El poder transformador de la inteligencia artificial (IA) y sus avances están revolucionando diversos aspectos de nuestra vida y de nuestro trabajo. Aunque ya existían desarrollos de la tecnología de IA generativa desde hace décadas, no fue hasta el lanzamiento de aplicaciones como ChatGPT y DALL-E cuando los usuarios y los directivos de las compañías comenzaron a comprender realmente el poder transformador de esta tecnología. Como resultado, se está produciendo una rápida división entre las empresas que se han estado preparando para ello, las que son nuevas en la IA generativa, pero tienen la capacidad de aprovecharla, y las que llegan tarde al mercado o no ven las oportunidades que esto conlleva.
Por esta razón, algunos analistas del sector afirman que los recientes avances en IA generativa son un “momento iPhone”, que marca el inicio de una nueva era para el desarrollo del hardware y el software en el sector tecnológico, pero que también cambiará radicalmente los patrones de consumo y las preferencias de los usuarios de distintas generaciones.
Creemos que la IA generativa no solo tendrá un impacto positivo en el hardware tecnológico (GPU avanzadas, centros de datos, Edge Computing), el software (proveedores de servicios en la nube, SaaS) y la seguridad (protección de datos, auditorías de datos, cumplimiento de la normativa), sino que también influirá en la forma en que los usuarios crean y consumen información de audio, visual y de texto. Además, la IA generativa también tendrá un impacto único en la forma en que las empresas utilizan la tecnología para aumentar la productividad y agilizar los procesos de trabajo.
Por otro lado, tras la popularización de los servicios en la nube en 2006 con la llegada de Amazon Web Services, creemos que la IA generativa podría ser el próximo gran catalizador del crecimiento de la computación en la nube porque será esencial para desarrollar el potencial de la IA generativa. Y es que esta tecnología requiere el tipo de datos y capacidad de procesamiento que sólo la computación en la nube puede ofrecer. La cantidad de datos con los que trabajarán los modelos de la IA generativa irá en aumento y se espera que se duplique cada dos o tres años. En pocas palabras, conforme crezca la IA generativa, casi todos los datos necesarios tendrán que canalizarse a través de los proveedores de hiperescaladores.
Para hacer frente a este desarrollo, se espera que el volumen total de gasto en la nube relacionado con la IA crezca sustancialmente a medio plazo hasta superar los 300.000 millones de dólares en 2026. Además, del total del volumen de gasto relacionado con la IA, se espera que la parte dedicada a infraestructura y servicios en la nube aumente del 50% actual a casi el 60%, lo que refleja la naturaleza de uso intensivo de datos de los futuros modelos.
Oportunidades de inversión
Todo ello refuerza nuestra idea de que la IA generativa se encuentra en un punto de inflexión y que las mayores oportunidades a corto plazo están en los sectores de infraestructura y aplicaciones de IA. Así pues, dado que la IA generativa está cambiando el panorama tecnológico a un ritmo sin precedentes, los fabricantes de semiconductores y componentes podrían beneficiarse. Esto se debería a una mayor demanda de nuevos modelos de lenguaje de IA generativa necesarios para tratar las cantidades ingentes de datos que las infraestructuras actuales no son capaces de procesar. Mientras tanto, muchas empresas de software han lanzado módulos de IA generativa que ayudan a los clientes a automatizar tareas hasta ahora rutinarias y a generar nuevas y valiosas perspectivas a partir de sus datos.
A largo plazo, creemos que los sectores que utilizan la IA serán las principales ganadoras, ya que aprovechan los grandes modelos lingüísticos para aumentar la eficiencia de sus operaciones y centrar sus esfuerzos en las áreas de mayor rendimiento. El poder expansivo y transformador de la IA generativa sobre distintas áreas debería ofrecer a los inversores un enfoque más diversificado y global de las diferentes oportunidades de inversión.
Tribuna elaborada por Sebastian Thomas, gestor del fondo Allianz Global Artificial Intelligence.