La renta variable del Reino Unido sigue alta, con una volatilidad atenuada, pero el próximo “shock macroeconómico” podría cambiar rápidamente la situación.
El índice FTSE 100 alcanzó su máximo histórico al superar la barrera de los 7.000 durante la primavera de este año. Desde entonces ha ido cediendo terreno, pero se mantiene en niveles elevados. Los inversores tienen motivos para preguntarse si el mercado puede seguir avanzando o si han de prepararse para un entorno de mayor volatilidad en los mercados.
El FTSE 100 Implied Volatility Index (IVI) 30 Day se encarga de medir la volatilidad. Se deriva de los precios de opciones subyacentes del FTSE 100 y los inversores pueden considerarlo un “indicador de temor”.
Tendencias de volatilidad
El gráfico compara los datos del FTSE 100 IVI Index con los del FTSE 100 Index. Queda claro que los mercados alcistas suelen caracterizarse por períodos de baja volatilidad, mientras que si la tendencia es bajista generalmente la volatilidad es mayor. La euforia parece estar relacionada más con los mercados tranquilos que con el pánico. Psicológicamente esto tiene sentido: muchos estudios han demostrado que las personas suelen sentir más las pérdidas que las ganancias del mismo valor. Los economistas a esto lo llaman la “aversión a perder”. Cuando empiezan a acumularse las pérdidas en el mercado, esto puede desembocar rápidamente en un pánico autopotenciado al evaporarse la confianza en los precios de las acciones.
Por ello, a los inversores no les suele gustar la volatilidad. En cualquier caso, nuestra estrategia puede explotar esta volatilidad en el precio de las acciones para convertirla en un flujo de rentabilidad absoluta (positiva) para los inversores. El Henderson UK Absolute Return Fund combina dos estrategias. Las posiciones “core” (que normalmente suponen un tercio del fondo) son apuestas a largo plazo en relación con el potencial de crecimiento de los beneficios de las empresas subyacentes. Por su parte, las posiciones “tácticas” (que normalmente representan dos terceras partes del fondo) tratan de aprovechar factores que influyen en los precios de las acciones en un periodo de tiempo más reducido. Ambas estrategias pueden estar tanto largas como cortas.
Efectos macroeconómicos
Son estas posiciones tácticas, en particular, las que nos brindan el potencial de generar rentabilidad positiva independientemente de la situación en la que se encuentre el mercado, y existe una gran variedad de problemas macroeconómicos que preocupan a los inversores, como, por ejemplo, el calendario de la subida de tipos, Grecia, las elecciones españolas de diciembre…
Es posible que no podamos prever de forma constante cuál será el próximo «shock macroeconómico» (o cuándo tendrá lugar), pero puede afirmarse con bastante seguridad que se producirá alguno y que la volatilidad de los mercados de valores experimentará un repunte.
Estudio monográfico
La volatilidad se ha mantenido baja, en términos históricos, este último par de años, aunque repuntó antes de las elecciones generales del Reino Unido de mayo de 2015. Según se acercaban las elecciones, tomamos algunas posiciones cortas tácticas en los sectores que pudieran verse perjudicados en caso de una victoria laborista, como los títulos de determinados bancos, de servicios públicos y transporte. Antes de que se conocieran los inesperados resultados definitivos logramos cerrar muchas de estas posiciones tácticas cortas, y en algunos casos convertirlas en posiciones largas, generando así una importante rentabilidad para la estrategia tras anunciarse la victoria del Partido Conservador.
Ben Wallace y Luke Newman son codirectores del Henderson UK Absolute Return Fund.