¿Cuándo se producirá la siguiente recesión? Es una de las preguntas que oímos con mayor frecuencia, especialmente ahora que la Reserva Federal ha subido los tipos agresivamente para frenar a una inflación en máximos de 40 años. Nos parece claro que Estados Unidos entrará en recesión a principios de 2023, si no lo ha hecho ya. Nuestra expectativa es que sea mucho menos dañina que la crisis global financiera de 2008, aunque todavía pasará tiempo antes de que podamos comprobar al completo su impacto sobre la economía.
Las recesiones son complicadas, suelen ser incomprendidas y totalmente aterradoras. Pero, sobre todo, son difíciles de predecir, como escribió acertadamente Paul Samuelson – el primer estadounidense en ganar el premio Nobel de Economía- en la década de 1960. Así que, más que predecir la fecha exacta de la siguiente recesión, esta guía ofrecerá perspectivas sobre cuestiones como el comportamiento de las bolsas en recesiones anteriores, la cercanía de la próxima recesión o qué pueden hacer los inversores para estar preparados.
¿Cómo de cerca estamos de la siguiente recesión?
Aunque pueda parecer que ya estamos inmersos en una, creemos que todavía es improbable que se produzca una recesión oficial hasta finales de este año o principios de 2023. A pesar del impacto que ha tenido la alta inflación sobre el sentimiento del consumidor y los ingresos corporativos, la fortaleza del mercado laboral sigue apoyando a la economía en el corto plazo.
El momento exacto dependerá probablemente del ritmo y magnitud de los movimientos de la Fed. Es difícil ver una trayectoria clara para devolver la inflación al objetivo del 2% de la Fed sin empujar a la economía hacia una recesión. Bajo nuestro punto de vista, la única manera de romper la espiral de precios y salarios al alza es crear holgura en el mercado laboral. Dadas las disrupciones que causó la pandemia, es posible que la tasa de desempleo necesite subir al menos hasta el 5% o el 6% antes de que el crecimiento de los salarios se empiece a moderar. Creemos que esto hará que sea muy difícil evitar una recesión en 2023.
Los shocks geopolíticos – como la escalada bélica en Ucrania- o las consecuencias de una recesión al otro lado del charco son todavía más difíciles de predecir, pero podría acelerar la llegada de la recesión en EE.UU.
¿Cómo debería posicionar mi cartera para una recesión?
Ya hemos determinado que las acciones suelen tener un mal comportamiento durante las recesiones, pero no sugerimos tratar de cronometrar al mercado mediante la venta de acciones. Entonces, ¿los inversores no deberían hacer nada? Ciertamente, no.
Para estar preparados, los inversores deberían aprovechar la oportunidad para revisar su asignación de activos en general, que puede haber cambiado significativamente durante el mercado alcista, para asegurarse de que su cartera está equilibrada y diversificada. Consultar a un asesor financiero puede ayudar inmensamente, dado que estas decisiones pueden ser emocionales para muchos inversores.
No todas las acciones reaccionan igual durante periodos de estrés económico. En las diez mayores caídas de la renta variable entre 1987 y 2022, algunos sectores se comportaron de manera más coherente que otros; generalmente aquellos con mayores dividendos, como consumo básico o servicios públicos. Los dividendos pueden ofrecer un potencial de retornos recurrentes cuando las acciones están a la baja.
Los valores orientados al crecimiento todavía pueden tener un hueco en las carteras, pero los inversores deberían considerar compañías que tengan balances fuertes, flujos de caja consistentes y trayectorias de crecimiento de largo plazo que puedan compensar la volatilidad en el corto plazo.
Incluso en una recesión, hay muchas que compañías que pueden seguir siendo rentables. Céntrese en compañías con productos y servicios que la gente continúe usando a diario como las telecomunicaciones, los servicios públicos o la alimentación que tengan poder de fijación de precios.
¿Qué asignación debo hacer a renta fija de cara a una recesión?
Con frecuencia, la renta fija es clave para una inversión exitosa durante una recesión o un mercado bajista. Esto se debe a que los bonos pueden proporcionar una medida esencial de estabilidad y preservación de capital, especialmente cuando las bolsas son volátiles.
La corrección del mercado en el primer semestre de 2022 fue única en el sentido de que muchos bonos no jugaron su papel tradicional de activo refugio. Pero en las siete correcciones previas del mercado, los bonos – medidos por el índice Bloomberg U.S. Aggregate- cuadruplicaron su rentabilidad y nunca cayeron más de un 1%.
Conseguir una asignación correcta a renta fija siempre es importante. Pero con la economía estadounidense entrando en un periodo de incertidumbre, es especialmente crítico para los inversores que se centren en tener posiciones en bonos ‘core’ que puedan proporcionar equilibrio a sus carteras. Los inversores no necesitan necesariamente incrementar su asignación a bonos antes de una recesión, pero deberían revisar su exposición a renta fija con su profesional financiero de referencia para asegurarse de que está posicionada para proporcionar diversificación con acciones, rentas, preservación de capital y protección frente a la inflación, que son los que consideramos los cuatro roles clave que juega la renta fija en una cartera bien diversificada.
Ocho consejos clave
Esta guía para una recesión ofrece a los inversores las siguientes conclusiones para prepararse para la siguiente:
- Las recesiones son naturales y una parte necesaria de todo ciclo de inversión. Sucede cuando la productividad económica cae después de un periodo de crecimiento.
- Las recesiones no son frecuentes. Estados Unidos solo ha estado oficialmente en recesión menos del 15% del tiempo desde 1950.
- Las recesiones suelen ser relativamente cortas. Históricamente las recesiones han durado entre dos y 18 meses, durando la última unos diez meses.
- En comparación con los periodos de expansión, las recesiones tienen menos impacto. Una recesión media lleva a una contracción del 2,5% en el PIB. Las expansiones pueden hacer crecer a la economía un 25% de media.
- Una curva de tipos invertida ha precedido todas y cada una de las últimas ocho recesiones con una anticipación media de 14,5 meses. Es uno de los signos más fiables de que la desaceleración de la economía ha llegado a un punto de inflexión.
- Típicamente, la renta variable ha tocado techo siete meses antes de hacerlo el ciclo económico. Con frecuencia suelen recuperarse también antes de que la recesión haya acabado oficialmente.
- Algunos sectores de la renta variable se han comportado bien en fases de recesión. El consumo básico tocó máximos en el S&P 500 durante todas y cada una de las últimas diez grandes correcciones.
- Una cartera de bonos “core” puede proporcionar estabilidad durante las recesiones. Los bonos de alta calidad han demostrado resistencia cuando las bolsas caen con fuerza.