Los inversores de renta variable han disfrutado de una sólida continuación del mercado alcista en la primera mitad de 2017. Hay que destacar, sin embargo, que un puñado de acciones de alta capitalización ha sido indudablemente el motor del mercado.
Los periodistas y analistas han ido jugando con diferentes acrónimos para seleccionar y describir a las tecnológicas más destacadas del momento. La primera vez fue en 2013, cuando en el programa “Mad Money” de la CNBC, su presentador Jim Cramer difundió el término FANG, que representa las iniciales de Facebook, Amazon, Netflix y Google (ahora Alphabet). Recientemente, los periodistas han incluido otra “A” para incluir a Apple y una “M” para incluir a Microsoft en el acrónimo, dependiendo de si la historia se centra en el “crecimiento” o en el “dominio”.
Actualmente, el titular más destacado es que FAAMG (Facebook, Amazon, Apple, Microsoft y Google) comprenden el 12% del índice S&P 500 y han contribuido en un 28% al rendimiento del índice en lo que va de año, con un rendimiento combinado ponderado según capitalización de mercado del 25%. Si miramos al NASDAQ 100, FAAMG han contribuido en más del 50% del rendimiento de 2017. Y todavía más: hasta hace poco, la tendencia ha sido notablemente sólida y con muy poca volatilidad.
No obstante, el 9 de junio las tecnológicas empezaron a sufrir ventas masivas sin motivo aparente. El lunes siguiente por la mañana, el NASDAQ mostró unas pérdidas del 4,5% desde máximos del viernes anterior, provocado por las grandes pérdidas de los grupos FANG y FAAMG que barrieron una capitalización de mercado de más de 200.000 millones entre estas seis compañías. De repente, la prensa financiera empezó a dibujar analogías entre ese día y la burbuja de las “punto com”. Obviamente, esta comparación es exagerada.
La diferencia más importante está en la valoración. Durante los primeros meses del año 2000, el índice tecnológico S&P 500 alcanzó una ratio precio/beneficio a 12 meses vista (12-month forward Price/Earnings Ratio) de 60, lo que era más del doble de la valoración del S&P 500.
Actualmente, el sector tecnológico cotiza a un múltiplo de alrededor de 19, justo por encima de la valoración del mercado. Es cierto que la valoración ha subido durante los últimos años y ya no es barata, pero ciertamente tampoco se encuentra en el terreno de la burbuja.
Fundamentales sólidos
Lo más importante es que hoy en día los gigantes tecnológicos tiene unos fundamentales mucho más fuertes con perspectivas de crecimiento sólidas. Todavía se asientan sobre cojines de liquidez de 700.000 millones de dólares, pero han empezado a invertir grandes cantidades de líquido en sus infraestructuras y nuevas áreas de crecimiento.
Hoy en día, las compañías del FAAMG tienen posiciones de liderazgo en al menos una de las tendencias de inversión más prometedoras, como por ejemplo la informática en la nube (cloud computing), la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, la realidad virtual y la realidad aumentada, o los datos a gran escala (big data). Todos ellos se benefician de un cambio secular hacia el gasto online.
Por ejemplo, Amazon Web Services (AWS) posee más de un tercio de la infraestructura de mercado mundial en la nube y genera 12.000 millones de dólares anuales desde la nada de cinco años atrás. Se espera que este segmento crezca más de un 15% anualmente. El tamaño y liderazgo de la infraestructura logística e informática de Amazon son muy disruptivos para los minoristas tradicionales, especialmente ahora que entra en el segmento minorista tradicional (lo que se ilustra con la anunciada compra de Whole Foods).
Facebook ha incrementado sus cifras mensuales de usuarios activos desde los 1.400 hasta unos destacables 1.900 millones y ha más que doblado sus ingresos en los últimos dos años. La compañía está intensificando sus inversiones en investigación y desarrollo, incluyendo los contenidos de vídeo y la realidad aumentada, lo que debería ayudar a mantener el rumbo de crecimiento de beneficios del 20% durante varios años.
Alphabet ha consolidado su liderazgo en motores de búsqueda móviles y ha reforzado su posicionamiento en vídeo (YouTube), la nube y Google Play. Puede haber empresas emergentes (start-ups) interesantes en estas áreas de gran crecimiento, pero la diferencia a nivel de escala y recursos, si se comparan con estos líderes, nunca había sido tan enorme como ahora.
Motivos de la venta masiva
Así pues, si las valoraciones son razonables y los fundamentales son fuertes, ¿qué ha provocado la mini-venta masiva? La mayoría de analistas apuntan a una dependencia masiva de las negociaciones algorítmicas. JPMorgan estima que solo un 10% de las negociaciones bursátiles de los Estados Unidos viene de los corredores de bolsa tradicionales.
Las máquinas están tomando el relevo. Antes de la corrección, el posicionamiento en las acciones de FAAMG era extremos. Los gestores de fondos estaban sobreponderados y las máquinas estaban en posiciones largas, siguiendo el fuerte momentum de las acciones en crecimiento. Además, la poco típica baja volatilidad de estas acciones atrajo la atención de las máquinas.
El detonante de la venta masiva no se sabe con claridad. Muchos apuntan a un cauto informe de Goldman Sachs publicado el viernes 9 de junio que habría podido causar presión de venta. Una vez que se había roto la tendencia a corto plazo y que apareció la volatilidad, las máquinas tomaron el relevo y siguieron liquidando posiciones.
Las buenas noticias son que las ventas masivas se detuvieron después de solo dos días y que las presiones de los corredores de bolsa cuantitativos probablemente hayan dado resultado. Las malas noticias son que los inversores que quieran beneficiarse de las perspectivas a largo plazo de estas compañías tecnológicas deberán acostumbrarse de nuevo a una volatilidad más alta. Pero es muy probable que el liderazgo de las tecnológicas haya venido para quedarse.
Fuente: Bloomberg
Tribuna de Pascal Rohner, director de Inversiones de Banco Crèdit Andorrà (Panamá). Crèdit Andorrà Financial Group Research