La brecha digital entre aquellos que tienen acceso a tecnología digital y los que no puede tener un impacto significativo para la educación, el empleo o la salud, profundizando en las desigualdades sociales y retrayendo el crecimiento económico. Creemos que hay una relación entre la inclusión digital y las economías que son sostenibles y resilientes y que dar apoyo a las mejoras en tecnologías digitales y a la accesibilidad puede beneficiar a la sociedad en su conjunto mientras crea oportunidades potenciales para los inversores.
El acceso a servicios y soluciones digitales es un aspecto importante de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, un conjunto de objetivos interrelacionados diseñados para ser un modelo de paz y prosperidad para la población y el planeta. Vemos varias maneras de que gobiernos y empresas – notablemente del sector de Información, Comunicación y Tecnología (ICT)- pueden ayudar a conseguir la inclusión digital. Los inversores también pueden jugar un papel, al dirigir capital hacia empresas y gobiernos que están arreglando estos problemas.
Los estudios sugieren que hay cuatro componentes fundamentales de la inclusión digital:
- Acceso: si un individuo tiene acceso a o usa tecnología digital, como internet, por ejemplo.
- Calidad del acceso: incluso si dos personas tienen acceso a o usan tecnología digital, la calidad de su acceso/uso puede ser muy diferente.
- Habilidades digitales: el uso de la tecnología digital requiere de alfabetización para ser capaces de participar, categorizando a las habilidades como básicas, intermedias o avanzadas.
- Asequibilidad: el uso de tecnología digital puede ser muy caro en relación con la renta familiar.
Esto se traduce en acciones concretas:
- Incrementar el acceso a tecnologías digitales en países emergentes y en vías de desarrollo y en áreas rurales, así como reducir la brecha digital de género.
- Mejorar la calidad de la banda ancha y de la red móvil en las áreas donde sea más necesario.
- Dar apoyo al desarrollo de habilidades digitales, al menos de las básicas.
- Contribuir al acceso asequible a la tecnología digital
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por sus siglas en inglés), la agencia de la ONU para tecnologías de la información y la comunicación, enfatiza la necesidad de desarrollar habilidades digitales básicas y mejorar la calidad del acceso para conseguir una conectividad significativa. Por ejemplo, en África casi el 30% de la población rural no tiene acceso a internet.
También ha detectado un problema de paridad de género: globalmente, el 62% de los hombres usaban internet en 2020 frente al 57% de las mujeres, pero en los países menos desarrollados, solo el 19% de las mujeres usaban internet, 12 puntos porcentuales menos que los hombres.
Impacto social y económico positivo
Los ODS de la ONU destacan desafíos que pueden ser abordados por inversores responsables a través de temas amplios como el fin de la pobreza, protección del planeta y prosperidad para todos. La inclusión digital contribuye a cumplir varios ODS (ver gráfico). Por tanto, creemos que las empresas y gobiernos que estén comprometidos con la mejora de la inclusión digital pueden ayudar a generar un impacto social positivo como inversores.
Fuente: ONU, AXA IM
Los estudios han demostrado que un incremento de la red móvil, de la penetración de internet y de la banda ancha pueden llevar al crecimiento del PIB, con un impacto todavía más significativo para los países de rentas medias o bajas (ver gráfico)
Fuente: Exploring the Relationship between Broadband and Economic Growth, Michael Minges, Background Paper prepared for the World Development Report 2016: Digital Dividends
El Fondo Monetario Internacional también demuestra que la inclusión digital financiera está correlacionada con el crecimiento del PIB: un incremento de la inclusión digital en los pagos del percentil 25 al 75 está asociada con un incremento medio de hasta el 2,2% en el crecimiento económico.
Los estudios en países en vías de desarrollo también han mostrado los efectos significativamente positivos de la inclusión digital en los mercados laborales, en la democracia, la educación, la inclusión financiera, la reducción de la pobreza, la calidad de los servicios públicos y en la sanidad. Y hay una correlación clara entre las comunidades sanas, educadas y prósperas y el crecimiento económico.
Cómo pueden ayudar los inversores
Creemos que proporcionar capital a empresas y gobiernos que quieren abordar la inclusión digital es una forma de combinar potencialmente la búsqueda de resultados financieros con un impacto social positivo. Esto podría abarcar a sectores tan diversos como el financiero – empresas que facilitan acceso a la banca para clientes desatendidos-, empresas de telecomunicaciones que conecten hogares de áreas rurales, y compañías en el segmento de pagos digitales que permitan crecer a los negocios y que florezcan los emprendedores.
Los inversores responsables también pueden dirigir su capital a empresas y gobiernos con buenas prácticas en inclusión digital. El índice de inclusión digital (DIB por sus siglas en inglés) de la World Benchmarking Alliance establece un código de buenas prácticas:
- Acceso y asequibilidad: establecer iniciativas y tener objetivos cuantificables para el acceso universal y asequible a tecnologías digitales. Esto podría implicar identificar personas y áreas donde es más necesitada, o establecer descuentos para hogares con rentas bajas.
- Calidad del acceso: Igualdad de calidad en el acceso a las tecnologías digitales
- Habilidades digitales: Establecer programas para avanzar al menos en el desarrollo de habilidades digitales básicas
- Brecha digital de género: poner en marcha iniciativas y programas dedicados a resolver la brecha de género digital, tanto en términos de mejora del acceso a la tecnología digital como eliminando barreras que alejen a las mujeres de oportunidades y empleos.
Hemos conducido un análisis de la puntuación de las empresas en el DIB de 2021 para comprender cómo las empresas ICT aplican estas prácticas, centrándonos en los indicadores de acceso y habilidades digitales.
Fuente: DIB, AXA IM
Los datos sugieren que muchas empresas ICT todavía van con retraso en iniciativas de inclusión digital, a pesar de algunas mejoras respecto a los datos de años anteriores. Hay problemas claros en los que los inversores pueden retar a las empresas y pedirles que se impliquen más con la inclusión digital; por ejemplo, solo el 53% de las compañías evaluadas tenían iniciativas para mejorar el acceso a tecnología digital e iniciativas digitales dedicadas a mujeres y niñas.
Creemos que los inversores pueden jugar un rol significativo en el impulso de la inclusión digital, con oportunidades potenciales de dirigir más capital hacia las empresas – o gobiernos, a través del mercado de bonos- que están haciendo avances en áreas desde la infraestructura a la educación, servicios bancarios digitalizados y demás. En última instancia, un mundo digital más conectado debería dar lugar a un crecimiento económico más sostenible, creando potencialmente el margen para mayores retornos para los inversores, así como la prosperidad que persiguen los ODS de la ONU.