El mundo financiero es cada vez más globalizado y, en vista de ello, los riesgos del mercado de valores ya no son exclusivos de la coyuntura local. Los jugadores internacionales, desde hace mucho tiempo, son parte determinante de un mercado de inversiones y determinan, en no pocas ocasiones, el rumbo que tome algún activo financiero. Para bien o para mal.
En vista de lo anterior, las metodologías de predicción de precios de activos, que se usaban hasta hace poco tiempo, son cada vez menos efectivas. Un déficit en la cuenta corriente no explica necesariamente que el precio del dólar vaya a subir frente a una moneda local. Si bien, el caso de un déficit de cuenta corriente es un “caldo de cultivo” de una depreciación cambiario, por sí solo no me dice cuándo ni el orden de magnitud de una destorcida de la moneda.
Traigo a colación estos apuntes porque en América Latina cada vez van a ser más comunes los casos en que el precio de un activo tome un rumbo determinado (arriba o abajo), sin saber la causa o razón aparente, y la explicación no va a ser otra que las compras o ventas de extranjeros. Situación que, por demás, es altamente incierta y que muy difícilmente un analista financiero la va a poder saber. Si no, dígame, ¿cuándo cree que los extranjeros van a vender las posiciones en bonos de deuda gubernamental de los diferentes países de América Latina?
En vista de que el grado de control sobre los movimientos de X o Y activo es cada vez menor, se hace necesario diversificar entre diferentes tipos de activos, de forma tal que los movimientos encontrados entre uno y otros sustenten cualquier volatilidad que se llegue a presentar, no solo de manera intempestiva, sino en una magnitud desconocida. Por ejemplo, uno pensaría que, si los extranjeros venden deuda local, el activo que debe responder al alza es el precio de la moneda (pues estarán convirtiendo a dólares para llevarse sus recursos).
Así las cosas, es necesario quizá tener deuda local, pensando en que los extranjeros sigan comprando, y en el comportamiento esperado de algunas variables fundamentales; pero también se puede tener dólares, pensando en que el día que salgan los extranjeros, sin avisar, y sin dar tiempo de reacción, es un activo que compensa la desvalorización que puede tener la deuda local.
Finalmente, como anoté arriba, los modelos de predicción de precios de activos financieros, han cambiado. Ya centrarse netamente en las variables fundamentales de la economía, no es suficiente. He visto a inversionistas que se han quedado esperando la caída o la subida en el precio de un activo basado en una variable económica o de los mercados. Y ahí están, con el lastre de retornos que no reflejaron lo que era evidente desde la teoría económica pura.
Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, vicepresidente de wealth management de Old Mutual Colombia.