El mercado de bonos verdes avanza hacia una mayor diversificación sectorial: automoción, telecomunicaciones o la industria química se están convirtiendo en emisores de bonos verdes, además de los sospechosos habituales como bancos, inmobiliarias y servicios públicos. Los soberanos también están entrando con fuerza en el mercado, como ha sido el caso de España, que realizó con éxito su primera emisión de bonos verdes en septiembre.
Con esta emisión, España financiará programas de gasto público que contribuyen a los objetivos medioambientales de mitigación del cambio climático, uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marítimos, o la transición a la economía circular. Los proyectos incluyen la ampliación de la red ferroviaria eléctrica -el sistema ferroviario español asegura la movilidad urbana y ayuda a resolver la congestión del tráfico y la contaminación- o la protección del río Ebro para mejorar la calidad del agua y reducir los riesgos de inundación.
En Amundi hemos participado en esta operación en nuestras carteras y especialmente en nuestras carteras verdes, así como en nuestro fondo insignia, Amundi Responsible Investment – Impact Green Bonds. Esta primera emisión en España combina un precio relativamente atractivo y buenas credenciales verdes. Valoramos por ejemplo el desarrollo de la capacidad de energía renovable de 100 GW hoy hasta los 160 GW en 2030, así como la casi eliminación del carbón y la financiación sobre todo del transporte limpio.
Las emisiones de bonos verdes soberanos de la zona euro forman parte de nuestro universo de inversión, tanto en nuestra gama convencional como, más concretamente, en nuestra gama de soluciones verdes. Nos gustan las dos características principales que ofrecen: la liquidez y la seguridad, así como el efecto de señalización e impulso al desarrollo de las emisiones verdes corporativas. Nuestra asignación a uno u otro bono soberano verde depende de la categoría/»calidad» verde de los proyectos subyacentes y de los elementos de valor relativo. Por ejemplo, Alemania ofrece varios vencimientos verdes que son útiles para la gestión de la curva de las carteras verdes, pero a costa de algunas consecuencias de escasez. Otros emisores soberanos han optado por situar el importe en circulación en un nivel similar al de sus emisiones convencionales no verdes, pero a menudo emiten por encima de los 10 años, lo que puede no ser conveniente en todas las fases del mercado. Seguiremos participando en las emisiones verdes cuando combinen buenas características tanto verdes como financieras. Cumpliremos así nuestro deber fiduciario al tiempo que contribuimos a avanzar hacia una economía más respetuosa con el clima.
Celebrando su 5º aniversario, nuestra estrategia de bonos verdes de Impacto está bien posicionada con un rendimiento absoluto y relativo resistente frente al universo verde y sus pares. La estrategia cuenta con 5 globos de sostenibilidad y 5 estrellas según Morningstar y está clasificada como artículo 9 según SFDR. Los 800 millones de euros en activos bajo gestión reflejan el importante interés por parte de los inversores en esta temática. Cabe mencionar además que la estrategia ha evitado 395 toneladas de CO2 por cada millón de euros invertidos, lo que equivale por ejemplo al consumo de energía anual de 48 hogares.
Hemos lanzado recientemente la estrategia de bonos verdes de impacto también dentro de nuestra sicav luxemburguesa Amundi Funds; y junto con Amundi Responsible Investing Impact Green Bonds son buenas opciones para «ecologizar» la asignación en Renta Fija con un impacto medioambiental positivo.
Tribuna de Isabelle Vic-Philippe, directora de Gestión Euro Aggregate y co-gestora de la estrategia Impact Green Bond de Amundi.