La tecnología avanza con la aparición de nuevos productos: el Iphone 7, coches eléctricos con baterías más eficientes… pero es difícil distinguir qué avances son los verdaderamente disruptivos o revolucionarios. ¿Se imaginan una tecnología capaz de cambiar para siempre nuestra relación con el mundo digital? Ciertamente no hace falta imaginársela: ya está aquí y el tiempo dirá si la rueda, la imprenta o Internet alteraron más el rumbo de la historia. Hablamos del blockchain o la cadena de bloques. Su objetivo es dotar de una mayor dinamismo y seguridad al mundo digital, de tal forma que lo fiemos todo a sus infinitas y ramificadas conexiones. Su aplicación será muy diversa y servirá para redefinir muchos procesos en busca de una mayor eficiencia.
Pero, ¿qué es el blockchain? La respuesta es simple en apariencia y puede defraudar un poco. El blockchain es sólo un tipo de registro online, un libro mayor de acontecimientos digitales que puede ser público o privado. ¿Y qué aporta? principalmente, seguridad. Nunca un apunte registral fue tan seguro, claro y verificable. La garantía está en que el registro no es centralizado sino distribuido: cada fichero se encuentra duplicado en miles o millones de ordenadores, aislados de forma geográfica y computacional. Su alteración sólo es posible a partir del consenso –la sincronización– de la mayoría de esos ordenadores. Por ello, el dato registrado seguirá siendo el mismo aunque desaparezcan uno, diez o cientos de esos terminales o nodos de la red. Y todo esto se consigue a partir de una tecnología que genera «bloques» (paquetes digitales) de información verificada que se enlazan en una cadena a partir de códigos alfanuméricos. Casi nada.
Aplicaciones del blockchain
Hay dos plataformas líderes con estructura de blockchain: Ethereum y Bitcoin. Etherum es una estructura que da soporte a acuerdos con un formato de smart contract: aplicación informática que permite, afianza, hace cumplir y realizar acuerdos registrados entre personas autorizadas.
Bitcoin es la divisa electrónica más conocida. Muchas empresas y negocios pequeños aceptan ya esta moneda como modo de pago y su popularidad en China no para de crecer: en los últimos días se ha apreciado un 8,5% frente al yuan y sigue una correlación negativa con respecto a esta divisa. Cabe especificar que, a la hora de utilizar el Bitcoin, el blockchain se enfoca en diferentes aspectos: transacción, almacenamiento y confirmación. Al hacer una transferencia, el dinero constituiría un bloque que se envía de un intermediario a otro (transacción); la operación queda registrada dentro de la cadena (almacenamiento) y se confirma a través de un smart contract (confirmación).
La banca ha mostrado un interés fuerte por el blockchain y puede tener un impacto importante en los servicios financieros. De hecho, las entidades financieras, a día de hoy, están invirtiendo grandes cantidades de dinero en esta tecnología.
Ciertamente, UBS, BNY Mellon, Deutsche Bank y Santander se han unido para desarrollar un sistema basado en la tecnología blockchain: el Utility Settlement Coin (USC). Su objetivo es facilitar pagos y liquidaciones de forma eficiente, rápida y segura. Si el coste actual de este tipo de operaciones supone un desembolso de entre 65.000 y 80.000 millones de dólares para la industria financiera (estimaciones de la consultora Oliver Wyman), podemos imaginarnos el impacto considerable en reducción de costes que supondrá la aplicación de esta tecnología.
Para PBI AV, efectivamente la banca privada puede simplificar los procesos de transferencias de efectivo, compensación y liquidación de operaciones. Algo que va a permitir que aparezcan nuevos mercados y nuevas plataformas que funcionen con la tecnología blockchain y den seguridad al tráfico mercantil.
Sin duda, la innovación en el campo de las finanzas será bastante amplia e irá en la línea de mayor automatización o despersonalización del modelo de negocio. «Pero evidentemente si triunfa esta tecnología, se van a necesitar nuevos tipos de profesionales. Por un lado, profesionales que sepan aprovechar todas las virtualidades del blockchain y funciones como game changers. Y en segundo lugar, juristas que sean capaces de introducir esta tecnología dentro del código, de desarrollar mecanismos de enforcement en caso de incumplimiento y de hacer frente a todo tipo de problemáticas. La lista de áreas legales afectadas resulta interminable: propiedad intelectual e industrial, protección de datos, fiscalidad, supervisión transfronteriza, blanqueo de capitales, cibercriminalidad, servicios sujetos a reserva de actividad, el problema del anonimato, etc. No hay que olvidar que –con respecto al blockchain– el riesgo regulatorio es lo que más incertidumbre genera», apunta Fernando González Cantero.
La tecnología blockchain ha llegado y, según estimaciones de IBM, el 65% de los bancos la implantará esta tecnología en un plazo medio de tres años. Ahora el reto está en aprender a vivir en un mundo que pasa de una estructura centralizada en la toma de decisiones, a formas distribuidas.
Tribuna de Fernando González Ortega, responsable de Desarrollo de Negocio de PBI Gestión AV y José Luis Vázquez López, del departamento de comunicación de PBI Gestión AV.