Los principales impulsores del crecimiento en la industria tecnológica y científica de Asia están cambiando, para convertirse en un sector más doméstico y orientado al servicio. Estos cambios vienen de la mano del incremento de poder adquisitivo de los consumidores asiáticos, que les permite apuntarse a las nuevas tecnologías.
La industria tecnológica relacionada con Internet en Asia ha experimentado recientemente una fuerte actividad emprendedora. En su conjunto, Asia alberga el mayor número de usuarios de Internet del mundo, a la vez que goza del mayor crecimiento en su penetración. Así, no sorprende que hayamos asistido a varias ofertas públicas (OPV) de compañías tecnológicas chinas en EE.UU. La proliferación de tabletas y smartphones añade cada vez más usuarios en los mercados emergentes, en particular en el Sudeste asiático donde el acceso a Internet de alta velocidad tradicional ha sido demasiado caro. En comparación con las áreas más desarrolladas de Asia, tanto India como el Sudeste Asiático todavía tienen una tasa de penetración de Internet relativamente baja. Sin embargo, se espera que lideren la siguiente fase de crecimiento del uso de Internet en la región.
El aumento en la adopción de Internet también está permitiendo a los consumidores asiáticos dar un salto de nivel. Por ejemplo, muchos mercados emergentes se están saltando la fase de conectarse a Internet por medio de líneas fijas, pasando directamente al Internet móvil de banda ancha. El comercio electrónico en China va ganando popularidad frente al comercio tradicional, incluso en ciudades de segunda y tercera fila del país. De hecho, podría decirse que de la noche a la mañana China se ha convertido en uno de los mayores países del mundo en términos de comercio electrónico. Por valor de las transacciones realizas por Internet, ahora ocupa el segundo lugar, por detrás de EE.UU. El porcentaje de las ventas por comercio electrónico sobre el total de las ventas al por menor es incluso mayor en China que en EE.UU. En tan solo unos años, China podría convertirse en el mercado de comercio electrónico más grande del mundo en términos absolutos.
Consideremos ahora la tasa de productividad china. No hace tanto tiempo, un directivo con el que hablé en China me contaba que resultaba mucho más barato contratar más trabajadores para incrementar la producción que instalar un robot, ya que el coste de instalarlo equivalía a más de 10 años del coste laboral de los trabajadores que sustituía. Sin embargo ahora, tras la fuerte inflación que han sufrido los salarios durante los últimos años, el periodo de recuperación de la inversión de un robot ha bajado a cinco años. Por lo que ahora puede tener más sentido reemplazar trabajadores por robots y tecnología.
Durante los últimos 10 años, la mano de obra física y las inversiones de capital han sido las principales fuentes de crecimiento del PIB en Asia. Pero para la próxima década pensamos que el incremento de la productividad va a tener un papel más importante en el desarrollo de la región. En la actualidad, el nivel de automatización en China puede compararse al existente en Japón en la década de los 80. La creciente tendencia de automatización de las fábricas puede seguir contribuyendo al crecimiento del sector tecnológico asiático durante muchos años.
El incremento de la demanda de productos tecnológicos en Asia viene dado por el aumento del poder adquisitivo. Según aumenta la renta, también crece la demanda del consumidor asiático por las televisiones de alta definición, las tabletas y los teléfonos inteligentes. Las especificaciones de los smartphones que más se venden en China son casi idénticas a las de EE.UU. Los consumidores asiáticos también demandan mejor calidad, mejores hospitales, mejores servicios y mejores productos para combatir la enfermedad –todo ello podría elevar la demanda de productos médicos y de ciencias de la vida más avanzados-. La mayor parte de los países asiáticos gastan solo una pequeña fracción de lo que gasta EE.UU. en sanidad per cápita. Creemos que el sector sanitario puede ser uno de los principales beneficiarios del incremento de la renta personal a medida que aumenta la demanda por estos productos y servicios.
Sin embargo, estas tendencias positivas también suponen grandes retos. Por ejemplo, la protección de la propiedad intelectual en Asia es muy débil, dificultando a menudo que las empresas innovadoras sean rentables. Para contrarrestar estas dificultados, los emprendedores asiáticos se centran en crear diversas formas de monetizar su producto. Por ejemplo, los creadores de juegos por Internet ofrecen los juegos prácticamente gratis y hacen dinero vendiendo artículos virtuales. Los fabricantes de smartphones en China venden los teléfonos a precio de coste y consiguen beneficios a base de vender aplicaciones. Como resultado, hay algunos modelos de negocio relacionados con Internet en Asia que son únicos en todo el mundo. A medida que la industria científica y tecnológica de Asia vaya evolucionando nos sentiremos muy ilusionados con el futuro del sector y su potencial para contribuir la crecimiento de Asia.
Columna de opinión de Michael Oh, CFA. Portfolio Manager, Matthews Asia
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