La igualdad de género cada día está cobrando un espacio más relevante en las políticas de los países. Esta realidad que está cobrando por fin un protagonismo, avanza también en Chile, las empresas y las autoridades están tomando conciencia, y no se trata sólo de mejorar o igualar condiciones, sino que a nuestro juicio, también de provocar un cambio socio cultural profundo desde las bases, la educación.
En este contexto, SommerGroup quiso conocer entre más de 200 ejecutivos, cuáles son las principales acciones que podrían impactar en una mayor igualdad de género.
En la oportunidad incorporamos la variable, “Mayor desarrollo en la educación científico matemática”, la cual obtuvo un significativo 26% de apoyo. En este tema nos detendremos más adelante, porque merece un análisis aparte.
Por otro lado, la tendencia se inclinó mayoritariamente por la opción “Disminución de la brecha salarial”, un tema cultural que históricamente ha estado presente en el mundo laboral, promoviendo la desigualdad de género. Finalmente, la alternativa “Mejora de las condiciones que fomentan la compatibilidad familiar”, obtuvo el 33% de los votos, lo que muestra un interés por que las empresas apoyen la maternidad y el equilibrio con que necesitan contar las ejecutivas.
Las ejecutivas en cifras, participación laboral
Para analizar los resultados de nuestro sondeo, revisemos nuestra realidad con datos duros. Chile es el sexto país con menor participación laboral de mujeres entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La tasa de participación femenina en Latinoamérica bordea el 60%, mientras que en nuestro país, aun cuando ha habido un avance importante en los últimos años, llega apenas a un 48% (INE).
Junto a lo anterior, y basándonos en un ranking 2017 de Iniciativa de Paridad de Género (IPG), se constata el escaso acceso de las mujeres a puestos de decisión en las organizaciones laborales. En el año 2017 el 47,5% de las firmas IPSA no tenía mujeres en puestos gerenciales. Asimismo, en el 2016, un 2,4% de la gerencia general estaba en manos de una mujer, y el 2017 no se consignó a ninguna en ese cargo.
La brecha salarial que se mantiene
Otro tema relacionado con lo anterior, y que evidencia la desigualdad de género en el mundo laboral, es la brecha salarial. En el mundo, de acuerdo a cifras de la OCDE, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres en puestos similares, mientras que en Chile la cifra alcanza un 31,7%. Esta realidad coincide con la tendencia de nuestra encuesta, donde un 41% quiere un cambio en este sentido.
La educación, el origen de la desigualdad
Otro tema clave para contrarrestar este fenómeno de desigualdad, es disminuir la brecha desde sus bases estructurales y eso es desde las bases de la educación, tal como se menciona en nuestro sondeo.
Veamos lo que está sucediendo en el mundo académico científico. Hoy sólo el 20% de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile son mujeres. Algo similar a lo que sucede con las académicas titulares quienes no exceden el 15% del total (Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile).
Estos datos hablan por sí solos, y reflejan una realidad que aún no se cambia desde sus estructuras, desde la formación de mujeres y de presentar oportunidades en el campo laboral como la tecnología, ingeniería, campos usualmente asociadas a los hombres. Respecto al área educacional, históricamente las mujeres han optado en mayor medida por carreras humanistas y esto tiene su germen en la educación escolar, e incide también variables sociales, prejuicios y desincentivos, que debemos romper para las generaciones actuales y futuras que se están formando desde los colegios.
Primeros pasos
En el país se están impulsando diversas iniciativas para responder a los cambios que se demandan. Tanto el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, como organizaciones de la sociedad civil han desarrollado campañas para romper con los estereotipos de género y mostrar que las niñas pueden y deben desarrollarse en todo su potencial.
Por su parte, varias universidades han impulsado programas para atraer mujeres y retenerlas en carreras de ciencias y tecnologías. Asimismo, diversas empresas han asumido el desafío de contar con más mujeres en puestos de decisión.
Finalmente, estamos en deuda, hay un tremendo desafío de transformar el mundo académico, para revertir esta realidad, la baja participación femenina en carreras científico matemáticas. Pero el cambio profundo debe partir desde nosotros mismos, erradicar prejuicios y creencias equívocas arraigadas, respecto al futuro desempeño laboral de la mujer. Porque las mujeres ejecutivas con el tiempo han ido ganando espacios y a una velocidad exponencial.
Sabemos que transformar la cultura es lo más difícil, porque es allí donde se tejen las diferencias e inequidades más profundas, que se van traspasando generación tras generación”, concluye Ximena Rodríguez.