El partido que Alemania le ganó por 7-1 a Brasil fue solo una premonición de lo que estaba por llegar. Apenas un año después de aquella fatídica semifinal de Brasil 2014, la economía del país carioca se ve encuentra en su peor recesión económica de los últimos 25 años.Brasil ha pasado de formar parte del grupo de países emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China), a sufrir una contracción económica que no le será fácil de superar. Esta circunstancia cobra especial relevancia cuando hablamos de la quinta mayor economía del mundo y de un país con una población de 200 millones de personas.Por si sus problemas económicos fueran escasos, a ello se une una importante inestabilidad política desde la reelección de Dilma Rouseff hace un año. El despilfarro en la organización del mundial de fútbol, en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro y el escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras son solo algunos ejemplos de la fragmentación que vive el país.
A España le tocará sufrir estos problemas muy de cerca, ya que no debemos olvidar los fuertes lazos que unen a nuestro país con Latinoamérica. Telefónica y Santander, dos de las tres empresas con mayor ponderación dentro del Ibex-35, obtienen más de la cuarta parte de sus ingresos en Brasil. Algunos de los factores económicos que debemos analizar para comprender la delicada situación por la que pasa su economía son:
PIB: El propio gobierno prevé una caída del -3,1% en el PIB de 2015. Teniendo en cuenta que el consumo es el principal componente del PIB, el último dato de ventas minoristas (-6,2% interanual) no invita al optimismo.
Deuda pública: La agencia S&P calificó su deuda como ‘bono basura’ en septiembre, disparando al 15% anual la rentabilidad que exigen los inversores por comprar sus bonos con vencimiento en 2025. Esto quiere decir que los costes financieros serán cada vez más elevados, lo que complica el objetivo de reducir el déficit (9,2% del PIB).
A esto se une la próxima subida de tipos de la Fed, que hará subir al dólar. Brasil (y otros emergentes) tienen buena parte de su deuda emitida en dólares… que deberán devolver en dólares.
Devaluación de su divisa: El real brasileño cotiza en su nivel más bajo desde que se creó el euro. El tipo de cambio real-euro ha caído un 27% desde enero:
Dependencia de las materias primas y de China: Brasil es el segundo mayor productor mundial de alimentos, el segundo mayor exportador de hierro y uno de los 12 mayores productores de petróleo.
La desaceleración de China le afecta por partida doble: además de ser su primer socio comercial, las dudas sobre la caída de la demanda y el fortalecimiento del dólar están haciendo desplomarse los precios de las materias primas, que es una de las principales fuentes de crecimiento de Brasil.
Con China como su principal socio comercial, no es de extrañar que esté acusando como el que más la caída de los precios de las materias primas y el renovado debate que existe hoy en día en torno a la desaceleración económica del gigante asiático.
Banco central:Con fama de haber actuado erróneamente en el pasado, los responsables de dirigir su política monetaria se encuentran ahora en una encrucijada. Una manera de estimular la economía sería bajar tipos (actualmente en el 14,25%), pero su banco central tiene las manos atadas porque esto podría traducirse en una mayor inflación (actualmente en el 9,5%). ¿Por qué? Porque el coste del crédito sería más reducido y porque la moneda se devaluaría aún más. En ese caso, importar bienes del extranjero les será cada vez más caro y las empresas extranjeras elevarán precios para minimizar el impacto de la devaluación del real brasileño en sus cuentas.
Inversión extranjera: Éste es un problema que comparte con otros países emergentes. Tras haber tirado del carro de la economía mundial durante la crisis financiera, estos países han dejado de estar de moda. La puntilla la ha puesto el desplome del precio de las materias primas y la próxima subida de los tipos de interés por parte de la Fed, que afectará a la deuda de muchas empresas y gobiernos emergentes tienen emitida en dólares.
Bolsa: El índice Ibovespa, al igual que el indio Nifty o el Hang Seng de Hong Kong, acumulan descensos cercanos al -5% este año. De los BRIC, el único país que puede presumir de estar gozando de un buen año bursátil es Rusia, donde el índice MICEX suma más de un 30% desde que comenzase el año:
¿Qué cabe esperar del futuro?
Con este panorama encima de la mesa, Brasil necesita como agua de mayo una recuperación del precio de las materias primas y una mayor estabilidad política.
Ante la debilidad de su divisa, sus productos son cada vez más competitivos en el extranjero. Las exportaciones, que crecieron un 7,5% en el segundo trimestre, parecen ser la única variable que está mejorando en Brasil. Sin embargo, el comercio exterior solo supone el 15% de la economía brasileña, por lo que este efecto positivo es incapaz por sí solo de revertir la situación.
Mucho se habla de la elevada deuda de los países emergentes, pero lo cierto es que el ratio deuda respecto a PIB es muy inferior en estos países que en los de occidente. Aunque el ratio de Brasil no es muy elevado comparado con otros, teniendo en cuenta que su deuda está considerada como bono basura, endeudarse aún más no parece que sea la solución. En esta lista puede verse en qué nivel se encuentra este ratio en los principales países:
Felipe López-Galvez es analista de Self Bank.