El rendimiento superior de los títulos growth respecto al value ha alcanzado niveles sin precedentes, al igual que la brecha de valoración. El entorno para las acciones de crecimiento ha sido ideal: los tipos de interés se han desplomado y las empresas tecnológicas de Estados Unidos se han vuelto cada vez más dominantes en el país y el extranjero.
Sin embargo, creemos que es poco probable que este contexto ideal perdure. La inflación puede aumentar como resultado de las medidas de estímulo e históricamente el value ha superado el growth durante los períodos inflacionarios. Esperamos que las acciones value de calidad que puedan sobrevivir a lo largo de este período económico complicado logren beneficiarse de la recuperación de EE.UU. y la economía mundial y el regreso de la inflación.
Dada la incertidumbre en torno al momento en el que se producirá la reflación de la economía estadounidense y el correspondiente aumento de los tipos de interés, creemos que sería prudente aumentar la exposición tanto a las acciones value de alta calidad como a las growth, al tiempo que se reduce la exposición a las de hipercrecimiento y las de valor profundo («deep value»).
Por qué el growth ha registrado mejores rendimientos
Identificamos dos motivos principales por los que las acciones growth se han desempeñado mejor que las value. El primero es el descenso de la inflación y los tipos de interés, una tendencia que ha impactado negativamente en empresas con exposición a las materias primas, la mayoría de las cuales pertenecen al universo value. Además, los tipos de los bonos del Tesoro estadounidense se desplomaron desde el 4,5% de octubre del 2007 hasta el 0,68% del pasado septiembre. Esto ha perjudicado a los títulos financieros, que continúan dominando el universo value y se apoyan en diferenciales de tipos de interés saludables para generar beneficios.
La segunda razón es el dominio de Estados Unidos en los sectores relacionados con la tecnología con un fuerte crecimiento secular: Alphabet, Amazon, Apple, Facebook o Microsoft han surgido como líderes en sus industrias, que han ido creciendo debido a la transformación digital de la economía mundial.
Regresar al value
Creemos que ahora puede ser un buen momento para realizar un giro hacia el value, ya que la diferencia de valoración entre estas acciones y las de crecimiento es amplia: a 30 de septiembre de 2020, el Russell 1000 growth index se negociaba aproximadamente con una prima del 50% sobre la ratio precio-beneficio, lo que constituye la mayor brecha de valoración de la historia reciente.
A esto se une que los niveles sin precedentes de estímulo monetario y fiscal pueden dar lugar a una reflación de la economía estadounidense. Los precios de las materias primas han estado muy correlacionados con los índices value frente a los growth, ya que los primeros suelen estar mucho más expuestos a las acciones sensibles a la inflación. Por ejemplo, el sector energético, financiero, industrial y de materiales representaba el 41% del Russell 1000 value index a 30 de septiembre de 2020, en comparación con el 15% del Russell 1000 growth index.
El pasado 30 de junio, los precios de los productos básicos eran más bajos de lo que lo han sido en 200 años. Aunque podrían seguir disminuyendo, creemos que los estímulos y la mejora gradual de la economía los impulsarán al alza, lo que podría hacer que el valor superase al crecimiento.
Aumentar el value conlleva riesgos
El primer riesgo de incrementar la exposición al valor es que la economía de Estados Unidos y la mundial pueden tardar en recuperarse de la pandemia, haciendo que los tipos de interés se mantengan bajos y que los inversores sigan favoreciendo las acciones de crecimiento. El segundo es que una serie de empresas del universo value se vean estructuralmente perjudicadas. Por ejemplo, es probable que algunas aerolíneas sobrevivan solo con la ayuda continua del gobierno.
Por último, la victoria demócrata en las elecciones presidenciales podría dar lugar a una mayor regulación en sectores como el energético y el financiero, que actualmente tienen una mayor ponderación en los índices de valor que en los de crecimiento. Pero las acciones growth también podrían estar en riesgo bajo la administración Biden debido a su propuesta de aumentar los impuestos sobre los ingresos en el extranjero del 10,5% al 21%. Esto podría impactar desproporcionadamente a las compañías tecnológicas estadounidenses, que tienen un peso mayor en los índices de crecimiento.
La clave está en el equilibrio
Dados estos riesgos, vemos fundamental implementar un enfoque activo a la hora de incrementar la exposición al value y lograr un buen equilibrio con el growth. Así, creemos que las oportunidades más atractivas en renta variable estadounidense se hallan en las acciones de crecimiento estable y las de valor de calidad. Las primeras pueden proporcionar una exposición a las tendencias de crecimiento secular que no dependen del crecimiento económico. Las segundas pueden ofrecer una exposición cíclica a empresas que estén en condiciones de superar un contexto complejo en el que la economía estadounidense y la mundial tarden más de lo esperado en recuperarse. Por lo tanto, creemos que es prudente cambiar la exposición de la cartera de las acciones de hipercrecimiento a un crecimiento estable/defensivo y value de calidad, evitando también el “deep value”.
Dado que la pandemia ha incrementado la atención sobre las prácticas laborales y la seguridad, creemos que las estrategias de inversión más exitosas en este entorno pueden ser las que se centran en la sostenibilidad de manera holística; es decir, no solo desde una perspectiva competitiva y financiera, sino también teniendo en cuenta las consideraciones ESG. Así, se hallan empresas que podrían sobrevivir al entorno económico actual y que además saldrían reforzadas de la pandemia.
Tribuna de Marco Pirondini, responsable de renta variable estadounidense; y Alec Murray, gestor de renta variable, en Amundi Asset Management