El metaverso será un gran mundo expansivo, la intersección de distintos espacios virtuales, en un ambiente puramente digital. Sin embargo, esta gran expansión del colectivo mundial sobre una superficie digital genera un gran problema: la identidad. Para que el metaverso florezca como espacio ideal e inclusivo, deben existir dos cosas: identidad y propiedad privada.
Los NFTs son un tipo de criptoactivo almacenado en el blockchain, totalmente identificables, comprobables, y no duplicables, que garantizan sin lugar a duda, que lo que alguien dice que tiene, lo tiene. Se pueden comprobar todas sus prestaciones en instantes, por cualquier persona. Y esas prestaciones pueden ser las que el creador del NFT quiera que sean. Por lo tanto, estamos hablando de que, por primera vez, tenemos un método mediante el cual un usuario puede tener propiedad privada digital, que tiene unas ciertas prestaciones y atributos, que solo ese activo digital posee. Nadie se lo puede quitar a ese usuario, ni nadie se lo puede copiar. Es un concepto disruptivo. Y esta misma propiedad privada se puede ligar a la identidad, como lo es poseer un DNI.
Debido a esto los NFTs han ganado mucha popularidad en su inicio en sectores como el arte, coleccionables, elementos identificativos, o pases de entrada. Ser dueño de un NFT particular le puede dar acceso a un usuario a un espacio virtual específico que esté cerrado para el resto de la gente, o le puede permitir formar parte de un club social exclusivo. También le puede identificar como experto en un tema, o como empleado de una empresa, o como ciudadano de una ciudad virtual, con credenciales verificables con facilidad. Los NFTs en un espacio virtual pueden representar los objetos visibles de ese espacio, como la apariencia de los avatares, la ropa que usan, el coche que conducen, etc. No hay límites para sus usos.
¿Qué oportunidades ofrece este nuevo entorno digital para las criptomonedas y los criptoactivos?
Para explicar el potencial de la captura de valor de los NFTs para el metaverso, y de la gran importancia que la escasez digital trae a este espacio, es importante destacar que, si no hay limitación sobre las existencias de los activos digitales, entonces hay una abundancia de todo. Y un mundo digital sin escasez, es un mundo aburrido y sin valor. El valor de los objetos, de los títulos, de la propiedad, siempre se ha definido por su escasez.
Pero en el mundo digital que hemos conocido hasta ahora, la escasez ha sido una imposibilidad. El “copiar y pegar” ha sido la regla y todo se ha hecho gratis, todo es común, nada es personal. Los criptoactivos, y en este caso los NFTs, son la primera tecnología que ha logrado cementar el concepto de propiedad privada digital, y por lo tanto escasez. Confieren valor en el mundo virtual.
Las oportunidades económicas que nos trae este nuevo activo son extraordinarias. Las ventas de NFTs para distintos esquemas de mundos digitales, videojuegos, o hasta eventos deportivos virtuales, han incrementado exponencialmente desde el año pasado. Los mercados digitales donde se compran y venden estos activos superan los mil millones de euros cada semana.
Los NFTs en este naciente entorno digital ofrecen una enorme oportunidad de monetización para las marcas que sepan jugar el nuevo juego. Las estrategias de branding tendrán que reinventarse constantemente para mantener el interés de sus seguidores. No es por coincidencia que las primeras marcas que se han metido de lleno en esta nueva industria son las de moda y lujo. Los analistas financieros de Goldman Sachs estiman que hay una oportunidad de 8 trillones de dólares en la monetización del etaverso.
Es verdad que muchos NFTs en el metaverso tienen el precio en criptomonedas, y, por lo tanto, al caer su valor en euros recientemente, el precio del NFT puede lucir más atractivo. Pero también se debe considerar que el valor de los activos del metaverso se rige por variables más importantes como su volumen de transacciones diarias, su popularidad, su influencia en la cultura, su capacidad de impresionar, su interés en mercados secundarios, y la longevidad de su moda. Estas variables son mucho más importantes que su precio en euros, el cual es muy volátil, cortoplacista, y poco confiable. También hay que considerar que muchas colecciones de NFTs tienen precio en euros o dólares directamente, por lo tanto, no son afectadas por movimientos en los mercados.
El metaverso no podrá existir sin criptoactivos y NFTs, ya que son la única tecnología que permite conferir propiedad privada e identidad digital de una manera descentralizada. Las redes sociales de hoy son totalmente centralizadas, dueñas de la información de sus usuarios, y estos quedan atrapados en jardines amurallados que no se comunican entre sí. Este modelo de negocio no funcionará en el metaverso, ya que los usuarios van a requerir transportar todos sus bienes, todos sus activos digitales que le confieren la identidad, de un espacio a otro.
Esto solo será posible a través de redes descentralizadas que no le pertenezcan a ninguna empresa particular, y que tengan la seguridad de no poder ser corrompidas por hackers. Dicho esto, el metaverso que tenemos hoy aún está naciente. Está en la etapa de construir infraestructura, se está compitiendo por los espacios, las reglas del juego, los líderes de la industria.
Los criptoactivos son una tecnología que ya ha irrumpido en el mundo de las finanzas, los pagos internacionales y remesas, la banca, seguros, derivados financieros, y una cantidad de otras industrias con consecuencias en la vida real. El metaverso es simplemente un caso de uso más para esta tecnología que en el futuro va a capturar casi todo el intercambio de valor del mundo. La expansión de los criptoactivos al mundo físico y a la adopción global está en camino y es inevitable.
Tribuna elaborada por Ricardo Osorio, Portfolio manager de Protein Capital.