En este momento, resulta complicado determinar el impacto preciso que pueden tener los aranceles en la actividad económica de los mercados emergentes, ya que hay demasiadas variables en juego, como la posibilidad de que se negocie una reducción de los aranceles, la adopción de contramedidas por parte de los socios comerciales de Estados Unidos y la fluctuación de las divisas de las economías afectadas. No obstante, podemos analizar el nivel actual de aranceles y exportaciones a Estados Unidos para hacernos una idea de la proporción del PIB de la región que podría estar en riesgo. Según la teoría económica, los aranceles pueden provocar una disminución de las exportaciones y una reducción de la inflación nacional en el sector de los bienes comercializables.
Basándonos en el nivel actual de aranceles (al pasado 8 de abril), Asia se llevaría la peor parte, mientras que América Latina saldría mejor parada. Por su parte, los países de Europa Central y Oriental tienen una relación comercial limitada con Estados Unidos, por lo que cualquier posible impacto directo sería relativamente moderado. La mayoría de los países de Oriente Próximo solo deberán hacer frente a aranceles básicos, y el sector de la energía podría quedar excluido. En África, la situación es más heterogénea: algunos mercados solo soportarán aranceles básicos y otros se enfrentarán a unos gravámenes más elevados.
Habrá también un impacto más indirecto que afectará a los países más orientados al comercio y que están integrados en las cadenas globales de suministro. Los aranceles frenarán el ciclo comercial y reducirán las exportaciones y el crecimiento. De nuevo Asia estará en primera línea de fuego, dados sus vínculos comerciales con China, pero también lo estarán Europa Central y Oriental y Turquía, por sus vínculos con la Unión Europea.
Efectos secundarios
Es probable que los aranceles afecten a los mercados emergentes a través de los siguientes canales:
- Ralentización del crecimiento de la economía estadounidense, aunque la puesta en marcha de medidas de estímulo en China podría resultar favorable. El aumento de los precios de importación afectará a los consumidores nacionales, mientras que la incertidumbre en torno a los aranceles podría hacer que las empresas retrasen la inversión y la contratación. La ralentización (y posible recesión) de las economías estadounidense y mundial puede afectar a los mercados emergentes a través de la disminución de la demanda de exportaciones, del turismo y de las remesas. Sin embargo, la puesta en marcha de un importante paquete de medidas de estímulo en China podría contrarrestar parte de la debilidad del crecimiento de la economía estadounidense.
- La caída de los precios del petróleo podría afectar de manera diferente a los diversos mercados emergentes. Arabia Saudí es la más expuesta de las economías que conforman el Consejo de Cooperación del Golfo, mientras que Emiratos Árabes Unidos sigue siendo la economía más diversificada. Por otra parte, la reducción de los precios del petróleo favorecerá de manera significativa a los grandes importadores de energía como la India y Turquía, donde las ventajas de dicha reducción de precios podrían superar el impacto negativo de la ralentización del crecimiento de la economía estadounidense.
- Es probable que la inflación disminuya en los mercados emergentes. A diferencia de lo que podría ocurrir en Estados Unidos, que se enfrenta al riesgo de aumento de la inflación, los aranceles podrían incrementar la presión deflacionista en China, lo que podría extenderse al resto de los mercados emergentes. Los exportadores chinos están quedando cada vez más excluidos del mercado estadounidense, por lo que los productos chinos podrían redirigirse a otros países, lo que también reducirá los precios en estas economías. La desaceleración del crecimiento de la economía mundial y la reducción de los precios de las materias primas también podrían favorecer la disminución de la inflación en los mercados emergentes.
- A pesar del deterioro de la confianza de los inversores, se prevé que los mercados emergentes principales muestren capacidad de resistencia. En los últimos dos años hemos asistido a una importante división en el universo de los mercados emergentes, entre los países principales de mayor calificación y las economías frontera de menor calificación. Las economías de menor calificación podrían enfrentarse a un contexto prolongado de falta de confianza de los inversores, ya que algunas de ellas han accedido recientemente a los mercados internacionales. Por su parte, las características del endeudamiento de los países más desarrollados de la región han cambiado, lo que ha contribuido a hacerlos menos dependientes del endeudamiento extranjero a corto plazo de lo que eran en el pasado. Muchos de estos países cuentan con unos balances externos y un acceso al capital lo suficientemente sólidos como para hacer frente a la volatilidad.
En lo que se refiere concretamente a los aranceles, los mercados también determinarán qué mercados emergentes cuentan con una mayor presencia del consumo de los hogares en su PIB y con una mayor proporción de servicios en su mercado de exportación, así como cuáles tienen margen fiscal y monetario para ayudar a sus respectivas economías si fuese necesario.
Inversión en un entorno como el actual
Crédito de mercados emergentes
Los mercados emergentes con menos vulnerabilidades externas y menos desequilibrios internos ofrecen una mayor capacidad de resistencia y una mayor flexibilidad para que las autoridades puedan hacer frente a los riesgos externos, aunque los diferenciales suelen estar ajustados en estas economías de mayor calificación. Actualmente encontramos oportunidades en el mercado de deuda corporativa de ciertos países de América Latina. Se espera que las compañías de la región cuenten con una mayor ventaja competitiva, ya que los aranceles son aquí inferiores a los que se han impuesto en otras regiones. Además, las compañías y sectores en los que invertimos no suelen depender excesivamente de Estados Unidos.
Tipos de cambio
En teoría, el dólar estadounidense debería fortalecerse, ya que hay una mayor demanda de dólares y una menor demanda de divisas extranjeras. Sin embargo, a largo plazo, los aranceles podrían ralentizar el crecimiento en Estados Unidos, lo que se traduciría en una reducción de los tipos reales. Ambos factores tienden a debilitar el dólar. Es probable que la actual debilidad de la divisa estadounidense refleje la falta de claridad sobre los aranceles y su impacto en el crecimiento de la economía del país.
Además del impacto del dólar, las divisas emergentes podrían verse también afectadas más directamente a través del canal comercial y la confianza de los inversores o la preocupación en torno al crecimiento. En términos regionales, las divisas asiáticas podrían ser las que más se debilitaran, sobre todo si así se favorece la exportación frente a los aranceles. A la región de Europa Central y Oriental podría irle algo mejor gracias a su mayor correlación con el euro, mientras que las divisas de América Latina no se verían especialmente afectadas, gracias a la posición más favorable de la región.
Deuda emergente denominada en divisa local
Durante la pandemia, muchos bancos centrales de los principales mercados emergentes permitieron la devaluación de sus respectivas divisas y recortaron los tipos de interés para respaldar el crecimiento. Ahora podríamos ver un enfoque similar, sobre todo si tenemos en cuenta los niveles actuales de tipos reales, la dinámica de la inflación, la reducción de los precios de las materias primas y el debilitamiento del dólar. Los países más desarrollados de la región podrían centrarse más en sus mandatos nacionales y depender en menor medida de la orientación de la Reserva Federal.
Cabe esperar que los países asiáticos sean los que recorten en mayor medida los tipos de interés, ya que la inflación ha alcanzado ya su objetivo en toda la región, e incluso en algunos casos se sitúa por debajo de dicho objetivo, y los tipos de interés reales siguen estando en territorio restrictivo. Vemos algunas oportunidades en duración en el mercado asiático, especialmente en Indonesia, que ofrece unos tipos reales elevados y una inflación reducida y estable. Los grandes déficits que se registran en la India se ven atenuados por la financiación local y una tendencia de endurecimiento monetario que se ha prolongado durante varios años, lo que convierte al país en una opción atractiva para las inversiones de mayor duración.
También identificamos oportunidades en duración en los países de América Latina. México y Brasil resultan especialmente atractivos, ya que ambos países ofrecen unos rendimientos relativamente elevados. México registra una ralentización de la actividad económica y la inflación, lo que, unido a una divisa relativamente estable, debería preparar el terreno para futuros recortes de tipos. Por su parte, Brasil se ha visto históricamente menos afectado por la volatilidad provocada por los aranceles, ya que se trata de una economía relativamente cerrada y sus agresivas subidas de tipos de interés han favorecido la estabilización del entorno macroeconómico.
En general el elevado carry de ciertas posiciones de mercados emergentes podría ofrecer un margen de rentas suficiente para hacer frente a una ralentización significativa del crecimiento de la economía mundial.
Tribuna de Kirstie Spence, gestora de cartera de Capital Group