La pandemia está provocando una crisis económica marcada por la incertidumbre. La industria y los gobiernos se han visto obligados a reaccionar ante amenazas casi inimaginables e invisibles para la economía mundial.
En cuanto a las remuneraciones de los ejecutivos, las juntas directivas están más dispuestas a aceptar que a veces puede ser necesario recortarlas, algo que rara vez se consideraba aceptable en el pasado. En muchos países, los gobiernos han intervenido para pagar a los empleados, reduciendo la necesidad de despidos a corto plazo. Esos planes de apoyo al empleo han sido ampliamente aceptados por la industria y representan una intervención sin precedentes del gobierno en el mercado laboral.
Comparativa con la gran crisis financiera
Entre las dos crisis históricas, hay similitudes y diferencias significativas. Una de las semejanzas más claras es el dolor que se siente en la economía, aunque el cierre de industrias enteras este año no tiene precedentes y ha dado lugar a la reducción de personal, congelación o reducción de salarios, y despidos, con más en camino.
Desde el punto de vista de la gobernanza empresarial, una diferencia significativa con la gran crisis financiera es la forma en la que los comités de remuneración y los ejecutivos han reaccionado ajustando sus acuerdos salariales. La crisis del 2008 vio cómo un gran número de empresas de todo el mundo congelaban los salarios y limitaban el pago de incentivos. Sin embargo, muy pocas compañías fuera del sector bancario redujeron realmente las remuneraciones de los ejecutivos o de la alta dirección, algo que sí hemos visto durante la crisis actual. Si bien estos recortes son de naturaleza temporal y van acompañados de despidos en el resto de la fuerza de trabajo, el cambio de enfoque frente a la gran crisis financiera es notable.
Las retribuciones de los ejecutivos, bajo escrutinio
El nivel de las retribuciones de los ejecutivos en los últimos 30 años ha crecido exponencialmente, pero también lo ha hecho la atención prestada por parte de la fuerza de trabajo en general. Ahora, los coeficientes de remuneración de los ejecutivos se publican ampliamente y el nivel de escrutinio de estas cifras ha aumentado. La publicidad negativa no solo es analizada y provoca la reacción de los clientes, sino también de los empleados y otras personas relacionadas con la empresa.
A los pocos días del inicio del confinamiento, cuando se hicieron evidentes los posibles impactos en la fuerza de trabajo, los organismos de la industria y los inversores comenzaron a publicar orientaciones que proponían que las empresas debían «compartir el dolor» a nivel ejecutivo. Esto no cayó en saco roto. Poco después del confinamiento, muchas empresas comenzaron a anunciar recortes salariales a los altos directivos como parte de su campaña para preservar el efectivo. Muchos de los recortes fueron impulsados por la dirección, lo que muestra una empatía particularmente fuerte hacia la fuerza laboral en general.
Como resultado de las presiones sobre la retribución de los ejecutivos a medida que la pandemia golpeaba, fuimos testigos de cómo las empresas aplazaban cualquier aumento de sueldo hasta que la economía volviera a tener más certezas. Este enfoque se justifica por el posible impacto en la reputación del incremento de la remuneración de los ejecutivos mientras que los empleados pueden ser despedidos.
Además, en los últimos años, las empresas se han visto sometidas a una importante presión para reducir los niveles de contribución a la pensión que reciben los altos directivos, a fin de equipararlos a los que recibe el resto de la fuerza de trabajo.
Los bancos recortan la retribución mientras los dividendos son golpeados
Dado el impacto del COVID-19 en la economía real, los reguladores actuaron para preservar los balances sanos en las industrias clave. El gobierno también pidió a los bancos del Reino Unido que suspendieran el pago de dividendos de 2019. En el resto de Europa:
– El Banco Central Europeo emitió orientaciones para que los bancos no pagasen dividendos para los ejercicios económicos de 2019 y 2020 hasta por lo menos el 1 de enero de 2021.
– La Autoridad Suiza de Supervisión del Mercado Financiero (FINMA) instó a las empresas domiciliadas en Suiza a que abandonaran las propuestas de dividendos. Estas medidas tenían por objetivo aumentar la capacidad de los bancos para absorber las pérdidas y respaldar los préstamos.
En este contexto, fue alentador -y sin precedentes- ver a un gran número de grandes bancos anunciar diversas medidas para reducir la retribución de los ejecutivos, como recortes salariales, recortes o renuncias a los bonus, y acuerdos para aplazar los aumentos de compensaciones previstos.
En conclusión, el papel de los inversores nunca ha sido tan importante como lo es hoy en día para transmitir un mensaje claro a los consejos de administración sobre las remuneraciones. Seguiremos involucrando a las empresas para asegurar que la retribución sea justa y apropiada según la coyuntura. Aunque las circunstancias actuales son, esperamos, limitadas en el tiempo, podemos tratar de aprovechar este año y las reducciones temporales como un catalizador para el cambio a largo plazo.
Tribuna de Daniel Jarman, vicepresidente y analista de inversión responsable en BMO