Tras el fuerte rally de la renta variable china en 2017, una de las preguntas que más nos han hecho durante los últimos road shows europeos es ¿y ahora, qué? Nos dirigimos hacia una drástico “regreso a la media” o si estamos al comienzo de algo grande. En nuestra opinión, lo que ocurrió en 2017 fue sólo el comienzo de un periodo multianual de subidas de la renta variable china impulsada por varios factores. El cambio fundamental en el modelo de crecimiento de la economía china en la razón principal.
Después del elevado crecimiento de los últimos 40 años, el gobierno chino ha adoptado un modelo de crecimiento económico más lento que se centra en la calidad y la sostenibilidad. Durante este proceso, varias cuestiones estructurales integradas en el modelo de crecimiento previo insostenible como el elevado endeudamiento, los desequilibrios del mercado inmobiliario, la sobrecapacidad, el agotamiento de los recursos y la destrucción medioambiental se están teniendo en cuenta, uno por uno. Mientras tanto, el país continuará impulsando la innovación y la investigación y desarrollo para mejorar su competitividad global.
Durante este proceso, los inversores comenzarán a darse cuenta de que los argumentos típicos presentados por los pesimistas sobre China no se sostienen y que la historia de China es cada vez más real y sostenible. Creemos que este cambio en la percepción global de China por parte de los observadores de todo el mundo provocará una revalorización de la prima de riesgo de las acciones chinas, lo que conducirá una subida sostenida.
Creemos que la inclusión de las acciones onshore chinas en el MSCI, conocidas como “Clase A”, tanto en los índices emergentes como globales, también contribuirá a la revalorización. Al añadir las acciones A a estos índices, MSCI ha indicado que el mercado de acciones clase A no es un mercado más y que no puede obviarse siendo el segundo mercado mundial en términos de tamaño, pero además es totalmente invertible para los inversores extranjeros utilizando la plataforma Stock Connect o las cuotas QFII. La inclusión de las acciones clase A en los índices MSCI significa que los inversores que utilizan los índices MSCI como índices de referencia tendrán que comprar las acciones chinas para evitar la desviación.
MSCI comenzó en junio de 2018 con una inclusión parcial del 2,8%. Tras la inclusión total, las acciones chinas clase A representarán alrededor del 20% del MSCI Emerging Markets Index. Las acciones chinas, incluidas las cotizadas en Hong Kong y los American Depository Receipts, representarán, en última instancia, alrededor del 40% del índice de mercados emergentes MSCI tras la inclusión total, probablemente dentro de cinco o seis años. Como resultado, anticipamos que los inversores pasarán cada vez más tiempo estudiando las acciones chinas, tanto onshore como offshore, como una clase de activos prometedora e invertible.
Somos optimistas a medio y largo plazo con la renta variable china a pesar de la volatilidad que hemos visto recientemente. La mejor manera de capturar las oportunidades es analizar los temas clave que impulsarán el crecimiento e identificar las compañías más competitivas y mejor gestionadas. Nos gusta el tema de la innovación tecnológica, ya que es la principal fuerza impulsora detrás del desarrollo económico de China para el futuro.
China aspira a convertirse en un líder mundial en innovación en 2035. Esto lo ha comprendido Washington, que ha identificado la amenaza y está tratando de detener, o al menos frenar este aumento. También nos gusta el tema de actualización del consumo y la fabricación avanzada. El plan estratégico «Hecho en China 2025» apunta claramente a aumentar el contenido nacional de los materiales y componentes centrales, centrándose en chips, memorias y software avanzados que actualmente son competencia de compañías extranjeras.
El próximo colapso de China, escrito en 2001 por Gordon G. Chang, preveía el colapso de la economía china junto con su sistema político en 2006, y posteriormente en 2011. Diecisiete años más tarde, China es mucho más fuerte que en 2001 y es más estable políticamente que en un gran número de países desarrollados. Creemos que la economía china cuenta con los medios y recursos para afrontar sus problemas estructurales, ofreciendo a lo largo del camino grandes oportunidades para los inversores que sean capaces de darse cuenta de algo grande está sucediendo en la segunda economía del mundo. El siglo XXI va a ser el “Siglo chino” como escribió Oded Shenkar en 2006,cuando en su best-seller predijo que China superaría a Estados Unidos y se convertiría en la mayor economía para ¿2026? Es bastante probable.
Tribuna de Sabrina Ren, gestora de JK Capital Management Ltd., filial de La Française.