores que están realizando importantes avances. AstraZeneca, la farmacéutica británico-sueca que desarrolló la vacuna contra el covid y que fabrica Tagrisso, el fármaco contra el cáncer de pulmón, ha realizado fuertes inversiones en investigación y desarrollo, lo que ha dado lugar a una amplia gama de terapias oncológicas y contra enfermedades raras en etapas avanzadas de desarrollo. Sika, compañía suiza especializada en productos químicos, podría verse favorecida por el endurecimiento de la normativa en materia de emisiones y por el aumento de la inversión en infraestructuras en economías desarrolladas gracias a sus materiales de construcción duraderos y de bajo consumo de energía.
La innovación será también crucial a la hora de hacer frente a los problemas de sostenibilidad en el sector aeroespacial. El endurecimiento de las exigencias en materia de emisiones lleva a las aerolíneas a encargar los aviones más modernos y eficientes, lo que favorece a los fabricantes que utilizan la tecnología más avanzada. La compañía francesa Safran, que se ha convertido en el principal fabricante de motores para aviones de fuselaje estrecho, está desarrollando motores en colaboración con General Electric que podrían reducir las emisiones en un 20%. Estados Unidos continúa siendo un importante motor de innovación, pero los inversores deberían fijarse también en otros mercados, como el europeo, para encontrar oportunidades de inversión que puedan ofrecer diversificación a sus carteras.
Mientras que los inversores se han dejado llevar por el fervor de la inteligencia artificial, las valoraciones de las compañías que reparten dividendos se han ido reduciendo hasta alcanzar los niveles más bajos de las últimas décadas, al contrario de lo que ha ocurrido en el mercado en general. Ante la previsión de moderación del crecimiento en 2024 y la posibilidad de que la economía entre en recesión, los dividendos podrían adquirir un mayor protagonismo a la hora de impulsar la rentabilidad total de los inversores.
Es difícil saber cuándo puede cambiar el ciclo, por lo que los inversores pueden buscar compañías con potencial de crecimiento, pero también empresas que repartan dividendos, lo que puede ayudar a mitigar la volatilidad de los mercados. La valoración es importante, pero es esencial saber distinguir entre el valor real y las compañías cuyas perspectivas de negocio se están deteriorando.
Algunas compañías con reparto de dividendos de diversos sectores están adoptando estrategias destinadas a impulsar la demanda de sus productos. Por ejemplo, CVS Health ha creado un departamento que trabajará con los fabricantes de medicamentos en la producción de versiones biosimilares de los principales fármacos con el fin de hacerlos más asequibles. Y la compañía de bebidas Keurig Dr Pepper cuenta con una trayectoria de demanda relativamente estable a lo largo de los distintos ciclos de negocio en algunas de sus marcas, como Canada Dry y Snapple. Para aquellos inversores a los que les preocupan los riesgos que supone concentrar sus carteras en una serie de grandes tecnológicas similares entre sí, las compañías que reparten dividendos pueden ofrecer diversificación y generación de rentas.
Entre tanto, la industria estadounidense está recibiendo una gran oleada de efectivo, lo que podría dinamizar el ciclo de inversión de capital y configurar los sectores energético y manufacturero en el país. Con el fin de reforzar las cadenas de suministro nacionales, favorecer la expansión de la energía limpia e impulsar el sector de los semiconductores, el gobierno estadounidense se ha comprometido a asignar 1,4 billones de dólares a proyectos de capital en los próximos siete años. Esta inversión se traduce en potencial de crecimiento de los ingresos y los beneficios para aquellas compañías que cuenten con la capacidad y la flexibilidad necesarias para acometer estos grandes proyectos, como la modernización de la red eléctrica estadounidense y la construcción de fábricas.
Las previsiones se muestran únicamente a efectos ilustrativos. Fuente: Capital Group, Banco de la Reserva Federal de San Luis. Datos desde el 1 enero 1980 al 30 junio 2023. Los gastos de capital incluyen las estructuras y los equipos privados no residenciales y excluyen la energía.
Muchas compañías industriales llevan años en el desierto inversor. Este aumento del gasto de capital podría favorecer su transformación de compañías cíclicas y poco activas a empresas en crecimiento. Estos estímulos también podrían tener un efecto multiplicador en la economía, ya que las nuevas instalaciones favorecen la creación de perspectivas de empleo y otras posibles ventajas. Aunque gran parte del dinero aún no se ha gastado, la tendencia hacia la eficiencia energética, la localización de las cadenas de suministro y la mejora de las infraestructuras ya está generando oportunidades. Carrier Global, fabricante de sistemas de aire acondicionado, registró en 2023 un aumento de la demanda de sus sistemas de ahorro energético, ya que muchos países alcanzaron unas temperaturas sin precedentes. En el segmento de los bienes de equipo, Caterpillar registró en el segundo trimestre de 2023 un fuerte nivel de pedidos de sus equipos de construcción, lo que vino impulsado, en parte, por el gasto federal en infraestructuras.
Tribuna de opinión de los gestores de Capital Group Don O’Neal (inteligencia artificial), Michael Cohen (empresas europeas), Diana Wagner (dividendos) y Anne-Marie Peterson (gasto de capital en EE.UU.).
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