Nuestro compromiso en 2018 se centró en las empresas que debían publicar declaraciones sobre la esclavitud moderna, de acuerdo con la histórica Ley de Esclavitud Moderna del Reino Unido de 2015. Desde la introducción de esta norma, la legislación sobre la esclavitud moderna ha progresado en varios países, entre ellos Australia, Canadá, Francia y los Países Bajos. La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de esta normativa, ya que en tiempos de crisis las víctimas de la esclavitud moderna corren un mayor riesgo de ser explotadas.
Una revisión independiente de la ley publicada en mayo de 2019 llegó a la conclusión de que varias empresas están enfocando sus obligaciones como un mero ejercicio de marcar casillas y aproximadamente el 40% de las incluidas en el ámbito de aplicación no están cumpliendo con la legislación.
En resumen, esta normativa sigue progresando en todo el mundo, y las empresas -en particular las grandes con presencia mundial- pueden sufrir consecuencias materiales si no identifican, abordan e informan sobre los riesgos de la esclavitud moderna.
Identificar las mejores prácticas
En 2019 y el primer trimestre de 2020, tuvimos 66 interacciones con 32 empresas sobre la esclavitud moderna. Nos enfocamos en compañías de ropa, automóviles y tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) de alto riesgo comparativo.
Creemos que todas las empresas deben profundizar en las siguientes seis áreas a las que se refiere la ley del Reino Unido de 2015:
- Estructura y cadenas de suministro
- Políticas vinculadas a la esclavitud y la trata de personas
- Procesos de diligencia debida en relación con la esclavitud y la trata de personas
- Evaluación y gestión de riesgos
- Medidas eficaces adoptadas para hacer frente a la esclavitud moderna
- Capacitación sobre la esclavitud moderna y la trata de personas
Transparencia en la cadena de suministro
La transparencia refuerza la diligencia debida, mejora la reputación de una empresa y demuestra su compromiso de rendir cuentas si se producen violaciones de los derechos humanos en su cadena de suministro y puede hacerlo.
H&M ha mejorado la transparencia de su cadena de suministro. Es una de las 22 empresas (a noviembre de 2019) que están totalmente alineadas o comprometidas con el Compromiso de Transparencia, que exige a las empresas de moda que publiquen información normalizada sobre las fábricas de sus proveedores. H&M divulga los nombres, las ubicaciones y algo de información adicional sobre las fábricas que elaboran sus productos. Es importante señalar que las empresas que fabrican bienes de mayor precio no son necesariamente más transparentes: Armani y Ralph Lauren son ejemplos de marcas de lujo que aún no han revelado públicamente la información de la cadena de suministro.
Auditorías sólidas
La auditoría de las cadenas de suministro es un área que está evolucionando rápidamente. A través de nuestro compromiso, nos enteramos de que un proveedor externo realizó auditorías de sostenibilidad in situ a 947 proveedores de Volkswagen en 2018 y, en 551 casos, los resultados condujeron a un plan de acción.
Nuestro diálogo con los fabricantes de automóviles demostró hasta qué punto el aumento de la demanda de vehículos eléctricos, que dependen del cobalto en sus baterías, plantea mayores riesgos de reputación, operacionales y reglamentarios. Más de la mitad del suministro mundial de cobalto proviene de la República Democrática del Congo, que tiene una puntuación extremadamente alta en “vulnerabilidad a la esclavitud moderna” en el Índice Global de Esclavitud de 2018.
En la minería del cobalto, son frecuentes las violaciones graves de los derechos humanos, incluyendo el trabajo infantil y los riesgos para la salud derivados de los altos niveles de metales tóxicos. Las empresas con productos que contienen cobalto deben ser lo más transparentes que sea posible en cuanto a las medidas que adoptan para abordar y mitigar los riesgos relacionados con su abastecimiento.
En conclusión
Aunque hemos identificado muchos ejemplos de empresas que han mejorado sus políticas para identificar y gestionar los riesgos de la esclavitud moderna e informar sobre los principales acontecimientos, somos muy conscientes de la creciente brecha entre los líderes y los rezagados.
Asia-Pacífico es un hub manufacturero global y la segunda región con mayor prevalencia de esclavitud moderna del mundo. A menudo resulta difícil para los interesados evaluar las prácticas laborales de las empresas con sede allí. Nuestro compromiso con Anta Sports, una empresa de ropa deportiva basada en China, ilustra esta cuestión: la alentamos a publicar sus políticas de trabajo infantil y forzoso porque podíamos encontrar muy poca información de dominio público sobre ellas.
Como inversores, estamos prestando especial atención a las empresas de mayor riesgo, pero reconocemos que todas están potencialmente expuestas a riesgos financieros, operativos, normativos y de reputación derivados de la esclavitud moderna por ser tan omnipresente. La esclavitud moderna tiene que ser más ampliamente reconocida no solo como una tragedia humana, sino también como un riesgo comercial material.
Tribuna de Catherine McCabe, analista de inversión responsable en BMO Global Asset Management