En los meses posteriores a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, los mercados renta fija y renta variable estadounidenses se movieron inversamente, ambos anticipando una recuperación del crecimiento económico. Las acciones subieron de manera inteligente, mientras que los precios de los bonos cayeron, haciendo subir los rendimientos y anticipando la aceleración del crecimiento eventualmente llevaría a un repunte de la inflación. Pero en los últimos meses, los mercados de acciones y de bonos han empezado a contar historias muy diferentes.
Las acciones han subido sin pestañear y los precios de los bonos también, lo que ha hecho que los rendimientos bajen. El mercado de bonos está contando una historia de menor crecimiento y menor inflación de cara al futuro. Pero la bolsa no parece haberse enterado de esta historia de desaceleración. Da por sentado que nada ha cambiado.
Las expectativas de inflación que encendieron la mecha de las acciones y que hicieron subir los tipos de interés el pasado otoño han disminuido significativamente. En particular, las esperanzas de que Washington ponga en marcha un paquete de medida de estímulo se han desvanecido. Y a pesar de esas esperanzas menguantes, las bolsas han extendido sus ganancias, estableciendo varios récords en el camino. Sin embargo, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han caído aproximadamente medio punto porcentual de sus máximos posteriores a las elecciones. ¿Por qué los mercados están contando dos historias diferentes? Vamos a tratar de averiguar cuál es la correcta.
El estrecho enfoque del mercado es una preocupación
Aunque yo me centro principalmente en los fundamentales como el crecimiento de los ingresos y la generación de flujo de caja, a veces me parece útil también echar un vistazo a los factores técnicos. Y la técnica que me viene a la cabeza claramente a mí en este momento es la estrechez en los últimos meses del último rally del mercado. Ese avance ha estado en gran medida alimentado por un puñado de glamorosas y bien conocidas empresas de gran capitalización del sector de la tecnología. De hecho, un reciente análisis en el sell-side demostró que cerca del 40% de las ganancias de este año en el índice S&P 500 pueden estar vinculadas a sólo cuatro acciones.
¿La tendencia alcista en los bonos aún está viva?
Los tipos de interés a largo plazo han seguido una tendencia bajista durante más de tres décadas, pero una especie de industria artesanal se ha desarrollado en torno a las predicciones sobre el final del mercado alcista. Y esas llamadas alcanzaron un el punto álgido poco después de las elecciones, basadas en el retorno de la inflación, impulsadas por una recuperación sincronizada del crecimiento económico mundial, bajos niveles de desempleo y una mezcla de políticas de estímulo de Washington.
Sin embargo, los mercados han revaluado ese escenario en las últimas semanas, lo que ha reducido los rendimientos del Tesoro debido a las perspectivas de recortes de impuestos y gastos de infraestructuras, al lento crecimiento estadounidense y a pocas señales de que vaya a ver subidas salariales en el mercado laboral por encima de la tendencia. En esencia, el mercado de bonos puede estar tratando de decirnos que una fase de crecimiento más lento está en el horizonte.
Entonces, ¿cuál es el mercado correcto? Si bien es demasiado pronto para pronosticar que hay una recesión en el horizonte, indicadores a futuro sugieren que podríamos ver una pequeña caída dentro del ciclo en un futuro no muy lejano, no diferentes a las tres o cuatro caídas que hemos visto en el actual ciclo de ocho años de expansión. Para mí, esto sugiere que los inversores deberían ser cautelosos a la hora de poner dinero su dinero a trabajar en activos de risgo como acciones y deuda high yield.
James Swanson es estratega jefe de MFS.