Comienza el año 2013. Y comienza con buenas noticias: no solo hemos superado el fin del mundo apuntado por el calendario Maya, sino que también se ha superado el otro gran apocalipsis, el llamado abismo fiscal (“fiscal cliff”). En última instancia, en el último minuto del año pasado, el Congreso americano aprobó la propuesta de política fiscal para Estados Unidos. A continuación se muestran los puntos más destacados:
(1) Subidas de impuestos para los contribuyentes con ingresos de más de 400,000 dólares individuales (450, 000 dólares para familias), de forma que el tramo superior se incrementa del 35% al 39.6%
(2) La tasa sobre los dividendos y ganancias de capital sube al 20% para el mismo grupo, pero se mantiene en el 15% para el resto.
(3) Las deducciones personales se limitan y empiezan a desaparecer para individuos y familias con ingresos de 250.000 y 300.000 dólares respectivamente.
(4) El impuesto sobre el patrimonio (estate tax) se incrementará permanentemente del 35% al 40%, pero solo para patrimonios de más de 5 millones de dólares.
(5) Los subsidios de desempleo de emergencia quedan extendidos por 1 año.
Uno de los temas que ha sido pospuesto por los próximos dos meses (hasta el 1 de Marzo), es el llamado“Sequestration” por el cual para obligar al Congreso a ponerse de acuerdo en un presupuesto que sea lo más equilibrado posible en términos de ingresos y gastos, si no se llega a un acuerdo, se impone un recorte de gasto automático (la mitad en gasto de defensa y la mitad en otras partidas presupuestarias) de forma que el déficit no supere el límite establecido. Por otro lado, el secretario del Tesoro Americano, Tim Geithner, informó a los miembros del Congreso que el Tesoro llegaría al límite de deuda del Gobierno el día 31 de Diciembre, lo cual suma a la presión presupuestaria de incrementar los ingresos y controlar el gasto de forma que se reduzca la cantidad a financiar mediante deuda del Tesoro.
En conclusión, el impacto de estas medidas fiscales sobre el crecimiento de la economía americana está valorado en aproximadamente un 1.5% del PIB americano (unos 250 billones de dólares). El consenso de economistas prevé un crecimiento real de la economía americana en el 2013 del 2.25%, lo cual es llamativamente optimista si tenemos en cuenta que en los últimos dos años, el crecimiento ha sido del 2% y entonces no se contaba con el impacto negativo de las subidas de impuestos. Queda además pendiente la reacción de las agencias de calificación crediticia (Moody’s, S&P, Fitch, etc) sobre la deuda del Tesoro americano en este entorno, y la posibilidad de que su calidad crediticia se vea puesta en revisión o recortada al igual que ocurrió en el año 2011.