En un momento en que el calentamiento global está provocando un aumento en la frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, la relación entre el cambio climático y los mercados financieros se halla en el punto de mira. Mientras que las finanzas pueden tener repercusiones positivas en el medio ambiente, por ejemplo, a través de inversiones ESG, la dirección opuesta es indiscutible: el cambio climático tendrá implicaciones directas e indirectas en los mercados mundiales.
Buena muestra de ello son las respuestas de los gobiernos al cambio climático, con efectos tanto inmediatos como a medio y largo plazo en los mercados. Asimismo, los fenómenos meteorológicos extremos también dejan notar sus repercusiones de forma directa y aguda, e indirecta y cronificada.
Los fenómenos meteorológicos extremos causan daños económicos inmediatos, con una disminución del PIB per cápita de, al menos, un 0,6%. Los países requieren un largo tiempo para recuperarse de estos eventos, y esto se agrava con la mayor frecuencia de catástrofes. Sin embargo, el impacto varía según los sectores y tipos de fenómenos extremos. Las economías menos desarrolladas obtienen menos beneficios de la reconstrucción y son más vulnerables a los daños. Estos eventos también son inflacionistas, ya que afectan a las cadenas de suministro y la producción, lo que contribuye a la volatilidad de la inflación.
Por otra parte, es probable que una serie de factores, impulsados por las repercusiones actuales del cambio climático, provoquen resultados económicos negativos a más largo plazo, que pueden ser crónicos. Entre ellos figuran la reducción de la productividad laboral, la ralentización de la acumulación de capital humano, la disminución de la salud humana y el aumento de la inestabilidad política.
A nivel mundial se implementan políticas para abordar el cambio climático, como impuestos al carbono, sistemas de comercio de emisiones y subvenciones a industrias ecológicas. Estas decisiones gubernamentales afectarán a la competitividad de diferentes industrias y tendrán repercusiones a largo plazo. Las interacciones entre factores geopolíticos y sociales, además del cambio climático, impulsarán la inversión en infraestructuras para la energía verde.
Los tres factores principales a contemplar por los inversores
Teniendo todo lo anterior en cuenta, tres son los factores que los inversores minoristas deberían considerar a la hora de actuar ante las transformaciones inducidas por el cambio climático en la economía: la volatilidad a corto plazo, la imprevisibilidad a largo plazo y las oportunidades que se derivan del paso a las emisiones cero.
En primer lugar, abordamos la volatilidad a corto plazo. Un informe del FMI, publicado en junio de 2023, demostró que «los precios de las acciones reaccionan positivamente a las noticias favorables para el clima en todo el mercado, pero no reaccionan negativamente a las noticias desfavorables para el clima». Los inversores minoristas necesitan poder reaccionar en tiempo real ante acontecimientos que puedan provocar movimientos alcistas o bajistas a corto plazo en los mercados, por lo que es importante que puedan ejecutar operaciones fuera del horario normal de negociación.
En cuanto a las medidas para hacer frente a la imprevisibilidad a largo plazo, se aplican los consejos de sentido común habituales en materia de inversión: la diversificación tiende a ayudar a minimizar el riesgo al tiempo que maximiza las posibilidades de obtener rendimientos positivos a largo plazo. También merece la pena considerar si el cambio hacia las tecnologías limpias podría hacer que las inversiones en industrias con altas emisiones de carbono perdieran valor.
Por último, los inversores minoristas pueden hallar oportunidades en el auge de la inversión en ESG: la transición hacia las emisiones cero conducirá al crecimiento de industrias innovadoras, creando nuevas oportunidades de inversión. El boletín del cuarto trimestre de 2022 del Banco de Inglaterra señala que el paso a las emisiones cero «puede ser ordenado, dando lugar a una ‘transición suave’, mientras que una ‘transición disruptiva’ puede inducir efectos amplificados en la economía». Así pues, los inversores deben mantenerse al tanto e informados, porque al hacerlo estarán mejor situados para tomar decisiones de inversión que contribuyan a su bienestar financiero en un futuro que se hace impredecible y volátil por los efectos del cambio climático.
Tribuna de Martina Hoffard, directora de marketing de Spectrum Markets.