Con los Juegos Olímpicos en marcha, Río de Janeiro acapara la atención mundial. Al mismo tiempo, los inversores están dirigiendo más atención a Brasil este año, aunque las novedades en la capital, Brasilia, probablemente sean las de mayor importancia.
Este año, Brasil cuenta con uno de los mercados de valores con mejor desempeño en el mundo. Esto puede sorprender debido a los titulares de las noticias este año referentes al país, desde la destitución presidencial hasta el virus del Zika. Pero de acuerdo a datos de Bloomberg, el índice 25/50 MSCI de Brasil ha aumentado más del 50% en este año, mientras que el índice de Baja Capitalización MSCI ha subido más del 60%.
La pregunta ahora es, ¿continuará este repunte? Mi opinión es que sí, pero los inversores deben estar dispuestos a aceptar un riesgo significativo.
Algunos puntos económicos positivos
Primero las buenas noticias: Después de dos años de una profunda recesión, las bases económicas de Brasil muestran señales de tocar fondo. La producción industrial ha comenzado a mejorar así como los indicadores de opinión, donde los índices de confiabilidad marcan la pauta (fuente: Bloomberg).
Las mejoras en las tendencias de la inflación son particularmente alentadoras. Los precios se han estado relajando desde comienzos del 2016 (fuente: Bloomberg) y el enfoque del comité del nuevo banco central para disminuir la inflación también ha ayudado a reducir las expectativas de inflación para el año siguiente. Este ajuste continuo ha aumentado las expectativas de la relajación de la política monetaria, especialmente en el recorte de las tasas de interés en el último trimestre del año, las cuales serán favorables para la recuperación de la actividad económica.
Las acciones brasileñas ascienden mientras que la percepción del riesgo desciende.
Vulnerabilidad política y reformas postergadas
Dicho lo anterior, Brasil aún continúa en una situación frágil. Los desequilibrios económicos, tales como cuentas fiscales débiles, altos niveles de deuda y el desempleo, deben ser abordados. Las reformas necesarias para corregir la economía brasileña son complejas y, en varias instancias, no han sido bien recibidas por el público, lo cual las convierte en un reto significativo para el gobierno.
Pero las novedades políticas continúan siendo la principal variable para la evaluación del futuro de Brasil. La más importante de estas es el voto final pendiente para la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, el cual se llevará a cabo a finales de agosto o a principios de septiembre.
En mayo, el presidente provisional Michel Temer asumió el cargo después de que Rousseff dimitió para hacer frente al juicio de destitución. Desde entonces, Temer ha tenido algunos triunfos. Específicamente, los nombramientos de su gabinete fueron bien recibidos por los inversionistas así como por los políticos, lo cual ayudó a fortalecer la relación con el Congreso. Esta relación ha sido, y será, la clave para que el gabinete pueda aprobar las medidas políticas.
El voto para destituir a Rousseff muy probablemente sea el impulso que acelere la reformas tan necesarias, tales como el recorte del gasto fiscal y la renovación del sistema de pensión. El progreso de los cambios a las políticas, asimismo, pudiera contribuir considerablemente a la restauración de la confianza de los consumidores y los inversionistas. Sin embargo, mientras que muchos consideran que el Senado dará seguimiento a la destitución de Rousseff, no podemos descartar un resultado opuesto, el cual seguramente sería adverso para los activos de riesgo, especialmente considerando las altas expectativas del mercado. Sumando a la incertidumbre política, la cual ya de por sí es alta, se encuentra la continua corrupción e investigaciones de lavado de dinero que rodean a la compañía de petróleo y gas más grande del país.
Y he ahí el problema: Debido al marcado aumento en los mercados este año, todo parece indicar que los inversionistas están apostando al escenario más optimista. Si este llegara a desplomarse, es probable que los mercados corrijan su rumbo, posiblemente de manera brusca.
Puntos a considerar
En resumen, los inversores en Brasil de cierta manera ya ganaron una medalla de oro este año. Ganar otra medalla requerirá de una trayectoria más trivial: una recuperación de ganancias apoyado en el vuelco económico y la puesta en práctica efectiva en el frente de la reforma.
Los inversionistas interesados en Brasil deberían considerar los iShares MSCI limitados de Brasil del fondo cotizado en bolsa (Exchange Traded Fund, ETF) (EWZ) o los iShares MSCI de Brasil de baja capitalización del fondo cotizado en bolsa (Exchange Traded Fund, ETF) (EWZS).
Build on Insight, de BlackRock escrito por Heidi Richardson.
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