La interacción entre la investigación médica convencional y la industria de la tecnología punta ha supuesto un considerable progreso en la asistencia médica durante los últimos años. De esta forma, los tratamientos más rápidos y efectivos son capaces de reducir costes.
El desarrollo de la asistencia sanitaria ha dado, innegablemente, un espectacular paso adelante desde el siglo pasado. Esto se demuestra de manera clara en la mayor esperanza de vida: ha aumentado de los 46,6 años a nivel mundial en la década de 1950 a 71,4 años en 20151, y podría incluso alcanzar los 90 años para las mujeres de algunos países en el año 20302. Esta longevidad se debe en gran medida a la mejora general de las condiciones de vida. Sin embargo, es también resultado del progreso en el campo de la investigación médica durante los últimos años.
Como en otros sectores, este progreso también está impulsado por los descubrimientos dentro de otros sectores de la industria de la tecnología punta. La biotecnología, la inmunoterapia y la tecnología médica son nuevas disciplinas que están ocupando el lugar de la medicina y la investigación convencionales, y que son una prueba más de la disrupción en la asistencia sanitaria y las ciencias biológicas.
El gasto en asistencia sanitaria va camino de ser insostenible debido a las tendencias demográficas, al envejecimiento de la población, y ahora también a la pandemia del coronavirus. La mentalidad, sin embargo, está cambiando de forma gradual y la idea ya no es recetar más medicamentos, sino al contrario, el foco se ha puesto en evitar tratamientos repetidos a través de una mejora en la calidad de la asistencia sanitaria y de la efectividad de los medicamentos, redirigiendo la tradicional medicina “reparadora” hacia una más preventiva.
Esta evolución puede atribuirse a muchos factores. Primero, hay un aumento exponencial de datos a nuestra disposición, también conocidos como Big Data. La mejora cuantitativa y cualitativa en el almacenamiento de dicha información ha tenido como resultado un análisis más sofisticado, que ha permitido a los laboratorios concentrarse en la prevención de enfermedades aumentado también la velocidad en el análisis.
En general, la digitalización del sector permite ahora la monitorización de la salud de los individuos en tiempo real y la prevención de condiciones crónicas como la alta presión sanguínea. La gama de posibilidades, que abarca algoritmos, objetos conectados y procesamiento de datos es tal que gigantes de la informática como Google y Apple tienen una amplia presencia en el campo de la asistencia sanitaria y cuentan con acuerdos con grandes laboratorios.
La calidad del cuidado proporcionado es también una característica de la actual reorganización. Los avances que han hecho las empresas biotecnológicas en investigación, en especial en lo relativo a las terapias dirigidas, son, en este sentido, significativas. Otros campos más allá de la inmuno-oncología también se han visto verdaderamente revolucionados en los últimos años, como es el caso de la genómica y de la microbiota. Los beneficios potenciales son considerables y están despertando el apetito de los grandes laboratorios.
Como la asistencia sanitaria “disruptiva” es más sencilla, más rápida y más efectiva, encuentra, por encima de todo, necesidades de control de costes. Las soluciones ofrecidas por las empresas biotecnológicas son todavía caras, pero las nuevas tecnologías, como la impresión 3D de tejidos, están siendo introducidas para reducir su coste. Algunas estimaciones sitúan los ahorros en torno al 5% del gasto en el mercado estadounidense, en otras palabras, en 20.000 millones de dólares. En términos generales, la digitalización podría reducir el coste total de las medicinas aprobadas, que se encuentra en 2.600 millones de dólares. Las posibilidades ofrecidas por la disrupción son aún mayores, dado el considerable tamaño del propio sector sanitario.
La telemedicina es otro de los ámbitos que más se está beneficiando de la digitalización, pasando a ser actualmente una rama esencial debido a la crisis de la COVID-19, ayudando a los proveedores de atención médica y cuidadores a responder de manera más eficaz a las necesidades de las personas.
En este sentido, el fondo CPR Invest Global Disruptive Opportunities ha podido aprovechar este desarrollo e innovación en telemedicina y salud dentro de la dimensión de ciencias de la vida y la salud; una de las cuatro dimensiones disruptivas del fondo junto a economía digital, industria 4.0 y tierra. El fondo ofrece así un punto de entrada único y diversificado para acceder y capturar el crecimiento de unos 30 subtemas disruptivos agrupados en torno a estas cuatro dimensiones. Una exposición completa y global al ecosistema disruptivo, que permite invertir y beneficiarse de todas las tendencias que generan oportunidades.
Tribuna de Wesley Lebeau, gestor de renta variable temática y responsable de la estrategia Global Disruptive Opportunities de CPR AM, Grupo Amundi
1. Cifras de la ONU.
2. Investigación del Imperial College of London publicada en The Lancet medical review.
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