“Humano: ¿Tiene sentido invertir en inteligencia artificial? ChatGPT: Sí, tiene mucho sentido invertir en inteligencia artificial (IA) debido a su gran potencial para transformar y mejorar diversos aspectos de nuestra vida, desde la atención médica y la educación hasta el transporte y la seguridad”.
Este “diálogo” real entre un usuario y la plataforma de IA generativa ChatGPT ilustra cómo la inteligencia artificial ha pasado a ser parte integral de nuestras vidas. En las aplicaciones para ver el tráfico en el móvil, en los sistemas de traducción automática que usamos en el trabajo, o en las recomendaciones de nuestra plataforma favorita de películas y series, la inteligencia artificial está en todo tipo de productos y servicios que usamos de manera cotidiana.
El caso de ChatGPT supone un hito. Más de un millón de usuarios se registraron para utilizar esta herramienta de OpenAI en los primeros cinco días tras su lanzamiento en noviembre de 20222. Un crecimiento con una rapidez no vista hasta el momento.
Aunque existen iteraciones de la tecnología de IA generativa desde hace décadas, aplicaciones como ChatGPT y DALL-E son destacables, especialmente en el ámbito del Machine Learning (aprendizaje de las máquinas) no supervisado y en aplicaciones del denominado “aprendizaje profundo”. Como gestores, buscamos una exposición amplia y diversificada a la IA generativa a través de la infraestructura de IA, las aplicaciones de IA y sectores tradicionales que incorporan la IA en sus modelos de negocio. El impacto económico de estas nuevas tecnologías apenas comienza a vislumbrarse. Y, como inversores, queremos incorporar temas y áreas diversas dentro del segmento de la IA.
Un nuevo camino
Es probable que el futuro de la IA generativa evolucione con rapidez. Se espera observar mejoras en la calidad y diversidad de los contenidos generados, nuevos tipos de modelos generativos y una aplicación más amplia en diversos sectores, como la sanidad, las finanzas y el transporte.
Además, la IA debería evolucionar hacia una mayor accesibilidad para una variedad más extensa de usuarios a través de interfaces y herramientas fáciles de usar. El futuro exacto de la IA generativa es difícil de predecir, pero somos optimistas y creemos que será una pieza clave de la transformación y la innovación impulsadas por la IA.
ChatGPT es un ejemplo de modelo de lenguaje de gran tamaño (LLM), es decir, software entrenado con inmensos conjuntos de datos de texto para ejecutar tareas específicas, como terminar una frase o completar una línea de código. Los LLM disponen de miles de millones de variables (parámetros) que pueden modificar a medida que aprenden y, en consecuencia, la mejora de su índice de precisión se refleja en los casos de uso del negocio. Por ejemplo, un chatbot impulsado por IA podría ser capaz de responder al 90% de las preguntas de los clientes de banca, lo que permitiría a los empleados dedicar más tiempo a vender servicios o proporcionar una mejor experiencia en persona a los clientes de mayor valor del banco.
Imagínense todos los escenarios posibles para este tipo de tecnología. Una empresa que necesite cualquier material escrito, desde simples descripciones de productos a manuales técnicos, pasando por respuestas a «¿Por qué me han subido la prima del seguro?», podrá hacerlo más rápido y a un menor coste que cualquier ser humano. En cuanto a la codificación, las tecnologías de IA generativa dejarán libres a los programadores para que se dediquen a tareas de programación de mayor importancia y valor añadido, en lugar de a la codificación básica y repetitiva, que ocupa mucho tiempo.
Algunos usos de la IA generativa van más allá de la creación de texto, con incluso imágenes, voz y películas. Esta herramienta podría ayudar o incluso sustituir tareas humanas que requieren gran cantidad de tiempo, como el diseño de logotipos, la ilustración de escenas y el diseño de productos.
Estos modelos serán un pilar de la próxima generación de tecnologías relacionadas con la realidad aumentada y visual en juegos, entretenimiento interactivo visual y simulaciones empresariales, como los “gemelos digitales”. Pronto podríamos incluso ver cómo una actriz famosa cede su imagen a una productora, que entonces utilizará un modelo IA generativa para recrear su actuación en un anuncio.
ChatGPT y todas las tecnologías relacionadas con la IA plantean importantes problemas éticos, como los derechos de autor y las licencias de las imágenes creadas por IA. Estos sistemas también pueden producir respuestas incorrectas, incoherentes o incluso inapropiadas, que son producto del uso de toda la red como conjunto de entrenamiento. Como hemos observado en numerosas ocasiones con la irrupción de una tecnología nueva, primero se introducen las aplicaciones y usos y la normativa tiene que ponerse al día a posteriori.
Tribuna elaborada por Johannes Jacobi, especialista de producto y miembro del equipo de inversión del fondo Allianz Global Artificial Intelligence.