La tecnología ha tenido una influencia positiva pero disruptora en muchas industrias, y a menudo estas innovaciones se han aceptado sin cuestionarse. Un área que llega tarde a este desfile de la disrupción es la agricultura. Hay quien afirma que la estructura de cadenas de suministro complejas y los altos niveles de regulación propios de este sector dificultan su verdadera disrupción, pero si profundizamos un poco es fácil ver que las innovaciones tecnológicas impulsan cambios en muchas áreas diferentes de la agricultura. Es cierto que hasta ahora estas alteraciones se han producido a una escala relativamente pequeña, pero una serie de tendencias más allá de la agricultura propiamente dicha pueden imponer cambios profundos e inminentes en el sector.
El cambio es inevitable
El período de gran inestabilidad que ha atravesado el mundo en los últimos años y que ha culminado con la pandemia ha provocado cambios inmediatos en varios sectores de actividad, entre ellos la agricultura. Sin embargo, también existen fuerzas que van camino de apuntalar una transformación del sector mucho más a largo plazo.
El calentamiento global ya está cambiando las pautas agrícolas en todo el mundo. Los agricultores del sur de Europa han pasado a cultivar frutas tropicales, como los aguacates, mientras que zonas del norte de Europa se están convirtiendo en terruños preferidos para cultivar viñas. Pero un clima más cálido no es la única chispa que provoca este cambio. La agricultura es una de las industrias que emite más carbono, con lo que la producción de alimentos debe transformarse para que el mundo alcance el objetivo de cero emisiones netas.
La agricultura también es una gran explotadora del capital natural del planeta. Muchas prácticas actuales dañan la biodiversidad a través de la deforestación, la erosión del suelo, la contaminación (por el mal uso de productos químicos y fertilizantes) y el uso excesivo de agua. Aunque los temores en torno a estas áreas no son nuevos, la pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de abastecimiento de alimentos, que a menudo abarcan grandes distancias y no tardaron en verse interrumpidas por las restricciones de los confinamientos.
Hay destacar que los consumidores más conscientes ya no están dispuestos a tolerar estas prácticas y se muestran abiertos a probar innovaciones alimentarias. Su deseo de estar mejor informados sobre el trayecto de la granja a la mesa podría ser el factor final que imponga una transformación de gran calado en la industria agrícola.
Agricultura 4.0: una nueva revolución agrícola
Es fácil olvidar que la agricultura ha sido desde siempre una de las primeras industrias en adoptar nuevas tecnologías; al fin y al cabo, fue una de las pioneras en la revolución industrial. De hecho, la agricultura ha mantenido esta mentalidad abierta, pero a menudo se aplica a una escala mucho más pequeña.
Hoy en día existen tecnologías que ofrecen soluciones innovadoras y respetuosas con el medio ambiente, tanto en relación a lo que comemos como a la manera en que llega a nuestro plato. No obstante, la adopción generalizada de tales innovaciones todavía no ha cambiado la forma en que operan los agricultores a gran escala, y la gran pregunta es si tales cambios se podrán implementar a tiempo para evitar daños climáticos y medioambientales irreversibles, sobre todo en los países más pobres.
Un desafío de altura para los agricultores
La agricultura vertical tiene el potencial de solucionar muchos problemas agrícolas. Concebida en 1999 por el profesor Dickson Despommier1, de la Universidad de Columbia, esta práctica de cultivar en capas verticales apiladas busca optimizar el crecimiento de las plantas y minimizar el uso de suelo. Quienes la practican suelen reaprovechar grandes edificios de varios pisos en áreas urbanas, donde el terreno es demasiado escaso y costoso para utilizarse con fines agrícolas. Al controlar el entorno (que al ser interior no depende del clima), la agricultura vertical puede generar una amplia gama de cultivos durante todo el año.
Sus detractores suelen poner de relieve sus grandes costes iniciales y su uso de energía. Aunque los primeros son básicamente inevitables, las mejoras en la tecnología LED y la aplicación de fuentes de energía renovables están reduciendo los costes de consumo energético. Además, las emisiones de carbono asociadas con el transporte de productos se reducen, al ser consumidos a menudo por las comunidades locales, y el uso de agua ha resultado ser un 95% más bajo que el de la agricultura tradicional2. Estos cultivos también tienen mucha menos necesidad de herbicidas y pesticidas, ya que el producto se cultiva en un ambiente cerrado3.
Si bien existen muchas granjas verticales funcionando en todo el mundo, no existe ningún actor dominante en el segmento y todavía no se ha aprovechado su verdadero potencial comercial. Dicho esto, el tamaño del mercado superó los 4.500 millones de dólares en 2020, y se anticipa que crecerá a un ritmo anual del 23% entre 2021 y 20274.
Soluciones tecnológicas
El uso agrícola de productos químicos y fertilizantes suscita preocupación sobre su impacto en el medioambiente, por lo que los biólogos buscan nuevas soluciones para avanzar en la seguridad medioambiental, mejorar el rendimiento y elevar la resistencia de las plantas a enfermedades y plagas.
El cruce y la creación de hibridaciones no son nada nuevo, pero los científicos están aplicando nuestros conocimientos avanzados de ingeniería genética, microorganismos y demás para mejorar la producción de cultivos. Por ejemplo, una empresa utiliza actualmente organismos naturales (como bacterias y hongos) para recubrir las semillas de los cereales y ayudarlos a crecer, mejorar el rendimiento y protegerlos contra situaciones de desgaste, como las sequías5.
Aparte de la biotecnología, también se utilizan robots, drones y nanosensores para proporcionar mejores datos para la agricultura cotidiana, haciéndola menos laboriosa y ayudando a reducir el uso de fertilizantes. Aun así, estas tecnologías solo se utilizan a una escala muy pequeña, suelen ser caras y deben demostrar su valía antes de adoptarse plenamente.
La red agrisocial
En medio de tanta innovación y desarrollo, la comunicación de la comunidad agrícola debe transformarse para que todo el mundo esté al día. Se han establecido centros sociales en línea, no solo para apoyar la agricultura cotidiana, sino también para compartir ideas sobre temas importantes, como una agricultura menos intensiva en mano de obra, la eficacia de las nuevas tecnologías y el desarrollo de cultivos, entre otros.
Este intercambio de ideas, comentarios y datos es especialmente importante para una industria que a menudo se ha desarrollado en pequeños nichos, donde campesinos aislados tienen poco acceso a datos comparables y los precios de los materiales pueden ser opacos. Así, los foros de este tipo aportan una claridad muy necesaria sobre la eficacia de los diferentes cultivos y su rendimiento potencial en distintos tipos de suelos o regiones. Tal intercambio de conocimientos agrícolas es fundamental para mejorar la eficiencia general de la industria.
La era de la agrotecnología
Aunque ahora mismo quizá no esté en el punto de mira de muchos, la transformación de la agricultura no ha escapado a la atención de los inversores astutos, acostumbrados a identificar innovaciones tecnológicas con potencial de cambiar las reglas de juego. Este interés ha hecho que las inversiones en agrotecnología alcancen los 22.300 millones de dólares en 20206, lo cual ha proporcionado una financiación muy necesaria para el desarrollo y e implementación más generalizada de estas nuevas tecnologías, pero también podría inflar las valoraciones y dificultar la búsqueda de oportunidades genuinas.
En BNP Paribas Asset Management adoptamos una mentalidad investigadora a la hora de analizar la abundancia de oportunidades agrotecnológicas, para separar el trigo de la paja e identificar qué empresas liderarán el mercado en el futuro. Creemos que el mundo se halla a las puertas de una nueva revolución agrícola impulsada por el ámbito digital. En los próximos 20 años se producirá una transformación en la forma en que cultivamos, transportamos y consumimos alimentos, lo cual ofrecerá oportunidades atractivas a los inversores. Además, estas oportunidades están en consonancia con la transición hacia una economía mundial más sostenible.
Tribuna de Ulrik Fugmann gestor del BNP Paribas Energy Transition
Notas
1https://en.wikipedia.org/wiki/Vertical_farming
2https://verticalfarminstitute.org/vertical-farming/
3https://verticalfarminstitute.org/vertical-farming/
4https://www.gminsights.com/industry-analysis/vertical-farming-market
5https://www.ft.com/content/ee6fb294-edc3-11e8-8180-9cf212677a57
6https://www.ingredientsnetwork.com/agritech-investments-hit-a-total-of-22-3-billion-news112223.html