Capital en riesgo.
Han sido un par de años difíciles para los inversores de crecimiento. La mezcla explosiva de la subida de los tipos de interés y la aversión extrema al riesgo tras la pandemia mundial, provocó grandes oscilaciones en el mercado y, por consiguiente, una caída en los precios de las acciones de las empresas cuyo potencial se encuentra a largo plazo.
No es de extrañar, por tanto, que haya dudas sobre si la inversión en crecimiento seguirá generando rendimientos atractivos de ahora en adelante . Sin embargo, la experiencia nos dice que precisamente este no es el momento de tirar la toalla.
En anteriores crisis de mercado y bruscas caídas en la valoración de los fondos de renta variable de crecimiento, se han observado importantes retornos durante la década siguiente. Lo vimos tras la crisis inflacionaria de mediados de la década de los 70 y la crisis financiera de 2008, con rendimientos acumulados a diez años de alrededor del 1000 % y el 500 %, respectivamente.
Hay muchas razones para creer que esta vez no será diferente, aunque en este caso hay un factor adicional en juego: estamos presenciando un cambio tecnológico y social acelerado.
En las últimas décadas, el contexto empresarial ha sido relativamente favorable. En un entorno de libre comercio, las empresas emprendedoras han obtenido financiación a bajo precio, a la vez que se han extraído y explotado recursos naturales para el progreso empresarial. Sin embargo, esta situación cambia a pasos agigantados, mientras que nos adentramos en una nueva era de limitaciones.
El dinero ya no es gratis: los tipos de interés ya no son cero. Los recursos naturales están menguando, por lo que las empresas ya no pueden explotar el medioambiente en beneficio propio. Además, la confianza internacional escasea: se están implementando políticas comerciales que restringen las importaciones, protegen a las industrias nacionales y priorizan los intereses de cada país.
No obstante, en medio de estas crecientes limitaciones, hay una fuerza que va a contracorriente. La inteligencia artificial en la informática se acelera, reduce los costes y se extiende rápidamente. En la próxima década, es probable que el aprendizaje automático ponga de cabeza a todos los sectores.
Algunas empresas están mejor posicionadas para hacer frente a estos cambios y, como en todas las transiciones importantes, habrá grandes ganadores y grandes perdedores. Por tanto, es la oportunidad perfecta para que los inversores identifiquen a esos ganadores.
Dicho esto, ¿Cuáles son las características de las empresas que prosperarán en este nuevo entorno?
- Capacidad para resolver desafíos reales
Algunas empresas están convirtiendo los obstáculos en oportunidades, proporcionando soluciones innovadoras en áreas como el comercio electrónico, la atención sanitaria y la banca.
Samsara está implementando sistemas telemáticos en camiones y almacenes para mejorar la productividad y reducir la contaminación en el sector logístico; Mercado Libre está usando la tecnología para reducir los costes de las operaciones bancarias, los pagos y los ahorros en Latinoamérica, donde el 70 % de la población no tiene cuenta bancaria; y Dexcom ha transformado el tratamiento de la diabetes desde casa, lo que ha contribuido a reducir la carga en los hospitales.
- Disciplina de ejecución y solidez financiera
Con los tipos de interés más altos, los beneficios de tener un balance sólido pasa a primer plano. El mercado bursátil suele asociar las empresas de crecimiento con datos financieros dudosos, pero este es un estereotipo equivocado. Muchas empresas de crecimiento con líderes disciplinados utilizan la solidez financiera y la ventaja competitiva para impulsar la subida de precios, aumentar los ingresos y seguir invirtiendo a largo plazo.
Adyen, la cual ofrece una plataforma que simplifica los métodos de pago locales y mundiales, se mantuvo firme con sus precios, incluso cuando la competencia redujo las tarifas en EE. UU. Su equipo directivo confiaba en el modelo de negocio y mantuvo la plantilla en niveles razonables.
Spotify, la principal aplicación de streaming de música, subió sus precios el año pasado. Netflix también ha subido varias veces las tarifas de suscripción mensual en los últimos años y está generando nuevos ingresos a partir de la publicidad.
- Adaptabilidad
La historia está llena de tristes ejemplos de negocios que desaparecieron porque no supieron adaptarse, como Kodak, Nokia o Blockbuster; y los mercados bursátiles están repletos de inversores que tratan de exprimir al máximo modelos de negocio en decadencia.
En vista de los grandes cambios que se avecinan, las empresas deben tener una mentalidad flexible y un enfoque empresarial que pueda evolucionar. Tomemos como ejemplo la empresa de tractores John Deere, que a pesar de ser fundada en 1837, ahora incorpora la tecnología en la agricultura. Utiliza ordenadores, cámaras y el aprendizaje automático para fumigar los cultivos con gran precisión, lo que reduce enormemente la cantidad de herbicida; una noticia excelente tanto para el medioambiente como para el bolsillo de los agricultores.
Otro ejemplo es Shopify, la cual proporciona todas las herramientas para crear una tienda en Internet y ha creado un nuevo conjunto de capacidades de aprendizaje automático para transformar el comercio minorista en línea. Los comerciantes de Shopify ahora pueden utilizar sus herramientas de Inteligencia Artificial para automatizar tareas de procesamiento repetitivas, escribir descripciones de productos y analizar las ventas, lo que les permite ahorrar tiempo y dinero.
No hay una única fórmula que defina cómo deben adaptarse las empresas, pero aquellas con la voluntad de hacerlo irán un paso por delante de la competencia.
La paciencia se premia
La humildad y la reflexión son aspectos esenciales de la inversión, y cualquier periodo de rentabilidad extrema es una oportunidad para seguir aprendiendo. Sin embargo, es igualmente importante que los gestores de inversiones se mantengan fieles a su estilo y su enfoque. Para los inversores de crecimiento, eso significa descubrir empresas capaces de navegar por un nuevo mundo de cambios rápidos y profundos.
A pesar de la soledad que supone centrarse en el potencial a largo plazo cuando uno se encuentra en un entorno de confianza a corto plazo, la experiencia nos dice que las recompensas de invertir de manera paciente y estratégica deberían ser sustanciales en la próxima década. Con el éxito de unas pocas empresas superestrellas (las famosas «siete magníficas»), un gran grupo de empresas está pasando desapercibida. ¿No te parece una oportunidad única para ser inversor de crecimiento?
Tribuna de opinión de Tim Garratt, socio de Baillie Gifford.
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