Como inversores en el mercado de bonos municipales, reconocemos lo difícil que es para los gestores activos añadir valor a la hora de invertir en uno de los mercados de bonos con mayor calidad crediticia. Por lo tanto, hemos tendido a infraponderar las emisiones de obligaciones generales. Los bonos de las obligaciones generales están respaldados por el crédito y la capacidad recaudadora de la municipalidad que los emite y, históricamente, estos bonos han tenido una alta calidad y un bajo riesgo, dejando poco margen a los gestores activos para añadir valor. En los últimos años, la calidad del crédito se ha deteriorado conforme los gobiernos de estados y localidades han tenido problemas con programas de pensiones con insuficiencia de fondos y unos crecientes beneficios post-jubilación, prometidos a sus trabajadores. Creemos que esta situación probablemente empeorará en los próximos años, y los inversores no están siendo compensados adecuadamente por los crecientes riesgos.
Una de las razones por la que las pensiones estatales y locales reciben cada vez más un volumen menor de fondos, es la enorme brecha entre las tasas de rendimiento asumidas versus el rendimiento real de los activos.
A principios de 1990, el rendimiento medio planificado por los planes de pensiones era del 8% (gráfico), algo que era razonable dado que los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años se situaban entre un 6% y un 7%. Desde entonces, los rendimientos del mercado se han colapsado mientras que los supuestos de partida para la inversión se han mantenido, por lo general, de forma constante.
Mientras que los mercados han descontado parte de esta dinámica, creemos que las obligaciones generales, de forma agregada, no están compensando a los inversores, y por eso hemos mantenido una consistente menor exposición. Sin embargo, nuestro equipo de analistas ha encontrado oportunidades en algunos créditos, que se consideran de menor calidad y en ocasiones problemáticos, que han sido cuidadosamente analizados y creemos que sus diferenciales compensan adecuadamente por el incremento de los riesgos.
De hecho, hemos invertido en las obligaciones generales de Illinois a un rendimiento corriente atractivo, dad una serie de pasos que este estado ha dado para afrontar sus obligaciones y su déficit. En cambio, nos hemos desprendido de las obligaciones generales de Connecticut, a pesar de su perfil de rendimiento, dado nuestra creencia de que los fundamentales se siguen viendo desafiados, las calificaciones crediticias actuales se podrían estar en riesgo y los diferenciales se podrían ampliar aún más.
En resumen, a nuestro modo de ver, es mejor dejar que otros inviertan en bonos municipales de alta calidad y bajo riesgo, mientras nosotros concentramos nuestro conocimiento en áreas donde podemos añadir valor a través de un proceso de análisis robusto y una selección de crédito, enfocándonos en aquellos créditos en los que sentimos que estamos siendo suficientemente compensados por el riesgo asumido.
Columna de opinión de Robert Almedia, gestor de carteras y estratega de inversión global en MFS Investment Management, Megan Poplowski, directora, analista de renta fija especializada en bonos municipales.