Una palabra parece resumir todo lo que acontece en las últimas semanas en España: incertidumbre. Incertidumbre acerca de las medidas políticas que desde el Gobierno se toman o se dejan de tomar, incertidumbre acerca de la buena o mala suerte de nuestra propia salud, incertidumbre acerca de la evolución de la economía nacional y mundial, de nuestra vida social y, por supuesto, incertidumbre acerca de nuestro futuro laboral más inmediato.
Cuando veíamos nuestras finanzas sobreponerse a la crisis que la burbuja inmobiliaria desencadenó en 2008, como si de una película de ciencia ficción se tratase estamos viendo cómo una pandemia llegada de Asia pone en jaque no sólo a la economía mundial, sino lo que jamás hubiéramos imaginado, a la salud de toda la población global. Nadie lo creía posible, pero aquí está y ha venido, según parece, para quedarse.
En el momento de escribir estas líneas España ya cuenta con más de 212.00 contagios y 25.000 fallecidos, aunque la opaca contabilidad llevada a cabo por el gobierno no refleja el alcance real de muertes. En cualquier caso, cifras sobrecogedoras sobre todo si se comparan con las de otros países de la UE e incluso de Asia, donde se originó el virus. Todo ello ha ayudado a que la población española responda de manera responsable a las duras medidas de restricción tomadas por el Gobierno, pero nos encontramos en un punto en el que hay que asumir que vamos a tener que convivir con el COVID-19 y, por ello, tomar nuevas medidas más eficaces para evitar que continúe el desplome de nuestra economía.
Mientras que hace tan sólo unos meses se estimaba para 2020 un crecimiento de cerca del 1,6% del PIB español, algunos de los bancos más prestigiosos a nivel mundial tratan de ponerle rostro al impacto de la pandemia en nuestra economía, situando la caída del PIB español este año entre un 8% (BBVA), un 9,7% (Goldman Sachs) y hasta un 22,6% en el escenario más negativo de Morgan Stanley. Si tomamos como referencia el Ibex 35 tampoco los datos son alentadores, pues éste registra la mayor caída mensual de su historia. Ante el duro impacto del coronavirus los bancos centrales han desarrollado planes para impulsar la economía, en cualquier caso y a pesar de que hay quienes afirman que durante la segunda mitad del año podríamos empezar a observar una recuperación financiera, hasta dentro de un par de años no se espera que la economía vuelva a su actividad previa a la crisis.
No obstante y para poder volver a índices más favorables, es fundamental tomar consciencia de que los sectores del turismo, la hostelería y el ocio suponen un pilar imprescindible para el crecimiento de nuestro país, y debido a las duras restricciones dichos sectores están sufriendo una brutal paralización de su actividad, registrando descensos del gasto de entre un 60% y un 100% respecto al año anterior, lo que provoca una caída en cadena de otros sectores relacionados, así como una terrible destrucción de empleo, de pymes y de autónomos. Si además recordamos que España tiene un alto índice de contratación temporal, ya que es uno de los principales destinos vacacionales a nivel mundial, entenderemos que su recuperación vaya a ser más lenta que la de otros países que en este caso no se ven afectados por esta condición.
Ante esta situación, son muchas las empresas de consumo y otros sectores que están implementando medidas de ayuda ante la pandemia, pero son también muchas las entidades financieras que, conscientes de la realidad que vivimos, están creando políticas de ayuda y de apoyo a pymes, autónomos y clientes:
- Banco Santander está abriendo líneas de crédito específicas para pymes y empresas, creación de un fondo de 25 millones de euros financiado en parte con recortes de remuneración de Alta Dirección y del Consejo, aplazamiento de hasta dos meses de alquiler en viviendas propiedad del banco, donaciones para equipos y material sanitario en diferentes países.
- BBVA donará 35 millones de euros en material sanitario para ayudar ante la escasez de medios, ha creado planes de apoyo a sus clientes en países de Latinoamérica, ha puesto en marcha un hakaton de emprendedores para promover soluciones tecnológicas ante el COVID-19 que se presentan a empresas, y ha creado una plataforma online en la que informan a diario del impacto del virus en los mercados.
- Abanca ha anunciado su plan “Anticipar” para apoyar a autónomos y negocios con créditos.
Pero en esta vorágine de contagios masivos estamos sufriendo un efecto dominó en el que no sólo caen nuestras finanzas, sino que además como consecuencia directa del cierre de toda actividad considerada no esencial vemos cifras de ámbito laboral más que alarmantes: 285.600 son los empleos destruidos en el primer trimestre del año, y el número de personas desempleadas ha crecido en 121.000 hasta los 3,31 millones, lo que sitúa la tasa en 14,41 %, la mayor subida en un trimestre desde 2013. Por otro lado, 562.900 son las personas afectadas por ERTE o por el cese de la actividad de su empresa, según los datos arrojados por el INE.
No olvidemos que la crisis del COVID-19 no tiene origen en los mercados financieros (a diferencia de la de 2008), sino que es resultado de la restricción de oferta y demanda, y como consecuencia se desploman los mercados, y con ellos la tasa de empleo en una de las mejores épocas del año para la misma en España, ya que durante el segundo y tercer trimestre del año éste vive un gran impulso gracias al turismo. Por ello es imprescindible que para superar esta crisis se tomen medidas políticas flexibles y de apoyo a las empresas y autónomos, y que así se pueda retomar la actividad del mercado lo antes posible, fomentar el mantenimiento y la recuperación del empleo y comenzar así una lenta pero efectiva recuperación de nuestra economía.
Debemos asumir y tomar consciencia de que nuestros hábitos de consumo van a cambiar, así como las metodologías de trabajo, por tanto el mercado, las corporaciones y sus empleados debemos adaptarnos a estos cambios. Desde las empresas se van a impulsar plataformas y herramientas de trabajo digitales que satisfagan las nuevas necesidades del consumidor/cliente post COVID-19. Sin duda esta crisis va a suponer un punto y aparte en el ámbito laboral, y algunas de las medidas que las empresas se están viendo obligadas a implementar ante las restricciones, como es el teletrabajo o la flexibilización de la jornada laboral, no van a ser algo circunstancial y puntual de esta crisis, si no que se van a instaurar en las políticas de muchas compañías.
Hablamos desde hace tiempo acerca de que estamos en la era de la transformación digital, y sin duda esta crisis no hace sino ratificar que las empresas se deben sumar a la digitalización e implementar nuevas metodologías encaminadas a adaptarse mejor a las nuevas circunstancias sociales. Charles Darwin ya nos adelantó que “no es la especie más fuerte, ni la más inteligente la que sobrevive. Es la que más se adapta al cambio”.
Tribuna de Ángela Gamarra Ríos, socia de Acheron Partners.