El pasado año 2015 fue un año difícil para la mayor parte de los inversores de renta variable en América Latina. La deuda soberana de Brasil perdió su grado de inversión, mientras la presidente Dilma Rousseff coqueteaba con índices de aprobación históricamente negativos. El estancamiento político dio lugar a un debilitamiento sustancial de la moneda. En México, el mercado de renta variable permaneció neutral la mayoría del tiempo, mientras que el programa de reformas del país parecía estancarse, el precio del crudo bajó y el peso mexicano se debilitó contra el dólar. Unos menores precios en las materias primas afectaron negativamente al crecimiento de Colombia y Chile. En particular, el cobre sufrió una bajada del 28%, arrastrando consigo a la economía chilena. En Argentina, los inversores en moneda fuerte experimentaron retornos negativos cuando el país devaluó el peso en un 36% el pasado diciembre.
Los desafíos de 2016
Las perspectivas para 2016 continúan ofreciendo desafíos para la economía. La economía global permanece débil, haciendo que las exportaciones de Latinoamérica pierdan atractivo. Mientras el crecimiento del producto interior bruto está mejorando en algunos países de la región (México y Argentina), se está debilitando en otros (Brasil). La diversidad entre los distintos enfoques en política económica tiene una importancia crítica para los inversores de América Latina.
En Brasil, el rápido deterioro del telón de fondo macroeconómico se enfrenta a una rápida inflación y una severa recesión, como vientos en contra. La contracción resultante en la demanda interna, con unos menores ingresos para los hogares, y un debilitamiento del tipo de cambio, ha resultado en un mercado laboral más competitivo. Dicho esto, la cuenta de capitales del país también se está ajustando negativamente; el Banco Central de Brasil ha indicado su intención de aumentar los tipos de interés en 2016. La expansión fiscal de 2015 habla de la debilidad de las políticas llevadas a cabo por el gobierno, que sigue siendo el principal desafío de los inversores brasileños y extranjeros. Desde Pioneer Investment esperamos que la moción de censura a Dilma gane impulso durante el año, cambiando el sentimiento interno del país a la vez que avanza el proceso. Brasil necesita desesperadamente una reforma fiscal para evitar una recesión prolongada. Los riesgos que entraña Brasil para un gestor de renta variable son muy pronunciados, los problemas del país no son someros y el consenso del mercado se ha posicionado en una fuerte infraponderación. La mayoría de las acciones reflejan la mayor parte de esa visión negativa del consenso. Los movimientos políticos en Brasil podrían resultar en un corto y marcado rally con cobertura, que pudiera revisar la posición del consenso.
La previsión para México es más alentadora. El consumidor está mostrando signos de recuperación y el Banco Central del país tiene algo de margen para desviarse de la política de Estados Unidos. Esto ayudará a la recuperación del crecimiento doméstico del país. En recientes declaraciones, Banxico dio señales de estar dando igual importancia a los factores externos e internos que propician la inflación. El producto interior bruto mexicano podría sorprender frente a las expectativas débiles. Ayudado por la mejora continua en el sector privado, un tipo de cambio competitivo, y una mejora en la economía de Estados Unidos. Los bajos precios del crudo y una menor producción equilibran esta visión.
En el resto de la región, vemos que hay cabida para rebajas de tipos de interés en Chile, y posibilidad de que los tipos de interés aumenten en Colombia. Argentina ha despertado nuestro interés con un renovado aire después de las elecciones en el segundo semestre de 2015. Desde nuestro punto de vista, un cambio en el enfoque de Argentina podría generar un valor significativo para los inversores de renta variable, pero con un elevado riesgo. Somos constructivos en Perú, donde vemos un consenso, que tal vez esté demasiado enfocado en la sensibilidad al precio de las materias primas. Venezuela sigue siendo imprevisible, con muy pocos datos macroeconómicos, con una expansión del crédito de tres dígitos y un tipo de cambio hiperinflacionario. En nuestra opinión Venezuela no es una opción a la hora de invertir en renta variable.
Opinión de Giles Bedford, client portfolio manager de renta variable emergente en Pioneer Investments.