Para los trabajadores que procuran rendimientos, este mes pudiera ser bueno para cambiar de Afore. No a una conservadora, Inbursa o PensionIssste, sino a alguna de las de más potencial, las que entre septiembre y octubre generaban pérdidas de más de 13% en el grupo de Siefores Básicas, SB, 90-94, el más riesgoso de todos. Incluso quienes ganaron algo o perdieron poco por haber permanecido en una de aquellas dos podrían considerar moverse porque las condiciones no parecen apuntar tan mal en 2023.
Nueve Afores perdedoras; solo una ganadora en 2022
En los peores días del año Inbursa perdía 4,4% y, PensionIssste, 6,9%. La mejoría de bolsas y bonos permitió su recuperación a 2,3% y -1,0%, respectivamente, para cerrar el año con ganancia de 1,57% y pérdida de 2,08%.
Las cuatro peores gestoras, Citibanamex, Principal, Sura y XXI Banorte, perdían 15,1%, 14,7%, 13,9% y 13,3%, respectivamente. En diciembre se habían recuperado a -6,6%, -7,0%, -5,1% y -4,6%, aunque, como todas, recayeron para terminar 2022 con números rojos: -8,96%, -8,69%, -7,13% y -6,98%. Pero véase el potencial: en la racha positiva de noviembre y diciembre estas Afores regeneraron más de la mitad de lo perdido: 8,5%, 7,7%, 8,8% y 8,7%, respectivamente, superando el 6,7% y 5,9% que lograron resarcir Inbursa y PensionIssste.
El desencanto de cambiarse por IRN y comisiones
Profuturo, líder en IRN al corte de 2021 y 2022, perdía 12,4% en los días críticos, mejoraba a -5,2% en diciembre para terminar antepenúltima en el año, con -7,13%. Las tres restantes, Coppel, Azteca, Invercap, apenas sobresalen por arriba de las más rezagadas.
Así que otra vez, quienes confiaron en el indicador de la Consar (y en los porcentajes de comisión, extrañamente sugeridos aún por el regulador como factor de decisión) para preferir Afore, pudieron sentirse desencantados. Las tres administradoras que seguían a Profuturo en IRN a diciembre de 2021 también descendieron notoriamente en la tabla de rendimientos a 12 meses, mientras que las referidas Inbursa y PensionIssste, rezagadas en IRN, fueron primera y segunda en rendimientos del año. Compárese las posiciones al corte de 2021 y 2022 contra los rendimientos de enero a diciembre.
Por eso la insistencia de considerar otros aspectos. En especial, el grado de riesgo que asume cada Afore para cada una de sus SB en los distintos grupos generacionales. A mayor riesgo, más potencial de generar rendimientos altos en los años buenos y pérdidas más grandes en las épocas malas. Eso permite al afiliado ubicarse en su necesidad u objetivo: quienes no toleran pérdidas optarían por las conservadoras; quienes pretendan ganar más elegirían a las más riesgosas. Además, se enfocarían en el potencial futuro en función de las condiciones que se espera prevalezcan, no en datos del pasado que no se repetirán.
El atractivo de las gestoras de mayores pérdidas
Alrededor de los días en que el SAR sufría las pérdidas más grandes en el año, en octubre, varios trabajadores me preguntaban si era conveniente salir de las Afores más “castigadas”. El punto de vista era considerar lo contrario, moverse a alguna de ellas: hacia mediados de enero, la mejoría de las condiciones en los mercados había propiciado que la recuperación de las Afores se acelerara, y los ahorros subieran más allá de los valores observados en diciembre. Faltaba todavía un trecho para que los saldos volvieran a los niveles desde donde comenzaron a descender. Excepto en Inbursa, que subía aún más en territorio positivo, y en PensionIssste, que estaba también en números negros.
No es que haya pasado la mala racha. Los vaivenes y los números rojos pueden continuar. Los pronósticos apuntan a que este año no será tan malo como el pasado. Aunque los bancos centrales han anticipado que seguirán apretando (en menor medida) las condiciones monetarias (las tasas de corto plazo subirán más), se espera que la inflación global se modere, las economías no se contraigan y las acciones, bonos y sus equivalentes regeneren otra buena parte de lo perdido.
Si así fuera, el desempeño de las administradoras que suelen tomar más riesgo terminará rebasando al de las conservadoras, como ha sucedido después de otras épocas malas o crisis más agudas y duraderas. Los trabajadores que se traspasen a las que ahora pierden más podrían verse más favorecidos. A menos que la preferencia sea por no perder más que por procurar elevar el ahorro lo más posible. Así, la opinión acerca de la conveniencia de estar en una de estas Afores es válida aun; se sugiere, en todo caso, estar atentos a factores inherentes a la gestión corporativa de las administradoras: cambios en los equipos y/o en la propiedad que pueden significar variaciones en la filosofía de inversión.
Columna de Arturo Rueda