La India ha sido siempre uno de los países más caros de nuestro universo de mercados emergentes, ya que cuenta con un número más elevado de empresas de gran calidad y con un sólido crecimiento estructural. Sin embargo, a lo largo del último año, se ha ido encareciendo cada vez más. En nuestra opinión, la India merece cotizar con prima, pero las elevadas valoraciones y las altas expectativas nos recuerdan que tenemos que mostrarnos especialmente atentos y disciplinados en lo que se refiere al nivel de valoración.
Las áreas más sobrevaloradas son los segmentos de pequeña y mediana capitalización del mercado de renta variable india, así como las empresas que pertenecen a algunos de los sectores más sensibles a la actuación del gobierno. No obstante, aún es posible encontrar empresas cuya valoración resulta razonable. Además, también vemos grandes diferencias de valoración en función del sector, e incluso de las compañías concretas. En concreto, encontramos oportunidades de valor relativo en los sectores financiero, de servicios tecnológicos y farmacéutico, con unas operaciones y una labor de gestión de gran calidad.
En el Sudeste Asiático, Vietnam se ha enfrentado a ciertas dificultades en los últimos años, derivadas del deterioro de su mercado inmobiliario, así como de la repentina escasez de liquidez provocada por las medidas anticorrupción y las reformas normativas del mercado de deuda corporativa. El mercado es volátil y se ha revaluado, lo que exige precaución a los inversores extranjeros. Sin embargo, desde la perspectiva de las valoraciones, Vietnam resulta interesante. En la primera mitad de 2024, ha registrado un crecimiento interanual del PIB bruto del 6,4%1, demostrando así un sólido rendimiento económico. El país funciona como un importante centro de subcontratación para la región asiática, y se ha visto favorecido por los cambios registrados en las cadenas de suministro en los últimos años. Se está convirtiendo en un nuevo centro de fabricación que atrae cada vez más inversión extranjera procedente de compañías internacionales como Apple, Samsung e Intel. La relocalización de la cadena de suministro de China a Vietnam aún se concentra en la producción de bajo valor añadido, como el ensamblaje final, donde Vietnam cuenta con una ventaja competitiva gracias a que sus costes de mano de obra son más reducidos.
En nuestra opinión, Indonesia presenta también un sólido potencial de inversión, ya que se trata de una de las economías más sólidas y de más rápido crecimiento, no solo del Sudeste Asiático, sino de toda la región de los mercados emergentes. Cuenta con una economía diversificada y una gran riqueza en recursos naturales, como el carbón, el níquel y el cobre. Tanto el consumo nacional (53% del PIB) como la exportación de productos derivados de materias primas están contribuyendo a generar una sólida balanza por cuenta corriente. Al mismo tiempo, Indonesia está inmersa en una transición política y existe una cierta preocupación en torno al contexto fiscal, lo que ha provocado una venta generalizada y ha aumentado el atractivo del mercado para los inversores en valor como nosotros.
Por último, uno de los mercados que ha perdido en los últimos años el favor de los inversores es Sudáfrica. Sin embargo, tras los sorprendentes resultados obtenidos en las elecciones recientes, que han dado lugar a la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional, los fundamentales del país están mejorando. El posicionamiento inversor también es bajo, lo que podría ofrecer oportunidades a los inversores en valor. Ante la superación de los problemas energéticos del país y la mejora de la calidad de las empresas, Sudáfrica está convirtiéndose de nuevo en un mercado interesante.
Como inversores en renta variable a largo plazo, entendemos la necesidad de ser selectivos y somos conscientes de que el mundo está en constante cambio. Nuestra labor de análisis pone de manifiesto que la calidad de la gestión puede marcar una importante diferencia en los resultados de las empresas y en su capacidad para hacer frente a entornos de mercado complicados. Por lo tanto, la evaluación de los equipos directivos de las empresas que conforman nuestro universo de inversión constituye un elemento fundamental de nuestro proceso de inversión, al igual que nuestro enfoque en compañías con prácticas empresariales duraderas que pueden generar una rentabilidad sostenible a largo plazo.
Tribuna de Laurence Bensafi, gestora de carteras y directora adjunta del equipo de renta variable de mercados emergentes en RBC Bluebay Asset Management.
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