Las calificaciones crediticias son opiniones prospectivas sobre el riesgo crediticio. Las calificaciones crediticias expresan la opinión de las agencias sobre la capacidad y voluntad de un emisor, sea una empresa, estado o gobierno municipal, para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones financieras. Las calificaciones crediticias también se refieren a la calidad crediticia de una emisión individual de deuda, como por ejemplo: una emisión de bonos corporativos, municipales o instrumentos respaldados por hipotecas, y a la probabilidad relativa de que dicha emisión pueda incumplir en el pago. Las calificaciones son asignadas por las principales agencias de rating que son: Standard & Poor’s, Moody´s y Fitch, las cuales se especializan en la evaluación del riesgo crediticio. Generalmente, las calificaciones se expresan como grados en letras que van, por ejemplo, de la ‘AAA’ a la ‘D’ a fin de comunicar la opinión de la agencia sobre el nivel relativo de riesgo crediticio.
El significado de las letras de las calificaciones para Standard & Poor’s es el siguiente. (Debajo hay un cuadro con su equivalente de las otras agencias: Moody´s y Fitch).
‘AAA’ – Capacidad extremadamente fuerte de cumplir compromisos financieros. Es la calificación más alta.
‘AA’ – Capacidad muy fuerte de cumplir con compromisos financieros.
‘A’ – Capacidad fuerte de cumplir con compromisos financieros, pero algo susceptible a condiciones económicas adversas y cambios en las circunstancias.
‘BBB’ – Capacidad adecuada de cumplir compromisos financieros, pero más susceptible a condiciones económicas adversas.
‘BBB-‘ – Considerado el nivel más bajo dentro de la categoría de grado de inversión por los participantes en los mercados.
‘BB+’— Considerada la calificación más alta dentro de la categoría de grado especulativo por los participantes en los mercados.
‘BB‘— Menos vulnerable en el corto plazo pero enfrenta importantes incertidumbres respecto a adversas condiciones para el negocio, financieras y económicas.
‘B’— Más vulnerable a adversas condiciones del negocio, financieras y económicas pero actualmente tiene la capacidad de cumplir con sus compromisos financieros.
‘CCC’ – Actualmente vulnerable y dependiente de condiciones favorables para el negocio, financieras y económicas para cumplir con sus compromisos financieros.
‘CC’ – Actualmente sumamente vulnerable.
‘C’ – Actualmente sus obligaciones y otras circunstancias definidas son sumamente vulnerables.
‘D’—Incumplimiento de pagos sobre sus compromisos financieros.
Aunque los inversores pueden usar las calificaciones crediticias para tomar decisiones de inversión, las calificaciones de las agencias de rating no son recomendaciones para comprar, vender o retener algún instrumento, ni tampoco constituyen una medida del valor de un activo. Igualmente, las calificaciones no buscan indicar la conveniencia de una inversión. Las calificaciones solamente se refieren a un aspecto de una decisión de inversión: la calidad crediticia. Al evaluar una inversión, los inversores deben considerar, además de la calidad crediticia, la composición actual de sus carteras, su estrategia de inversión y el horizonte de tiempo, su tolerancia al riesgo y una estimación del valor relativo de un instrumento en comparación con otros que podría elegir. Las razones de los cambios en las calificaciones varían y pueden relacionarse en un sentido amplio con cambios generales en la economía o en el entorno de negocios, y más estrechamente estar centrados en circunstancias que afectan a una industria, entidad o emisión de deuda específicas.
En algunos casos, los cambios en el entorno de negocios pueden afectar el riesgo crediticio de una amplia gama de emisores e instrumentos. Por ejemplo, cambios en el entorno competitivo o en tecnologías, aumentos o reducciones de deuda, fuertes requerimientos de gasto de inversión y cambios regulatorios. Hay algunos factores de riesgo tienden a afectar a todos los emisores –un ejemplo sería la creciente inflación que impacta el nivel de las tasas de interés y el costo de capital— otros factores de riesgo pueden relacionarse con un grupo reducido de emisores y emisiones de deuda. Por ejemplo, la calidad crediticia de un estado o municipio puede verse impactada por los cambios en la población o por menores ingresos de los contribuyentes, lo que reduce los ingresos fiscales y la capacidad de repagar deuda.
Dado que hay acontecimientos futuros y factores que no pueden preverse, la asignación de calificaciones crediticias no es una ciencia exacta. Por esta razón, las opiniones de calificación de las agencias de rating no apuntan a constituir garantías de calidad crediticia ni medidas exactas de la probabilidad de incumplimiento de un emisor o una emisión de deuda en particular. Las calificaciones expresan opiniones relativas sobre la calidad crediticia de un emisor o de una emisión de deuda, de la más sólida a la más débil, dentro de un universo de riesgo crediticio.
El valor de los ratings para el calificado consiste en que para muchos inversores, los ratings los usan como referencia para establecer directrices de inversión. Al proporcionar opiniones fiables comparables globalmente sobre el riesgo de crédito, los ratings de las agencias ayudan a ampliar los horizontes de inversión y acceder una mayor variedad de segmentos del mercado. En los mercados internacionales de capitales, el rating es, en realidad, su tarjeta de presentación, capaz de proporcionarle acceso a los mercados con mayor frecuencia y de forma más económica, y colocar emisiones de mayor volumen y con mayores vencimientos donde no se conoce muy bien al emisor. Los ratings y los informes analíticos también pueden ayudar a mantener la confianza de los inversores, especialmente durante periodos de tensión en los mercados y pueden también ayudar a mitigar las dudas de los inversores.
Como conclusión, a la hora de analizar un activo para decidir si invertir en él o no, es conveniente tener en cuenta las calificaciones de las tres agencias de rating para valorar su riesgo crediticio y ser conscientes, de que además del riesgo crediticio, existen otros riesgos que pueden afectar al retorno de nuestra inversión como son: el riesgo de tipos de interés, riesgo divisa, riesgo regulatorio nacional y extranjero, riesgo de mercado, riesgo sectorial, etc.…
Luis Hernández Guijarro, asesor de Inversiones en Etica Patrimonios EAFI