La disrupción va más allá del sector tecnológico. Llega a todas las esferas de nuestra vida, desde la sanidad hasta los hogares inteligentes. Las tendencias disruptivas transformarán el panorama competitivo, ya que redefinirán a los ganadores y perdedores.
La aparición del metaverso pone de manifiesto el cambio que se está produciendo. Para nosotros, el “metaverso” no se limita a la realidad virtual, sino que es la culminación de los últimos 30 años de aceleración digital que se han producido en casi todas las áreas de nuestra vida. Una nueva realidad que supone oportunidades muy interesantes para los inversores.
El metaverso es el resultado de décadas de digitalización. Es un término tan nuevo que todavía no existe una única definición consensuada. Suele utilizarse para describir los mundos digitales o espacios virtuales que se habilitan a través de la realidad aumentada o virtual. Sin embargo, en nuestra opinión, esta definición es demasiado limitada. El metaverso debería pensarse como la integración perfecta entre el mundo real y el digital.
Es una realidad en la que nuestra identidad digital es igual de valiosa que nuestra identidad física. No es un espacio digital independiente al que accedemos a través de la realidad aumentada o la virtual, como en la película de Steven Spielberg, Ready Player One. El metaverso es una megatendencia que provocará cambios profundos en la evolución de la sociedad.
Los datos indican que los niveles de adopción de internet siguen en aumento en todo el mundo, y cada vez hay más “nativos digitales”, personas para las que trabajar y vivir en el espacio digital es algo completamente normal. A medida que se incrementa el número de nativos digitales, también lo hace el tiempo que pasamos en Internet. Todo esto nos hace pensar que la suma de los ingresos de las empresas dedicadas al metaverso podría llegar a los 25 o 30 billones de dólares en 2040, lo que cuadruplicaría los ingresos equivalentes generados de la infraestructura de Internet actual.
Más digital
Antes de la evolución digital, nuestra atención se centraba únicamente en el mundo físico. Sin embargo, con la llegada de televisiones, ordenadores y móviles, hemos ido prestando cada vez más atención a los mundos digitales, y creemos que esta tendencia ha llegado para quedarse.
Esta división de atenciones ha provocado que muchos conceptos del mundo real pasen a manifestarse en las esferas digitales. El teletrabajo, las amistades virtuales o los videojuegos son algunos ejemplos.
Del mismo modo que la Web 2.0 supuso un avance enorme para Internet gracias a la llegada de las redes sociales y la computación en la nube, todo apunta a que la Web 3.0 ofrecerá un nuevo nivel de interconectividad basado en la tecnología de cadena de bloques y será una de las piedras angulares del metaverso. Se espera que la combinación de la Web 3.0 y el metaverso permita desarrollar nuevos modelos de negocio que ahora apenas se intuyen.
¿Cómo pueden aprovechar este contexto los inversores? Para empezar, observamos oportunidades potenciales en la inversión en empresas que desarrollan infraestructura de Web 3.0, el ecosistema de aplicaciones para utilizar esta infraestructura y los mundos digitales que surgen de estas aplicaciones interoperables. A largo plazo, creemos que el metaverso crecerá y acogerá a sectores no digitales. Por ejemplo, en el sector inmobiliario podría posibilitar un mantenimiento más eficiente y transparente de los registros de propiedad.
También podría agilizar transacciones financieras complejas a través de las cadenas de bloque u optimizar las cadenas de suministro en los sectores de la fabricación y la agricultura. Por ello, los inversores deberían adoptar perspectivas que tengan en cuenta a varios sectores con el fin de identificar a los ganadores en este entorno.
Los límites entre nuestra vida real y la digital son cada vez más difusos, por lo que el metaverso no es una realidad lejana. De hecho, llegará mucho antes de lo que pensamos, y con él, oportunidades muy interesantes de inversión.
Tribuna elaborada por Virginie Maisonneuve, directora global de Inversiones de Renta Variable de Allianz Global Investors.