Cuando una empresa se encuentra en problemas de liquidez, con una deuda elevada y tiene pérdidas o sus operaciones no logran generarle las ganancias necesarias para hacerle frente a sus compromisos con los acreedores, tiene que establecer medidas que resuelvan sus problemas de fondo y no nada más llevar a cabo un maquillaje de sus estados financieros o medidas de solución temporal.
Resolver realmente los problemas de fondo requiere, entre varias medidas, inyectarle capital a la empresa y para que ese fortalecimiento sea fructífero es necesario reducir costos, renegociar los pagos de deuda y dedicar los recursos a las actividades que le generen mayores ganancias en el futuro. Se debe revisar a fondo el modelo de negocio, deshacerse de todas aquellas líneas que no sean rentables y enfocar todos los recursos y esfuerzos a las actividades que sean más rentables para lograr sacar a flote a la empresa.
Pemex tiene una elevada deuda, asciende a 113.000 millones de dólares y ha registrado pérdidas durante varios años. Con el objetivo de resolver la situación de Pemex el gobierno le ha otorgado diversos apoyos. Le redujo la carga impositiva, le disminuyó los derechos que paga por extraer petróleo de 52% a 40%, le inyectó 2.800 millones de dólares en agosto de 2020 y en diciembre de 2021 le inyectó otros 3.500 millones de dólares, un total de 6.300 millones de dólares en 16 meses. Esto ha permitido pagar menos impuestos así como mejorar los costos de la deuda y sus plazos, pero es insuficiente para representar una solución definitiva para el verdadero problema de la empresa.
De enero a septiembre de 2021 Pemex registró, antes de pago de impuestos, una utilidad de 111.014 millones de pesos, pero ello se debió a su actividad de exploración y producción la cual tuvo una utilidad de 241.592 millones de pesos, en tanto que el área de transformación industrial tuvo una pérdida de 111.135 millones de pesos. Eso quiere decir que Pemex gana en producir petróleo pero pierde en el proceso de transformarlo, situación que se ha presentado desde hace varios años. Por lo tanto, una solución de fondo al problema financiero debe ser concentrarse donde se gana y abandonar las líneas de negocio donde se pierde, como es el caso de refinar el petróleo. La situación se va a empeorar para Pemex si no orienta el camino, porque está por adquirir la refinería Deer Park en Texas, Estados Unidos, la cual hasta el 30 de septiembre de este año había perdido 380 millones de dólares. La construcción de la refinería de Dos Bocas no aparece en los gastos de Pemex, la está pagando el gobierno federal, pero cuando inicie operaciones los ingresos y gastos que genere van a aparecer en las cuentas de Pemex y opacarán, junto con las pérdidas de Deer Park las ganancias que genera la explotación de petróleo.
Los programas de apoyo a Pemex que se han anunciado y sus planes de negocio nunca han establecido medidas encaminadas a reducir los costos de operación, elemento fundamental para tener soluciones de fondo. A pesar de las reducciones que se han dado en el volumen de producción de petróleo y en los precios, la planta laboral de Pemex, a diferencia de las empresas petroleras de todo el mundo, no se ha reducido en la proporción que ha bajado la producción. Se necesita realizar una verdadera reingeniería de los procesos internos para utilizar los factores de una manera más eficiente y producir más con los mismos recursos.
Si realmente se quiere fortalecer a Pemex y que genere riqueza para el país, hay que instrumentar soluciones de fondo a sus problemas, concentrarla en las actividades rentables, que generen riqueza. De lo contrario, la empresa va a requerir constantemente inyecciones de capital y el gobierno la estará financiando constantemente a costa de cubrir otras necesidades más apremiantes en materia de salud y educación.
Columna de Francisco Padilla Catalán