La probabilidad de un aumento de la inflación parece cada vez más alta, especialmente en Estados Unidos que muestra la mayor tasa de crecimiento económico de todo el mundo. En Europa, el riesgo parece algo menor, por ir algo retrasado el ciclo económico respecto al estadounidense, aunque también es cierto que el Banco Central Europeo (BCE) maneja un límite más estricto para esta variable. Si la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos sitúa este límite en 3,5%, en Europa se mantiene en el 2%. Dependerá en gran medida de la habilidad tanto de la Fed como del BCE en la retirada de medidas de estímulo para controlar la subida inflacionaria.
Los bonos vinculados a la inflación son una cobertura efectiva contra la inflación, debido a la indexación de los pagos de cupones al Índice de Precios al Consumo (IPC). Su potencial al alza se limita a la medición del IPC y al aumento del IPC por encima de la previsión de inflación del mercado.
En cualquiera de los casos, parece que tiene sentido incluir algún porcentaje de inversión en la cartera que nos ayude a protegernos de potenciales alzas en la inflación. Uno de los vehículos para conseguir esto es a través de un fondo de inversión que, invirtiendo en bonos indexados a la inflación, ayuden a mantener a flote el valor de la cartera. Uno de estos fondos con mejor comportamiento en el año es Credit Suisse (Lux) Global Inflation Linked Bond que en su clase IB en dólares se revaloriza un 1,95% y un 9,29% a un año.
Invierte principalmente en instrumentos de deuda indexados a la inflación: bonos, pagarés y otros valores similares a interés fijo o a tipo flotante (incluyendo valores emitidos al descuento). Puede también invertir en futuros, opciones y swaps con propósitos de cobertura y de gestión de la cartera. La calificación crediticia mínima requerida para formar parte de la cartera es de al menos grado de inversión (BBB- de S&P, Baa3 de Moody’s o el equivalente).
Su objetivo de inversión es proteger el poder adquisitivo de los inversores: los bonos indexados a la inflación ofrecen a los inversores una protección ajustada al riesgo de su poder adquisitivo. Los activos reales son sumamente volátiles (por ejemplo, las materias primas) o muy líquidos (por ejemplo, los bienes inmuebles).
Se propone además superar los inconvenientes de los mercados tradicionales de bonos indexados a la inflación (escasa diversificación, larga duración de los tipos reales) combinándolos con bonos sintéticos indexados a la inflación. Una cartera que incluya bonos indexados a la inflación tradicionales y sintéticos ofrece varias ventajas: 1) mayor diversificación, 2) gestión activa de la duración modificada, y 3) aumento del rendimiento mediante la incorporación de bonos corporativos. El fondo aplica las normas de exclusión definidas por el Marco de inversión sostenible (ESG) de Credit Suisse. Promueve las características ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) (en el sentido de acuerdo con el Art. 8 del Reglamento SFDR de la Unión Europea (UE) 2019/2088). Aplica las estrategias de Exclusión, Integración y Engagement.
Credit Suisse (Lux) Global Inflation Linked Bond forma parte del negocio de renta fija de Credit Suisse AM, gestionado en el seno del equipo de crédito y tipos a escala mundial, liderado por Romeo Sakac. El equipo de crédito y tipos a escala mundial está basado en Zúrich y cuenta con nueve profesionales de la inversión. Credit Suisse AM utiliza un enfoque basado en el trabajo en equipo para la gestión de las carteras, ya que la gestora cree que ello posibilita un conjunto diverso de posibles ideas y puede garantizar la continuidad en la gestión. Los gestores del fondo son Christopher Koslowski y Brian Buchmann. Koslowski es el gestor principal de la cartera y responsable de la estrategia en el día a día, y es también el principal responsable de la composición y la rentabilidad de la cartera.
Christopher Koslowski (BA), es gestor de carteras sénior en el equipo de Renta fija mundial y coberturas, en el que es responsable de las carteras de renta fija a escala mundial. Preside el Grupo de estrategia de tipos a escala mundial y es responsable de la Estrategia indexada a la inflación. Antes de incorporarse a Credit Suisse Asset Management en abril de 2012, trabajó en Clariden Leu AM como gestor sénior de carteras mixtas. Además, Koslowski dirigió mandatos a medida e institucionales y fue responsable de la gestión de carteras de renta fija. De 2006 a 2010, fue gestor sénior de carteras de renta fija internacional en Deutsche Insurance AM. Koslowski comenzó su carrera profesional en 1999 en el Banco Nacional Suizo, donde trabajaba en la división de gestión de activos como gestor sénior de carteras de renta fija. Está licenciado en Finanzas por la Universidad de Adelaida.
El equipo tiene un enfoque de inversión integral, que combina una estrategia macroeconómica top-down con una selección de valores bottom-up, lo que les ayuda a añadir valor y a obtener unas rentabilidades de la inversión sólidas y constantes, permitiéndoles ofrecer una gama amplia y completa de soluciones de inversión a sus clientes. La gestión del riesgo es clave en su proceso de inversión, que abarca desde la definición del universo y la selección del índice de referencia hasta el posicionamiento de riesgo relativo y absoluto y la cuantificación de la rentabilidad. Utilizan a diario herramientas como Aladdin Risk y modelos internos.
El proceso de inversión tiene por objeto generar alfa desde diferentes dimensiones. Una de ellas es la de 1) duración y curvas de tipos reales, que es el principal catalizador de la rentabilidad. Las previsiones de los tipos reales para los principales mercados se derivan de las previsiones de los tipos nominales elaboradas por el proceso de inversión mensual en renta fija y de un modelo de la dinámica a corto plazo de la beta entre los tipos nominales y reales.
Otra de las dimensiones es la de 2) duración y curvas de equilibrio de la inflación, según la cual, el añadir posiciones tácticas en bonos nominales a una cartera indexada a la inflación les permite beneficiarse de la caída de los puntos de equilibrio. La 3) asignación a los mercados, es otra de las dimensiones, permitiéndoles beneficiarse de los movimientos de los tipos reales relativos en todos los mercados (incluidos los mercados más pequeños como AUD, NZD, CAD, DKK). Y, por último, la 4) asignación al crédito (bonos sintéticos indexados a la inflación) les sirve para aumentar el carry y beneficiarse del estrechamiento de los diferenciales de crédito, incorporando bonos corporativos nominales y cubriendo el riesgo de inflación mediante swaps de inflación.
Las mayores ponderaciones por sector en la cartera final están representadas por emisiones de gobiernos (87,44%), bonos financieros (5,06%), salud (1,70%), consumo (1,16%) y relacionados con gobiernos (0,82%). Por calificación crediticia, un 52,25% corresponde a AA+, un 7,94% a A, un 7,81% a AA-, un 7,61% a A y un 7,16% a BBB-. Por divisa, las emisiones en dólares estadounidenses (69,14%), euros (23,82%), libra esterlina (7,41%), yen japonés (4,94%) y dólar australiano (1,77%) son las de mayor peso en la cartera del fondo.
Por rentabilidad, la evolución histórica del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2018 y 2021, batiendo al índice de su categoría VDOS de Renta Fija Internacional Global en 2019. Su volatilidad a tres años es de 6,64% y de 7,43% a un año. En este último periodo su Sharpe es de -0,58 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, es de 6,27%. La suscripción de la clase IB en dólares supone una inversión mínima de 500.000 dólares (aproximadamente 410.000 de euros), aplicando una comisión fija del 1% y de depósito de hasta el 0,60%. El fondo dispone también de una clase AH en euros, con una comisión fija del 1%.
De acuerdo con el equipo gestor, las probabilidades de éxito de la administración de vacunas han mejorado las perspectivas económicas. Numerosos casos reales demuestran que las vacunas contra el COVID-19 protegen eficazmente contra el virus, incluidas las nuevas variantes. La inmunidad en las poblaciones vulnerables probablemente suprimirá las muertes y las hospitalizaciones, reduciendo así la presión sobre los sistemas sanitarios y la necesidad de confinamientos.
Cuando una gran parte de la población de los países sea inmune, los datos de contagio deberían disminuir y el distanciamiento social debería reducirse sustancialmente. Los contagios anteriores y la mayor calidez del clima en el hemisferio norte también deberían resultar favorables. Sin embargo, resulta probable que las restricciones a la movilidad sean heterogéneas entre las distintas economías. La desigualdad en la tasa de vacunación en todo el mundo, junto con el aumento de la prevalencia de las variantes más transmisibles, conlleva que muchos países presenten un elevado riesgo de brotes de cara a los próximos meses.
Estados Unidos y el Reino Unido han comenzado a reducir las restricciones para el verano. Los países de Europa continental, cuya administración de vacunas es más complicada, deberían permitir una mayor flexibilización a finales de año. Es posible que muchas economías emergentes tengan que esperar más tiempo para disponer de un acceso suficiente a las vacunas. Una reapertura escalonada debería dar lugar a un crecimiento constante y sólido en los próximos trimestres. En comparación con recesiones anteriores, la política presupuestaria ha mitigado los riesgos de insolvencia, de desempleo y de reestructuración de la deuda.
La rentabilidad del Credit Suisse (Lux) Global Inflation Linked Bond a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de opinión de Paula Mercado, directora de análisis de VDOS