El jueves se reúne la Junta de Gobierno del Banco de México y anticipamos un alza de 25 puntos base en la tasa de referencia. A nuestro juicio, la reciente apreciación del tipo de cambio en parte, apoyada por la determinación de la Comisión de Cambios de llevar el nivel del tipo de cambio más en línea con los fundamentales económicos del país y el desencanto del mercado con la capacidad de la administración Trump de avanzar su agenda, permite a la Junta de Gobierno reducir la magnitud de alzas previas de +50 puntos base a +25 puntos base. Por su parte, dados los efectos de segundo orden que hemos identificado en nuestros reportes de inflación y el hecho de que todavía al nivel del tipo de cambio le falta para llegar a los niveles acordes con los fundamentales (asumiendo que dicho nivel corresponde con el que prevalecía previo a la victoria de Trump y su retórica fue lo que separó al nivel del tipo de cambio de aquél consistente con los fundamentales económicos) hacen incongruente que Banxico no suba la tasa de referencia este jueves.
El Gobernador del Banxico de México recientemente afirmó que el tipo de cambio está subvaluado y debería de regresar a los niveles de antes de la victoria de Trump. Por su parte, el Secretario de Hacienda también se refirió recientemente a que el tipo de cambio debería estar más en línea con los fundamentales económicos del país. Finalmente, el Secretario de Relaciones Exteriores dijo que se está considerando dentro de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte un mecanismo de estabilización del peso (sin dar más detalles), lo que sugiere que el mecanismo evitaría depreciaciones (o apreciaciones de la moneda) alejadas de los fundamentales económicos. Posiblemente cada uno de los funcionarios con justificaciones diferentes, pero todos con el mismo objetivo de lograr que el peso mexicano se aprecie hacia el nivel que marcan los fundamentales económicos. Pero esto asumiría que no habrá efecto Trump, lo que ahora parece aventurado.
El nivel acorde con los fundamentales económicos podría estar ligeramente por debajo de los 18 pesos por dólar, lo que significa que todavía hay un efecto Trump y el trabajo de Banxico no ha terminado. Sin pretender que es un cálculo científico, previo a las elecciones de Trump, cuando el mercado anticipaba una victoria de Hillary Clinton, el peso mexicano se encontraba alrededor de 18,5 por dólar. En dicho momento, nosotros argumentábamos que el tipo de cambio se había depreciado por encima de sus pares emergentes, reflejando los riesgos internos del país, en particular los de finanzas públicas y Pemex, además que las calificadoras de crédito nos amenazaban con una baja en la calificación de riesgo. Dicha depreciación demandaba, decíamos en su momento, un nivel para la tasa de referencia más alto y alzas por encima de la Fed que ya se dieron en noviembre, diciembre y febrero (las últimas también se justificaron por el deterioro de la inflación al consumidor). Así, el nivel acorde con los fundamentales debería ser menor a 18,5 por dichas alzas, tomando en cuenta también la del próximo jueves. Por su parte, de las elecciones presidenciales en EUA a la fecha, un índice de monedas emergentes indica que éstas en promedio se han apreciado, lo que a su vez baja el nivel del tipo de cambio nacional acorde con fundamentales, debido a que un determinante importante del nivel del peso mexicano es su posición relativa a las demás monedas emergentes. Tomando en cuenta lo anterior, al día de hoy el tipo de cambio sin efecto Trump podría pensarse entre 17,8-18 pesos por dólar y está sujeto a las fluctuaciones de las monedas emergentes. Así, el peso mexicano sigue operando con un riesgo Trump, de casi un peso, lo que señala que el trabajo de Banco de México no ha terminado.
La derrota legislativa del viernes pasado de la agenda Trump fue positiva para el peso mexicano, ya que debilitó la retórica de Trump contra México, pero todavía es muy temprano para cantar victoria. No podemos todavía descartar la posibilidad de un plan fiscal que baje los impuestos a las empresas en EUA y haga más atractiva la inversión en ese país, aunado a la aplicación de un impuesto fronterizo que sigue cobrando fuerza, y todavía no se conocen los detalles de los principios con los que van a negociar el TLCAN. Dichos sucesos serían negativos para el peso mexicano como argumentamos previamente en “La apreciación sostenida del tipo de cambio contingente al Plan B”, del pasado 2 de marzo, y, sin duda, de aplicarse, provocarían un nuevo nivel de fundamentales económicos para el peso mexicano más depreciado.
El porcentaje de ponderadores de los genéricos del INPC con inflación anual arriba de 4% preocupa al alcanzar 61%. De acuerdo con el último reporte de precios de la primera quincena de marzo, si ordenamos los 283 genéricos de mayor a menor por su inflación individual de los últimos 12 meses, y luego sumamos los ponderadores de aquellos con inflación mayor a 4%, encontramos que dichos ponderadores representan el 61% del total y cada vez hay más genéricos de servicios. Dicho número ha crecido de manera importante en los últimos meses: hace un año era tan sólo el 30,25%, a la segunda quincena de junio el 30,79%, pero para fin del año pasado, antes del incremento a los precios de la gasolina y gas LP, ya había alcanzado 44,30%.
Así, no sólo es el alza de precios de las gasolinas de enero pasado que estaría presionando a la inflación este año, sino que ya se venía observando un traspaso de la inflación al productor al consumidor principalmente por la depreciación acumulada del tipo de cambio y el alza de precios internacionales de las materias primas, incluyendo energéticos.
Columna de FINAMEX por Guillermo Aboumrad