Los datos de Argentina son, de hecho, todavía débiles y la situación es seria. Pero es normal si ejecutas ajustes estructurales fiscales y de cuenta corriente. Lo que ya era una situación difícil, se ha visto agravado por las dificultades del sector de la agricultura (el más importante) debido a unas condiciones meteorológicas complicadas.
Para dar algo más de contexto tenemos que tener en cuenta 6 factores negativos y 6 positivos del momento que atraviesa la economía argentina:
1.- La comunicación (del comportamiento más ortodoxo) ha sido pobre y la política del banco central se alejó de la meta de inflación a la focalización monetaria. El anuncio de la «aceleración» del paquete del FMI el miércoles fue dramáticamente precipitado. Especialmente con Luis Caputo, un antiguo trader como ministro de finanzas, que supuestamente debería saber cómo comunicarse con el mercado. Estamos desconcertados y nos preguntamos por qué dejó hablar a Macri antes de contar con el apoyo total del FMI y sin dar muchos detalles.
2.- En este período de riesgo, es difícil mantener al peso argentino suficientemente estable, reducir el stock de Letras del Banco Central (LEBAC) a corto plazo, el riesgo de refinanciación y mantener las reservas. Actualmente, las reservas son solo del 10% del PIB. Una cifra muy inferior a los promedios del resto de países de Latinoamérica y muy cercanos a los requisitos mínimos del FMI.
3.- Se prevé una significativa recesión económica, pero los inversores parecen concentrase mucho en esto. Es cierto que es inevitable que se produzca una fuerte desaceleración (principalmente recesión) por un largo periodo de tiempo cuando se hace un fuerte ajuste fiscal y de cuenta corriente. Dicho esto, los números han sido peores de los esperados.
4.- Las próximas elecciones presidenciales se celebrarán en el plazo de un año, cuando el ajuste que sucede a cualquier reforma estructural aún se sentirán profundamente en la economía. El riesgo de un regreso a un candidato peronista es un «desconocido conocido». El ajuste fiscal profundo, junto con la inflación muy alta ponen en peligro la perspectiva de la reelección de Macri (a pesar de que su popularidad sigue siendo relativamente alta para los estándares de América Latina).
5.- El significativo ajuste monetario aumentará la inflación y puede tener una repercusión automática en los aumentos salariales previamente acordados, lo que complicará el logro de los objetivos presupuestarios.
6.- La población puede estar muy descontenta con la corrección de la moneda, la inflación y la pérdida del PIB per capital, mientras que los niveles de deuda se han mantenido altos.
En el lado positivo:
1.- Argentina está logrando enormes mejoras microeconómicas (una destrucción creativa como las de Schumpeter) en la que destaca la liberalización de los precios del petróleo, la supresión de los aranceles a la importación de los notebooks y la electrónica del hogar, la eliminación del monopolio bancario en las tarjetas de créditos, entre otras muchas cosas.
2.- Los tipos reales son positivos, los tipos nominales son los más altos del mundo (1% carry/semana…que aumenta otra vez)
3.- La deuda externa es extremadamente barata.
4.- Las autoridades se comportaron de forma ortodoxa (por primera vez en bastante tiempo …) Existe la capacidad y, esto es nuevo, también una fuerte dedicación para resolver los problemas.
5.- Lo más probable es que se anuncien un nuevo presupuesto más estricto (anunciaron el 1,3% pero a un nivel superior) hoy o el lunes
6.- Es probable que se resuelva el actual déficit por cuenta corriente debido al enorme ajuste monetario. Tener un doble superávit para 2020 es ahora un objetivo razonable.
En última instancia, Argentina es casi un mercado frontera en términos de profundidad y amplitud de sus mercados de capital (comparado con, por ejemplo, Turquía). Argentina fue probablemente demasiado de una “historia de éxito” desde la denominación de Macri. No es necesario decir que la “salida” es más dolorosa que la entrada… ya que hay baja (o ninguna) liquidez y los movimientos de divisas en particular son actualmente exagerados.
De cara al futuro, el mercado local de divisas seguirá bajo presión tanto tiempo como persista el sentimiento negativo.
En este sentido, que la situación de una vuelta muy probablemente necesita algún evento exógeno, ya sea una solución de liquidez sorprendente de una tercera parte (líneas de swap, prestamista de último recurso, otro…), las nuevas subidas de tipos de interés o el FMI saltando a escena con un elemento suplementario de apoyo.
Lo mejor que le podía pasar a Argentina que el FMI relaje sus criterios, ya que le daría un poco más de flexibilidad con la actual administración dedicándose extremadamente a ejecutar políticas sólidas. El riesgo de que sólo usen la flexibilidad extra para relajar la reforma estructural en curso es mínima.
Adrian Bender es portfolio advisor de Fixed Income en Vontobel AM.