La gravedad del impacto de la contaminación por plástico sigue aumentando, estando cada vez más cerca el momento en el que se provocará un daño irreparable. El uso responsable de estos materiales es una consideración importante para evaluar la sostenibilidad de un negocio y, por tanto, es cada vez más relevante en la toma de decisiones a largo plazo de los inversores.
La masa acumulada de todo el plástico virgen creado alcanzó los 8 300 millones de toneladas en 2015 y se calcula que 6 300 millones de toneladas acabaron como residuos. Casi el 80 % de estos residuos sigue en vertederos o como contaminantes en el entorno natural, mientras que el 9 % y 12 % se han reciclado e incinerado respectivamente. Actualmente se producen cada año en torno a 400 millones de toneladas de plástico, aumentando con una tasa de crecimiento anual de aproximadamente el 8 % desde 1950.
Los envases plásticos, que representan en torno al 40 % de todos los plásticos no fibrosos, contribuyen de forma significativa al problema [1]. Teniendo en cuenta que se recicla menos de la mitad del millón de botellas de plástico que se venden a escala mundial cada minuto [2,3,4] y que los polímeros contaminantes más habituales tardan más de 500 años en descomponerse, la cuestión de los residuos plásticos tiene consecuencias que van mucho más allá del corto plazo [5].
Un año de respuestas normativas y tendencias impulsadas por los consumidores
En enero de 2018, coincidiendo con un rápido incremento de la atención que los medios de comunicación prestaban a los plásticos en los océanos, entró en vigor la legislación china que prohíbe la importación de cualquier residuo plástico o de papel. Como China fue el destino de aproximadamente el 50 % de los residuos mundiales de papel y plástico, esta legislación ha tenido un gran efecto en gobiernos, negocios y consumidores [6] [7]. Esto ha impulsado que se debata más sobre los residuos plásticos, forzando a otros países a abordar la cuestión. Algunos países de la UE establecieron un precedente en lo que a legislación de limitación de plásticos se refiere, con las prohibiciones de micropartículas de plástico y bastoncillos de algodón que se anunciaron en Reino Unido y Escocia en enero de 2018 y la prohibición francesa de los cubiertos de plástico a partir de 2020 [8] [9].
El Parlamento Europeo ha dado todavía un mayor impulso al votar a favor de una prohibición de 10 tipos de plástico desechable, lo que cubre el 70% de la basura encontrada en las playas de la UE [10]. Además, la nueva normativa de la UE va más allá de la mera prohibición de los productos y hace responsables a los fabricantes de su impacto medioambiental, poniendo en práctica el principio de «el que contamina, paga», fundamental para la política medioambiental europea. Otros objetivos de reducción, formados por impuestos y aranceles que garanticen la responsabilidad de los fabricantes, forman parte de la legislación. Como consecuencia, los fabricantes deberán proporcionar el 80-100 % de los fondos necesarios para la limpieza y prevención de residuos atribuibles a sus productos [11]. El alcance del efecto de la regulación queda patente en la introducción del cobro de 5 peniques por las bolsas de plástico en Reino Unido, lo que rápidamente llevó a una reducción del 85 % en su uso [12]. Las tendencias en legislación encriptadas no se limitan a China y la UE; ya que más de 15 países africanos han prohibido el uso de las bolsas de plástico en su totalidad [13].
Si bien las prohibiciones y restricciones de plásticos se centran en productos que se ven como innecesarios (como por ejemplo micropartículas, bastoncillos de algodón y cubertería desechable), y las preferencias de los consumidores están alejándose de un amplio abanico de productos que se considera que tienen una gran «huella plástica», los riesgos del uso irresponsable del plástico afectan por tanto a empresas que operan en áreas no tan fuertemente reguladas.
Un acto de equilibrio
Identificar las fuentes primarias de impacto medioambiental y los riesgos y oportunidades de inversión más relevantes es un proceso complejo y continuo. Los riesgos de inversión proceden de cambios normativos y en las preferencias de los consumidores, por lo que no siempre son acordes con las mayores fuentes de perjuicio medioambiental de la contaminación por plástico. La actual tendencia normativa, por ejemplo, es centrarse en la restricción del uso del plástico que se considera innecesario, como las pajitas o agitadores para café, mientras que fuentes de contaminación significativas, como las microfibras plásticas, siguen sin estar reguladas. El efecto completo sobre la sostenibilidad del uso del plástico es el resultado de muchos factores interconectados y a menudo poco claros. Por ejemplo, los envases alimentarios han estado en el punto de mira de los grupos de consumidores y legisladores, a pesar de que existen pruebas que demuestran que los envases ayudan a que la comida se distribuya de forma segura, incremente su vida útil y se reduzca el desperdicio de la misma. De igual modo, la distribución de medicinas, el agua potable y los productos esterilizados dependen del plástico, al igual que muchas mejoras de eficiencia de recursos en los sectores de transporte y de logística.
Es probable que el uso responsable tenga un efecto mucho más positivo que el de evitar por completo el uso de cualquier tipo de plástico; el desafío radica en crear un equilibrio entre los beneficios de usar el material y los costes de prescindir de él por completo. Fomentar el uso responsable a menudo precisa de la valoración de una cadena de suministro entera, tener en cuenta factores como la eficiencia de los recursos, la longevidad de los productos y el uso de iniciativas de economía circular. Aunque el hincapié normativo y de la opinión pública sobre los plásticos y envases desechables está justificado, siendo los polímeros contaminantes más habituales los que se utilizan en botellas y bolsas, abordar el problema de una manera general exige un enfoque más equilibrado.
Más allá de los envases
Aproximadamente el 34% de la resina plástica termina su vida como envases y el resto se utiliza de otras maneras, incluyendo la construcción, transporte, productos electrónicos, artículos de consumo, textiles y mobiliario. También se cree que es más probable que los residuos plásticos de usos no relacionados con el envasado terminen como microplástico en los océanos debido a que los desagües y las alcantarillas actúan como «vectores de polución». Se ha calculado que en 2015 existían 42 millones de toneladas de contaminación por poliéster, poliamida y acrílico (PP&A) como resultado de su uso en fibras textiles, lo que hace que la ropa sea un contribuyente significativo a la contaminación de los océanos [1]. De la misma manera que las microfibras se transportan al océano al lavar la ropa hecha de PP&A, el polvo y los restos, especialmente de neumáticos de coches, llegan procedentes de ambientes urbanos a través de desagües y ríos.
Se ha calculado que los textiles sintéticos y neumáticos de coche constituyen el 63% de los microplásticos oceánicos primarios [14]. El fomento del uso responsable de plásticos debe implicar tanto a las industrias como a las cadenas de suministro. La relevancia del uso del plástico para las inversiones varía enormemente dependiendo de la empresa y el sector, lo que quiere decir que no existe una solución o identificador únicos para los efectos positivos, los riesgos de inversión o la sostenibilidad y oportunidades de inversión.
Indicadores de uso responsable
Es probable que las empresas punteras maximicen las oportunidades colaborando entre con sectores públicos y privados. Los indicadores a buscar en las empresas punteras se pueden subdividir en tres amplias áreas:
- 1. Transparencia y responsabilidad
El nivel de revelación voluntaria de información por las empresas se puede utilizar como un indicador potencial de resistencia ante los grupos de consumidores que dejan de hacer compras repletas de plástico. Una revelación de información proactiva y la fijación de objetivos también pueden disminuir el riesgo de verse sujetos a la legislación que se les dicta y que resulta restrictiva. En los casos de mejores prácticas, estos objetivos son extremadamente visibles e integrados en los valores de la empresa. Los informes integrados que ponen claramente de relieve el impacto, productos u operaciones de la empresa deberían tener más peso que la publicación aislada de estadísticas.
- 2. Uso de materiales: contenido reciclado y la economía circular
Centrarse en un aumento del porcentaje de contenido reciclado utilizado por las empresas puede impulsar más el cambio que fomentar la producción de artículos reciclables, lo que puede afectar potencialmente a las prácticas en las cadenas de suministro haciendo aumentar la demanda de material reciclado. Aunque actualmente no es universalmente posible, es probable que se beneficien las empresas que están realizando las primeras investigaciones sobre el uso de los materiales. Los tipos de plástico utilizados comenzarán a reducirse a medida que se desarrolle la infraestructura de reciclaje, creando oportunidades para los líderes en el área. Sin embargo, hasta que la oferta de polímeros reciclados se haya incrementado y estabilizado, es probable que las empresas excesivamente ambiciosas no alcancen los objetivos relativos al uso de contenido reciclado debido a la disponibilidad del material reciclado.
Las políticas que integran el pensamiento de la economía circular en las operaciones o que fomentan el prescindir enteramente del material apuntan a un pensamiento a largo plazo en este área. La integración temprana de modelos de economía circular, como las iniciativas de devolución, logística inversa y diseño modular cuentan con el potencial de un beneficio significativo gracias a una mayor eficiencia, reconocimiento del sector y la ventaja de ser el primero el mover ficha.
- 3. Colaboración
Existen oportunidades debido a una mayor demanda futura de instalaciones de reciclaje, nuevas soluciones logísticas para la economía circular o iniciativas de devolución por depósito, y nuevos materiales que serán necesarios para reemplazar los plásticos desechables. Como muchos de estos avances abarcan varios sectores, las empresas que creen o se adhieran a iniciativas colaborativas es probable que destaquen, especialmente aquellas que trabajen verticalmente a lo largo de las cadenas de valor y que investiguen en tecnología reciclable e infraestructura. Quienes trabajen con los legisladores para influir el comportamiento de los consumidores es probable que se beneficien de una imagen pública positiva y del potencial apoyo gubernamental, mientras que los programas relativos a la mejora de las tasas de recuperación tienen el beneficio añadido de aumentar la disponibilidad de material reciclado.
Beneficioso tanto para las empresas como sus inversores
En 2018 comenzamos a interactuar con McCormick and Company, una empresa alimentaria de EE. UU., haciendo hincapié en su envasado y su cadena de suministro, y nos impresionó la gran cantidad de detalles que la dirección ofrecía en sus iniciativas de promoción social y medioambiental, tanto actuales como en aquellas en proyecto. Específicamente sobre las cuestiones relativas a los plásticos y envasado que planteamos, supimos que McCormick había reducido el impacto de carbono asociado a sus envases y que se había comprometido a desarrollar un planteamiento que tuviese en cuenta la economía circular y reducir el número de residuos plásticos que llegan a los océanos. Poco después, McCormick adoptó un nuevo compromiso de que el 100 % de los envases plásticos de la empresa serán reutilizables, reciclables o readaptables en 2025.
Como inversores, nuestras conversaciones nos convencieron de que las cuestiones de sostenibilidad son una prioridad para McCormick, siendo probable que los beneficios relativos a los precios y a la reputación inherentes a su planteamiento demuestren ser ventajosos tanto para los resultados de la empresa como para nuestros inversores. Y lo que es más importante, también nos aseguramos de que existe un enfoque verdaderamente a largo plazo a nivel de junta, que es precisamente donde, como inversores socialmente responsables, esperamos que resida la responsabilidad.
Columna de Hamish Chamberlayne, director de SRI en Janus Henderson Investors.
Referencias
[1] R. Geyer, J. R. Jambeck y K. L. Law, «Production, use, and fate of all plastics ever made» Science Advances, vol. 3, n. º 7, 1 7 2017.
[2] United States Environmental Protection Agency, «Facts and Figures about Materials, Waste and Recycling». Disponible en: https://www.epa.gov/facts-and-figures-about-materials-waste-and-recycling/containersand-packaging-product-specific-data#PlasticC&P.
[3] Environmental Audit Committee, UK Parliament, «Plastic bottles: Turning Back the Plastic Tide» 2017.
[4] Sandra Laville y Matthew Taylor, The Guardian, «A million bottles a minute: world’s plastic binge ‘as dangerous as climate change’». Disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2017/jun/28/a-million-a-minute-worldsplastic-bottle-binge-as-dangerous-as-climate-change.
[5] D. K. A. Barnes, F. Galgani, R. C. Thompson y M. Barlaz, «Accumulation and fragmentation of plastic debris in global environments» Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, vol. 364, n. º 1526, p. 1985, 27 7 2009.
[6] ONU Medio Ambiente, «China’s trash ban lifts lid on global recycling woes but also offers opportunity». Disponible en: https://www.unenvironment.org/news-and-stories/story/chinas-trash-ban-lifts-lid-globalrecycling-woes-also-offers-opportunity.
[7] Alice Ross, Uneartherd, «China’s plastic scrap ban threatens ‘crisis’ for UK recycling industry». Disponible en: https://unearthed.greenpeace.org/2017/12/07/china-plastic-scrap-ban-crisis-ukrecycling/.
[8] Kevin Keane, BBC News, «Scotland ban announced for plastic cotton buds». Disponible en: https://www.bbc.co.uk/news/uk-scotland-42640680.
[9] James McAuley, The Independent, «France becomes the first country to ban plastic plates and cutlery». Disponible en: https://www.independent.co.uk/news/world/europe/france-becomes-the-first-countryto-ban-plastic-plates-and-cutlery-a7316816.html.
[10] Comisión Europea, «Single-use plastics». Disponible en: https://ec.europa.eu/commission/news/single-use-plastics-2018-may-28_en.
[11] Comisión Europea, «Implementation of the Circular Economy Action Plan». Disponible en: http://ec.europa.eu/environment/circular-economy/index_en.htm.
[12] Rebecca Smithers, The Guardian, «England’s plastic bag usage drops 85% since 5p charge introduced». Disponible en: https://www.theguardian.com/environment/2016/jul/30/england-plastic-bag-usagedrops-85-per-cent-since-5p-charged-introduced.
[13] Centro Regional de Información de las Naciones Unidas para Europa Occidental, «Africa leads the way on plastic». Disponible en: https://www.unric.org/en/latest-un-buzz/30578-africa-leads-the-way-on-plastic.
[14] J. Boucher y D. Friot, ICUN, «Primary microplastics in the oceans: A global evaluation of sources». 2017